Para muchos lo primordial es la línea de sangre, pero ¿Que importancia tiene eso cuando lo que prima es el amor?
Nuestra sangre no nos define como personas, ni fija nuestro destino, solo podemos ser víctimas de aquel primitivo y audaz ladrón llamad...
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Iba camino al trabajo, y en definitiva no había sido mi día. Primero no había podido dormir sino hasta bien entrada la madrugada debido a que me había quedado pensando en las palabras de Dumbledore y en cómo le iba a hacer para convencer a Draco. Gracias a eso, me había levantado faltando treinta minutos para entrar a trabajar, lo cual me dio tiempo solo de ducharme, vestirme y aparecerme. Por lo cual no había tomado café y no tenía comida en mí estómago, lo cual me iba a pasar factura en cualquier momento.
Estaba entrando al banco cuando me tropecé con una chica que tenía muchos papeles encima.
-Lo lamento- dije para luego tomar mi varita para poner todo en su lugar
-No te prreeocupes, ha sido mi culpa- dijo y reconocí ese acento rápidamente.
Al alzar mi mirada me di cuenta que la chica que estaba frente a mí era demasiado hermosa para ser real, rubia, ojos azules, tés blanca como porcelana, estatura adecuada y atributos en perfecto balance. Tenía que ser una veela.
-¿Eres Francesa?- pregunté
-Así es- respondió y se fue
Seguí con mi camino entusiasmada por la idea de que hoy Mera volvía de sus vacaciones, así que me daría una mano con el papeleo.
Llegué a mi escritorio y me tiré en mi silla
-Me voy unas semanas y te ves horrible- dijo Mera llegando a mi lado
-Siempre tan dulce- dije sarcásticamente
-¿Desde cuando llegas tarde?- preguntó curiosa
-No he dormido muy bien desde hace un tiempo-
-Al parecer te está comenzando a pasar factura, pareces un vampiro, y no de los lindos-
-De milagro no vine a trabajar en pijama- admití
-Hubiera sido muy gracioso verte llegar así-
-Apuesto a que te hubiera encantado molestarme-
-No lo niego, pero lo positivo es que he vuelto y ya no estarás tan cargada de trabajo-
-Gracias a Merlín, espero que hayas tenido unas buenas vacaciones- dije
-Las tuve amiga, vengo recargada, no deberías tardar y pedir las tuyas-
-Oh no, estoy bien-
-Repítelo hasta que te lo creas- dijo mirándome de arriba abajo -Voy por café, te atraeré uno doble-
-Te lo agradezco- dije posando mi rostro de nuevo en mi escritorio, y preparándome mentalmente para la ola de papeles que tenía por organizar.
Habían pasado alrededor de unos veinte minutos cuando Mera volvió con café y lo que parecían ser donas.
