Para muchos lo primordial es la línea de sangre, pero ¿Que importancia tiene eso cuando lo que prima es el amor?
Nuestra sangre no nos define como personas, ni fija nuestro destino, solo podemos ser víctimas de aquel primitivo y audaz ladrón llamad...
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DRACO
TRES SEMANAS DESPUÉS
Había llegado el momento de realizar mi primera jugada en contra de Dumbledore, y esperaba que fuera la única, ya que me había costado demasiado idear todo esto. ¿Me agradaba la idea? Por supuesto que no, pero el tiempo pasaba, el armario seguía igual y no le había causado a Dumbledore siquiera un rasguño. Atacarlo directamente sería estúpido, así que decidí usar una de sus mayores debilidades, su devoción por sus alumnos.
Todo estaba listo para que sucediera, y yo tendría la coartada perfecta, solo esperaba que la maldición sobre la chica fuera tan fuerte que no cometiera ningún error.
Fui a recibir mi castigo con McGonagall y esperé, las malas noticias eran las primeras en saberse, así que supuse que ella sería una de las primeras personas en enterarse de la desgracia. Sin embargo cuando ya se había cumplido mí tiempo y salía del despacho, el rumor que corría no era el que necesitaba.
El collar maldito había funcionado contra la persona incorrecta, a pesar de mis cuidados Bell tocó el collar, dejándola tan mal que se decía que debería ser transferida a San Mungo. Intentaba tranquilizarme a mí mismo diciendo que por lo menos no estaba muerta, aun así la culpa sobre mi pecho era fuerte, por lo que decidí ir al baño a esconderme de todos.
Ese estúpido lugar se había vuelto mi refugio, podía llorar, gritar y maldecir cuanto quisiera, al fin y al cabo nadie se acercaba gracias a Myrtle.
-No esperaba verte tan pronto otra vez- dijo apareciendo de un lavabo
-Las cosas no me salen como planeo, y ahora la culpa no me dejará en paz- dije al borde de la desesperación
-¿Alguien murió?- preguntó
-No, pero pudo-
-Entonces no debes ser tan duro contigo mismo, después de todo no fue tu intención-
-Nada de lo que me está pasando es mi intención- aclaré
-Lo sé, escucho como repites una y otra vez que no tienes opción, que lo haces para salvarte a ti y a los que quieres- dijo con su típica voz melancólica -Siendo sincera jamás creí que tales palabras salieran de la boca de un Slytherin como tú-
-No tienes idea de cómo soy- aseguré
-Puede que no, aun así tus intenciones son nobles-
-¿Sabes siquiera que es la nobleza?- la confronté
-Hacer lo impensable con tal de proteger a quienes quieres-
