Para muchos lo primordial es la línea de sangre, pero ¿Que importancia tiene eso cuando lo que prima es el amor?
Nuestra sangre no nos define como personas, ni fija nuestro destino, solo podemos ser víctimas de aquel primitivo y audaz ladrón llamad...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El resto del fin de semana pasó bastante bien y en eso Draco tuvo que volver a su casa, quedamos en volver a vernos de regreso a Hogwarts, ya que al parecer no tendríamos mucho tiempo para vernos debido a que mamá y yo queríamos viajar dos semanas fuera del país, y así fue.
Fuimos a Noruega, el país fue un encanto, el frio era parecido al del invierno en Hogwarts lo que para mi no fue un problema, durante ese tiempo le mandé una postal a Draco, otra a Summer, Leo, Marcus y Charlie al que también quería mostrarle un poco de mis vacaciones, no tuve mucho tiempo más para escribirles, pero no quería que pensaran que me había olvidado de ellos. Fue lindo conocer el país, en especial el refugio de criaturas mágicas ubicado a las afueras de Oslo, en ese lugar recordé mucho a papá y pensé que le hubiera gustado ir.
Para el día de mi cumpleaños lo pasamos únicamente mi madre y yo en nuestro viaje, y aunque no estaba acostumbrada a estar sin el resto de mi familia, fue un lindo cambio, oficialmente tenía diecisiete, lo que significaba que podía hacer magia autónoma con mi varita, lo cual fue una excelente noticia. Pero cuando volvimos a parecer en el mundo mágico, todo era un caos nuevamente, pues al parecer el asesino y mortifago Sirius Black había escapado de Azkaban
-Apenas volvemos a casa y ya hay revuelta- comenté a mi madre
-Ni me lo digas, al parecer no tendremos más años tranquilos- respondió
-Dímelo a mi- dije haciendo alusión a que gracias a Potter seguramente pasaría algo este año
En medio de nuestra conversación Plux se hizo presente
-Amas, es un placer verlas de nuevo en la casa, Plux espera que hayan tenido unas buenas vacaciones-
-Muchas gracias Plux- respondió mi madre -¿Ha pasado algo mientras no hemos estado?- preguntó mi madre
-No mucho mi señora, únicamente han llegado algunas cartas y paquetes para ambas, en especial para la señorita Hela, por cierto ama, Plux desea que haya tenido un buen cumpleaños- dijo dulcemente
-Gracias Plux- contesté con una sonrisa
-Bueno será mejor que vayamos a descansar, y Hela estoy muy orgullosa de ti, el hechizo de aparición te salió a la perfección, es por eso que has conseguido tu carnet tan pronto- me reconoció
-Gracias mamá-
Dicho esto fuimos cada una a nuestra habitación y en cuanto entré me dí cuenta de que Plux tenía razón, tenía mi escritorio con varias cartas apiladas, un par de cajas y sobres gordos, pero estaba tan cansada que abriría todo mañana, y tendría una ventaja esta vez, pues ya podría usar mi varita para ayudarme con ello.
