𝚇𝙻𝙸 - 𝚅𝚒𝚗𝚌𝚎𝚗𝚣𝚘 𝙲𝚊𝚜𝚜𝚊𝚗𝚘

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『 Vincenzo Cassano 』

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『 Vincenzo Cassano 』

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Vincenzo

Al menos diez hombres vienen hacia nosotros dos.
Cualquiera con sentido común diría que nos retiráramos, que tenemos la pelea perdida pero, estoy tan enfadado... molesto, lleno de ira porque tuvieron la osadía de apartarla de mí y de Chayoung.

Por ella podría hacer arder toda Italia.

E irónicamente vengo por ella, cuando tenía planeado en un principio, traerla para acabar con su vida.

Papá debe estar revolcándose en su tumba o, rezando por una tregua entre sus hijos.

Luca alista su pistola y comienza a disparar, abatiendo a unos cuantos sin darles oportunidad a dialogar. Hago lo mismo pero me modero, hoy, él está siendo mi escudo.

Nuestro propósito es llegar hasta el interior de la casa, donde seguramente Paolo espera a por mí. Es un cobarde que prefiere resguardarse a estar al frente.

Pienso en Lia, en donde puede estar ahora, si está bien o si está muerta. El corazón se me encoge y alejo ese pensamiento. Es astuta e inteligente, sabrá defenderse.

Caen los dos últimos hombres sobre el césped. Caminamos cautelosos, acercándonos más y más hacia la puerta principal.

—¿Quieres entrar directamente? Podemos rodear —pregunta Luca sin apartar la vista del frente.

—Tú rodea. Yo entraré por aquí —digo sin titubear. Él asiente y se encamina hacia la puerta del jardín trasero.

Avanzo lento, no bajo el arma para nada. Una vez adentro, inspecciono la casa, encontrando orden y silencio, como si estuviera aguardando a que el caos se desate.

Prosigo mi camino, en dirección al estudio y entonces lo veo. Los vellos de mi piel se erizan, la poca comida que tengo en el estómago se vuelve plomo y mi respiración se vuelve frenética.

Lia está hincada a escasos centímetros de él, la mantiene sujetada del cabello para evitar que se mueva y con su otra mano posa su pistola en la cabeza. Me enfurece más, ver que tiene el rostro cubierto de sangre.

—Bienvenido a casa, hermano. ¿Cómo estuvo tu viaje? —dice petulante. Sonríe satisfecho porque sabe que puede manipularme.

—Excelente. Jamás había estado tan ansioso por llegar a casa.

—Bien, porque estaba esperándote para mostrarte como acabo con ella —la jala del cabello y Lia hace una mueca. Doy un paso discreto—. ¿Sabes? Esta mujer, a la que quieres, a la que le obsequiaste un anillo para incluirla... asesinó a Rizzo. Mi Rizzo.

In love with the devil〘Vincenzo〙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora