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『 El ganador 』
Aguardo diez minutos más mientras duerme, meramente por verla descansar en mis brazos. Hablo con la señora Hee-soo para pedirle de favor que cuide bien de Lia y Chayoung, no pregunta por qué pero puedo ver la duda en sus ojos.
Después, me encuentro conduciendo a la dirección que compartió conmigo el señor Cho, donde ahí mantiene a Choi Myung-hee drogada y cuando llego, frente a mi tengo un panorama de casas abandonadas, casi en ruinas. En el aire se puede oler el polvo, humedad y madera vieja.
Tomo prestadas herramientas de su auto y voy hacia el interior de la casa, sitio en el que se encuentra dormida en una silla. Me hinco, pido ayuda al señor Cho para sujetar su pie mientras yo se lo clavo a la madera.
Un golpe, dos... sus tendones, músculos y huesos crujen, abriéndose paso ante la pieza... cinco, seis... sangre a cantidades exuberantes salen de cada lado de la herida. Repito el mismo procedimiento con el otro pie, y termino con ambas manos manchadas de sangre.
Solo debo esperar a que despierte.
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Estoy sentado a sus espaldas, jugando con la tapa de mi encendedor, cuando sus respiraciones sofocadas anuncian que ha despertado. Grita al intentar levantarse y camino hasta posicionarme delante suyo.
—No intentes pararte. Te dolerá más —advierto, aunque no debería hacerlo.
—Debo de darte mis condolencias, imagino lo difícil que debió ser verla morir —dice entre dientes, soportando el dolor.
Dispuesto a no oír ni un comentario de ese tipo, improviso. Tomo sus manos con intención de fracturar las diez falanges distales y sus gritos, me llenan de satisfacción.
