𝚅𝙸 - 𝙿𝚊𝚙𝚊

4K 381 30
                                    

『 Papá 』

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

『 Papá 』

Dos horas después, estando en el despacho, entra Chayoung con Lia detrás de ella, interrumpiendo nuestra hora de almuerzo.

—Tenemos que hablar, señor Hong Yu-chan —dice en tono autoritario.

—Dijo: "Señor Hong Yu-chan". Alerta roja, mejor me voy. Ataque nuclear detectado.

El señor Nam coge su chaqueta café y se apresura a salir casi corriendo de aquí. Lia toma asiento en la mesa a mis espaldas, me hace señas que lo mejor es que salga cuanto antes.

—Entiendo que no quieras ayudarme, pero al menos, no arruines mi futuro. Y cómo si eso no fuera suficiente, dejas que ella se te una.

Saco del bolsillo de mi traje el teléfono, fingiendo estar hablando con alguien y no escuchando la discusión.

—¿Cuándo arruiné tu futuro?

—Gracias a ti, mi posición en el trabajo tambalea —arremete Chayoung—. Ya no seré un pez gordo, seré un pez flaco.

El señor Nam hace rechinar una ventana, me indica con su mano que mejor salga, otra vez. Le hago caso pero el señor Hong se mueve, impidiéndome el paso. Decido rodear la mesa donde se encuentra Lia. A mitad del camino, tropiezo con la fotocopiadora, golpeando mi pierna derecha.

—Quanto è difficile per te uscirne? (¿Tan difícil es que logres salir?) —murmura Lia molesta, mientras doy saltos del dolor.

—Bene, allora non limitarti a sederti e aiutarmi (Bueno, entonces no te quedes sentada y ayúdame) —contraataco.

Se levanta quedándose a medias debido al grito que hace Chayoung, haciendo sobresaltarnos.

—Como siempre, te diré cosas hirientes —dice volteando a ver a su padre con severidad—. Si siempre fuiste tan correcto, ¿por qué dejaste morir así a mamá? Estabas tan ocupado cuidando de los demás que la dejaste morir sola en el quirófano.

—Andiamo! (¡Vámonos!) —susurra Lia en tono prudente para ser escuchada. Me sujeta del brazo, arrastrándome con ella hacia la salida.

—Te dije que no hablaras de eso.

—¡Lia Greco! ¿A dónde crees que vas? —le grita y ella se crispa. Va asomándose lento a un lado de mí, tal cual niña regañada—. Ella también fue tu madre, dile algo.

Observo cómo cierra y abre su boca varías veces, pareciera que se arrepiente de pensar lo que está a punto de decir. Doy golpecitos en su mano; me mira encrucijada y da un respiro profundo antes de hablar finalmente.

—No creo que papá la haya dejado morir, hermana. Él sufría mucho y se mantuvo fuerte por nosotras.

—¡Aish! Por tu culpa, mamá, Lia y yo, tuvimos una vida miserable.

In love with the devil〘Vincenzo〙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora