𝟎𝟕 | ❛ 𝐒𝐈𝐄𝐓𝐄

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& ❛ 𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐒𝐈𝐄𝐓𝐄 ; enfrentamientos inevitables ❜

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& ❛ 𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐒𝐈𝐄𝐓𝐄 ;
enfrentamientos
inevitables ❜


CASTIGADOS.

—Y por culpa de ese. —rezongó James de mala gana cepillando con fuerza el piso de la mazmorra donde normalmente tenían clase de pociones. —¿Qué tanto miras, Quejicus?

—James no empieces—le reprendió Remus deteniendo su labor momentánea de sacarle brillo a los calderos. —Enfócate, nadie quiere más problemas.

La tensión que se sentía en el aire era casi palpable. En una esquina más alejada se encontraban Severus y Lily enfocados en dejar reluciente esa área. Más a la derecha se encontraba Peter y Sirius con escobillas en las manos, imitando sus acciones.

Cinco días había trascurrido desde que McGonagall les había puesto un alto al caos formado en las mazmorras y cuatro desde que su castigo había dado inicio. Cada tarde, luego de clases, debían reunirse ante la mazmorra de pociones, donde provistos de escobillas y limpiador de piso debían pasarse lo que les restaba del día fregando manchas difíciles de quitar.

Ese era el castigo que McGonagall naturalmente había diseñado para sus Gryffindor, Slughorn sin ser demasiado creativo no había tenido una mejor idea que anexar a Severus al grupo de limpieza, generando que la tensión subiera a altos niveles cada vez que se reunían.

—Hazle caso, Potter. —escupió Severus con desdén centrando su atención en Remus. —No queremos que vuelvas a salir lastimado, ¿no?

Las orejas de James adquirieron un tinte rojo de indignación mezclado con vergüenza,—Vas a ver qué…

—James no le hagas caso. —intervino esta vez Maisie, cerrando sus dedos sobre la manga de la camisa del muchacho buscando llamar su atención. Pero James no se dignó en voltear en su dirección.—¿Por qué…? ¿Porque estás tan orgulloso de haber atacado a alguien por la espalda?—señaló esta vez centrando su atención en Severus.

Y por primera vez que pusieron un pie en el aula de pociones el Slytherin pareció genuinamente arrepentido.

—¡Yo no fui! —graznó Severus irritado. —No tienes pruebas de nada.

—¿Qué no? —se entrometió Sirius incapaz de quedarse callado ante la situación. Hacía dos días, James había sido hechizado por la espalda. No había querido hablar de ello, pero el medio día que había pasado en la enfermería habían sido prueba latente de que quién buscaba devolvérsela le tenía bastante saña. —Entonces si no fuiste tú seguro fue alguno de tus amigos.

—No me extrañaría. Potter es un desagradable de primera, pedante y…

Antes de que Severus fuera capaz de terminar su discurso lleno de odio, James se enderezó con brusquedad y terminó alzando su varita en dirección al único Slytherin presente.

La Merodeadora EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora