¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
『 Cómplice 』
───────◇───────
「Lia」
Quedamos después del almuerzo en una cafetería para hablar con Vincenzo sobre lo que pudo conseguir viendo al presidente de Babel.
Mi hermana y él ya se encuentran hablando mientras pido mi café expresso.
—¿Lia? ¿Eres tú? —pregunta una mujer a un costado mío.
Posee cuerpo atlético, cabello corto color negro y viste ropa deportiva adecuada para ambientes fríos.
—¿Profesora Park?
—Qué gusto verte después de tanto tiempo, ¿cómo estás tú y Chayoung?
Rotas, tratando de vengar la muerte de nuestro padre al mero estilo de la mafia italiana.
—Bien aunque, han pasado muchas cosas. Seguramente ya supo lo de papá —respondo taciturna.
—Si, lo siento mucho. Si te sirve de algo, puedes pasarte uno de estos días a la pista de hielo. Después de las seis estoy libre.
—¡Lia! —grita mi hermana desde la mesa—. ¡Hola, señora Park! —agita su mano feliz para saludarla, mientras se acerca—. Ve con Vincenzo, te pondrá al tanto.
—Nos vemos —me despido de ella.
La profesora Park fue mi entrenadora en patinaje durante mi adolescencia. Esto, como deporte a realizar. Jamás participé en alguna competencia puesto que solo lo hacía por pasatiempo, además, con mis constantes castigos, nunca iba a ser posible.
Tomo asiento en la mesa donde él se encuentra al tiempo de dejar mi taza de café.
—¿Quién era? —pregunta, alzando una ceja.
—Es quién me enseñaba patinaje —me da un vistazo rápido sin ser descarado y ahora soy yo quien enarca una ceja—. ¿Qué?
—Pensaba en lo ridícula que te veías usando esos vestidos coloridos.
—¡Aish! —le brindo un golpe en su brazo. No duda en ser dramático, por lo que termina quejándose—. Te lo tienes merecido. Mejor dime, ¿qué tal salió todo?
—Le dije a tu hermana que el presidente Jang, no es el verdadero jefe. Le mencioné citas de algunos autores pero no entendió nada.
—Es una marioneta —digo con desdén. Asiente esbozando una sonrisa—. Acerquémonos a este y así aparecerá el verdadero jefe.
—Vengan. Debemos ir al bufete para hablar de esto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
