𝙻𝚅𝙸𝙸 - 𝙸𝚕 𝚐𝚒𝚘𝚌𝚘 𝚍𝚎𝚐𝚕𝚒 𝚜𝚌𝚊𝚌𝚌𝚑𝚒

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『 El juego de ajedrez 』

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『 El juego de ajedrez 』

Hace cinco días...

Él mueve un peón, logrando derribar uno mío. Sonríe de oreja a oreja, realiza una pregunta sobre mi vida en Corea, la cual respondo pero, no se espera que en mi siguiente movimiento, quite dos suyos usando un caballo.

—Tengo derecho a dos preguntas —reposo mis antebrazos en la mesa para más cercanía—. ¿Quién es tu miembro más reciente?

Preguntas que ante su perspectiva, no compromete información confidencial. Y la realidad es que, no necesito otra cosa más allá que datos precisos sobre personas clave.

—Es Dante. Apenas, tiene siete meses de estar conmigo pero, tengo de conocerlo alrededor de un año.

—Muy bien. Siguiente pregunta —hago sonar la mesa con mis uñas, pensando unos cuantos segundos—. ¿Cómo lo conociste?

—Por medio de un ex mejor amigo —responde sin apartar su mirada del tablero.

—¿Quién...?

—Solo tenías derecho a dos. Hazla cuando vuelvas a comer otra pieza mía.

Mueve una torre suya que no genera ninguna preocupación en mi siguiente jugada porque, tan solo avanzo una casilla, he comido a su caballo. Papá ríe de que sea tanta mi desesperación por querer saber más, que ni siquiera espera a que yo termine de formular la pregunta.

—Su nombre es Fabrizio Moretti —comienza a contar, esta vez, haciendo contacto visual conmigo—. Lo conocí tiempo después de despertar del coma. Él junto con Giuseppe, me ayudó a superar lo que había sucedido. Nos volvimos inseparables.

—Si dices que fueron buenos amigos, ¿cuál fue la razón de su distanciamiento?

—Esas no fueron las reglas —intenta acercar su mano al tablero pero lo hago a un lado, impidiendo que continúe jugando—. Basta, Lia.

—Responde esta y dejaré de molestar.

Suspira agotado de tener que soportar mi insistencia en este otro tema, ya suficiente tiene con las súplicas de querer presenciar sus reuniones. Lorenzo, su Caporegime, toca dos veces la puerta del estudio antes de entrar.

—Señor, es momento de irnos —dice únicamente y vuelve a dejarnos a solas.

Papá se cerciora de que nadie asome sus narices mientras se prepara para contarme uno de sus tantos secretos:

In love with the devil〘Vincenzo〙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora