Para muchos lo primordial es la línea de sangre, pero ¿Que importancia tiene eso cuando lo que prima es el amor?
Nuestra sangre no nos define como personas, ni fija nuestro destino, solo podemos ser víctimas de aquel primitivo y audaz ladrón llamad...
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Cuando finalmente bajamos del carruaje decidimos seguir tomados de la mano, pues al fin y al cabo era algo cómodo para ambos. Hogsmeade parecía sacado de una típica escena de un libro infantil, como era día de San Valentín era obvio que todo estaba acorde a la ocasión, pero ahora me surgía una pregunta, ¿Marcus me conocería bien como para saber a donde ir?, lo único que rogaba era que por amor al mismísimo Merlín ni se le ocurriera llevarme a Madame Tudipie, ese lugar me daba nauseas con todo ese ambiente tan cargado, y supuse que en este día estaría peor, por lo cual esperaba que no fuera el caso
-¿A donde me llevarás?- me animé a preguntar
-Es una pequeña sorpresa, está un poco apartado de Hogsmeade, pero primero iremos a Honeydukes por unas cuantas golosinas, yo invitaré- dijo, el plan me parecía bien, después de todo se me antojaba un poco de chocolate
Así fue como entramos a la tienda y nos pusimos a elegir entre la gran cantidad de dulces del lugar, principalmente me llevé una cantidad aceptable de chocolates gracias a Marcus, no exageré, porque tampoco quería abusar del beneficio de que me estuviera regalando aquellos dulces, así que cuando salimos él habló nuevamente
-Bien ahora necesito que cierres tu ojos y confíes en mi, ¿lo harás?- preguntó
-Lo haré- aseguré, siendo correspondida por él, antes de cerrar mis ojos y quedar únicamente con mis otros sentidos, mediante íbamos caminando pude percibir el olor a césped y pinos, indicándome así que nos dirigíamos hacía el bosque, lo cual me alegró, pues siempre he sido una persona reservada. No caminamos mucho hasta que nos detuvimos, pude percibir la brisa fresca, así que supe que estábamos en un lugar alto
-Esta bien ya puedes abrir los ojos- dijo. Frente a mi se podía ver todo Hogsmeade, el pueblo se veía lindo desde la altura a la que estábamos y en nuestros pies había una manta, donde él había organizado otras cosas que había comprado en la tienda, era una linda sorpresa
-Es muy agradable el lugar- dije para cerrar los ojos y sentir la brisa suave rodearme
-Sabía que no te gustan mucho los lugares donde hay mucha gente, así que hice algo un poco más apartado- dijo con una sonrisa
-Me encanta- admití
Fue entonces que ambos nos sentamos y comenzamos a platicar, reír y a hacer competencias de quien se comía más rápido tal cosa, gané en ese juego puesto que Marcus se terminaba atragantando por reírse en el momento, y así fue hasta que nos quedamos mirando a los ojos mientras continuábamos riéndonos sobre la situación, poco después tomó mi mano entre las suyas y depositó un pequeño beso en ella, acto que me pareció sumamente tierno, pero en ese momento pude oler como se tensaba, era obvio que estaba pensando en algo que lo ponía nervioso
