『 El diablo y la abogada 』
¿Lo peor que te puede pasar al regresar de un buen viaje? Que tu padre te avise que unos hombres quisieron desalojarlos de Geumga Plaza y que otro haya aparecido de la nada, para reclamarlo.
La paz se ha perturbado y guerra tendrán.
Es por ello que con todo y mochila de viaje junto con café a medio tomar en mano, corro al interior del edificio, esquivando a los inquilinos que se encuentran en mi paso. Apenas nos hemos logrado decir «hola, ¿qué tal?».
Al poner un pie en el bufete, aviento la mochila hacia el escritorio del señor Nam y me acerco a donde están todos, recuperando el aire que he perdido tras correr.
—¡Estoy aquí! —digo, al tiempo de tragar bocanadas de aire—. Disculpen la tardanza. Tuve problemas al tomar un taxi hasta aquí.
—Lia —dice Chayoung, abrazándome eufórica.
—Hola, hija. ¿Cómo estuvo el viaje? —pregunta papá con ese tono amable de siempre.
—¡Alto! —Chayoung impide que papá se acerque a mi, colocando una mano al frente —. No vas a abrazarla hasta que te retractes sobre retirarme la patria protestad.
—¿Qué? ¿Por qué? —pregunto pero sacudo las manos para no hablar de eso ahora—. Olvídenlo, quiero saber qué sucede.
—Ha acontecido algo de última hora. Ven.
Chayoung se aparta para tomar asiento sobre mi escritorio y papá aprovecha esa ventaja en poder abrazarme un instante, seguido de llevarme a su escritorio. Mientras lo hacemos, me percato de la presencia de un hombre desconocido al menos para mí.
¿Será un amigo de papá o Chayoung?
Viste un pulcro traje negro con corbata a juego y me inspecciona de pie a cabeza con gesto duro, pareciera que está juzgándome.
—¡Ah! Perdón, soy un maleducado. Ya conoció a una de mis hijas pero Lia también lo es —le dice a aquel hombre.
Cómo es usual, cuando papá me presenta ante cualquier persona, siempre preguntan porqué tengo diferentes rasgos a comparación de ellos y la razón es muy sencilla:
Nací en Milán dentro de una familia acomodada entre un buen status social y económico. A mi corta edad, mis padres se encargaron de brindarme lo mejor a excepción de una cosa: tiempo en familia. Ellos jamás estaban en casa, siempre viajaban o trabajaban en su negocio de bienes raíces. Hasta que unos ladrones los asesinaron. Cinco meses después, el señor Hong Yoo-chan me adoptó, acogiéndome en su hogar situado aquí en Incheon, brindándome todo lo que carecí.
Aunque él no parece importarle lo diferente de mis rasgos físicos. Aún así, quiero aclararlo:
—Nací en Milán, si es que eso te estabas preguntando.
ESTÁS LEYENDO
In love with the devil〘Vincenzo〙
Fanfic: ✦ 𝙸𝚗 𝚕𝚘𝚟𝚎 𝚠𝚒𝚝𝚑 𝚝𝚑𝚎 𝚍𝚎𝚟𝚒𝚕 ❞ 𝐖𝐡𝐞𝐧 𝐲𝐨𝐮 𝐟𝐞𝐞𝐥 𝐦𝐲 𝐡𝐞𝐚𝐭 𝐥𝐨𝐨𝐤 𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐦𝐲 𝐞𝐲𝐞𝐬, 𝐢𝐭'𝐬 𝐰𝐡𝐞𝐫𝐞 𝐦𝐲 𝐝𝐞𝐦𝐨𝐧𝐬 𝐡𝐢𝐝𝐞. Si estás dispuesta a confiar en ese hombre con rostro encantador, asegúrate de que...