Para muchos lo primordial es la línea de sangre, pero ¿Que importancia tiene eso cuando lo que prima es el amor?
Nuestra sangre no nos define como personas, ni fija nuestro destino, solo podemos ser víctimas de aquel primitivo y audaz ladrón llamad...
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UN MES DESPUÉS
El mundo mágico estaba en caos aunque los magos en su gran mayoría pretendían que no estaba pasando nada. Las palabras de Dumbledore eran ignoradas completamente, puesto que no contaba con la aprobación del ministro de magia, quien era el que más sostenía el hecho de que aquel "regreso" era una vil mentira, inventada por Dumbledore para crear miedo y hacerse con poder en el ministerio, un pensamiento totalmente absurdo.
El ministro también declaró que la muerte de Cedric había sido un desafortunado incidente del torneo, otro que se sumaría a la lista de muertes que había dejado la competencia, lo cual me creó una gran indignación. Por supuesto no había manera de probar el asesinato del chico a manos de Pettigrew, debido a que este estaba muerto frente a la ley. Además todo estaba relativamente normal, y las únicas pruebas de su "regreso" eran las declaraciones de un chico de catorce años, lo cual para muchos era insuficiente.
Por el momento solo podíamos continuar con nuestras vidas, y así lo estábamos haciendo, en mi caso la continuaba en la oficina rodeada de papeles importantes e informes los cuales debía redactar.
-¿Todo listo para el cierre de mes?- preguntó Aegon sacándome de mi burbuja mental
-Sí, tengo las valoraciones y clasificaciones de los objetos en estás carpetas correctamente etiquetadas- dije entregándoselas
-No esperaba menos de ti-
-Gracias-
-Muy bien muchachos son las cinco, hora de irnos- dijo Aegon
Cada uno tomó sus cosas y se fue a su casa, yo no fui la excepción, pero al llegar a la mía me encontré a Plux atendiendo a Remus en la sala.
-¿Remus?- pregunté algo extrañada
-Hola Hela- saludó
-Ama Adara, la ama Adriana me comunicó que el señor Lupin vendría a verla, pero no tuve tiempo para avisarle- dijo Plux algo avergonzada
-No te preocupes Plux, puedes retirarte- dije dejando mis cosas de lado en el sillón para poder sentarme a gusto
-¿Día pesado?- preguntó
-No tienes idea- respondí
-Te traje una sorpresa-
-¿Enserio?- pregunté curiosa
-Sé que te gustará- en ese momento silbó y un perro negro enorme salió de la cocina con un pan en la boca
-¿Sirius?- pregunté y este respondió frotándose en mi -¿Qué hace él aquí?- pregunté extrañada
