Para muchos lo primordial es la línea de sangre, pero ¿Que importancia tiene eso cuando lo que prima es el amor?
Nuestra sangre no nos define como personas, ni fija nuestro destino, solo podemos ser víctimas de aquel primitivo y audaz ladrón llamad...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El resto de mi inició de año fue normal, mis clases iban bien y ya me estaba acostumbrando a escuchar las quejas de Draco sobre Potter y Weasley todo el tiempo, por supuesto que me parecía una rivalidad un poco absurda, pero Draco era muy vengativo, por lo cual no podía hacer mucho más que recomendarle que dejara a ambos chicos tranquilos, ¿me hizo caso? no, por ahora estaba tranquila, pues aparte de los típicos comentarios molestos, no había pasado a algo más, pero no quería que todo se terminara convirtiendo en un problema mayor y que los gemelos intervinieran por su hermano y amigo, porque era consiente de que aunque ellos me quisieran mucho, la familia iba primero, algo que yo también compartía, así que si se terminaban metiendo con Draco obviamente iba a intervenir, era mi hermano después de todo, y aunque no estuviera de acuerdo con su obsesión con molestar a ambos chicos, él no era de agarrarse a golpes, cosa que no conocía de los otros chicos, así que estaría muy pendiente de la situación.
Las cosas con mi madre estaban bien, ambas vivíamos el duelo a nuestra manera, mentiría si dijera que no había vuelto a llorar, por supuesto que lloraba, pero lo hacía en mi habitación a cortina cerrada y en privado, ya se cumplían cuatro semanas desde que había muerto, por supuesto que era difícil, pero aún así no me atascaba, por él y por la promesa que habíamos hecho, mis notas eran altas, todo lo estaba haciendo para que él estuviera en paz y orgulloso, volviendo al tema de mamá se estaba postulando para un trabajo de asesora mágica en una revista llamada "El quisquilloso" me contó que esa revista era de un amigo suyo con el que convivió en Hogwarts un tiempo, así que estaba feliz de apoyarlo y de paso distraerse, obviamente estaba feliz por ella, sabía que esto tampoco estaba siendo fácil, pero trataba de mantenerse positiva a pesar de todo, lo cual era de admirar, ambas nos mandábamos dos cartas por semana, extrañaba a mamá, pero la vería en Navidad, lo cual me alentaba
-Mamá te manda saludos- le dije a Draco terminando de leer su carta
-Dile a Adri que yo también le mando y que la extraño- dijo Draco
-Vale ¿Hoy tienes tu primera clase de vuelo verdad?- pregunté
-Sip, es a las tres treinta, voy a enseñarles a todos, como se monta una escoba de verdad, en especial a San Potter y a Weasley- dijo con aire malicioso
-¿No podrías olvidarte de esa absurda rivalidad tan solo por un día Draco?- le pregunté, el simplemente me miro y dejo en claro que no -Eres imposible- me rendí, dicho esto me paré para ir al baño, antes de seguir con el almuerzo y cuando volví encontré a Draco y a sus gorilas al lado de la mesa de Gryffindor molestando, pero Minnie había llegado a tiempo
-¿Qué sucede?- preguntó McGonagall
-Malfoy me quitó mi recordadora profesora- respondió un chico de Gryffindor al cual no tenía muy presente
-Solo la estaba mirando- dicho esto se dió media vuelta para volver a la mesa de Slytherin, pero me vió a mi parada en medio del pasillo, cuando llego a mi lado me quedó mirando esperando su regaño
