Para muchos lo primordial es la línea de sangre, pero ¿Que importancia tiene eso cuando lo que prima es el amor?
Nuestra sangre no nos define como personas, ni fija nuestro destino, solo podemos ser víctimas de aquel primitivo y audaz ladrón llamad...
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Pronto llegué a mi lugar y me senté junto a ellos, aunque siendo sincera quería irme de aquel lugar. Detestaba cuando los Malfoy se comportaban de aquella forma, y más si se trataba de la familia Weasley, pero no podía hacer mucho, solo dirigir mi mirada hacía el estadio mientras esperaba que todo comenzara.
Un segundo más tarde, un señor con cara bastante entusiasmada llegaba al lado del ministro para decirle
-Señor ministro, ¿qué le parece si empezamos?-
-Cuando tú quieras, Ludo- respondió Fudge complacido
Sacó la varita, se apuntó con ella a la garganta
-¡Sonorus!- Su voz se alzó por encima del estruendo de la multitud que abarrotaba ya el estadio, y retumbó en cada rincón de las tribunas -Damas y caballeros... ¡bienvenidos! ¡Bienvenidos a la cuadringentésima vigésima segunda edición de la Copa del Mundo de quidditch!-
Los espectadores gritaron y aplaudieron. Ondearon miles de banderas, y los discordantes himnos de sus naciones se sumaron al jaleo de la multitud. El enorme panel que tenían enfrente borró su último anuncio y mostró a continuación: BULGARIA: 0;IRLANDA: 0.
-Y ahora, sin más espera, permítanme que les presente a... ¡las mascotas del equipo de Bulgaria!- Las tribunas del lado derecho, que eran un sólido bloque de color escarlata, bramaron su aprobación.
-¿Qué crees que hayan traído Zafiro?- preguntó Draco entusiasmado ajeno a toda la situación que había pasado hace tan solo unos minutos
-Ya lo descubriremos- dije sin mucho animo, pero al ver su carita de emoción me derretí de amor y sonreí, para luego mirar al frente, cuando vi de lo que se trataba dije -Que Salazar me de paciencia-
-¡Son veelas!- escuché que exclamó el señor Weasley, el cual no se equivocaba
Un centenar de veelas acababan de salir al campo de juego. Las veelas eran mujeres cuya belleza y encantos enloquecían a cualquier hombre, no eran humanas, solo criaturas muy peligrosas en mi sincera opinión, más aún por lo que le hacían a los hombres. No estaba segura de que mostrarlas de mascotas hubiera sido una gran idea de parte de los Búlgaros, y efectivamente lo que temía paso. Cuando las veelas se pusieron a bailar, pude ver como alrededor del estadio los hombres comenzaban a ponerse de pie e intentaban caminar hacía ellas, sin importarles el hecho de que había un abismo de por medio. Yo simplemente tomé mi varita y hechice a ambos Malfoy para que no se movieran de su sitio. Pronto las veelas terminaron y aunque el estadio protestó yo me sentía más tranquila, deshechicé a ambos rubios y volví a mirar al frente.
-Y ahora- bramó la voz de Ludo Bagman -tengan la bondad de alzar sus varitas para recibir a... ¡las mascotas del equipo nacional de Irlanda!-
En aquel momento, lo que parecía ser un cometa de color oro y verde entró en el estadio, dio una vuelta al terreno de juego y se dividió en dos cometas más pequeños que se dirigieron a toda velocidad hacia los postes de gol. Repentinamente se formó un arco iris que se extendió de un lado a otro del campo de juego, conectando las dos bolas de luz. La multitud exclamaba «¡oooooooh!» y luego«¡aaaaaaah!», como si estuviera contemplando un castillo de fuegos de coloridos. A continuación se desvaneció el arco iris, y las dos bolas de luz volvieron a juntarse y se abrieron: formaron un trébol enorme y reluciente que se levantó en el aire y empezó a elevarse sobre las tribunas. De él caía algo que parecía una lluvia de oro. El trébol se elevó sobre el estadio dejando caer pesadas monedas de oro que rebotaban al dar en los asientos y en las cabezas de la multitud.
