𝚇𝚇𝙸𝙸𝙸 - 𝙽𝚘𝚗 𝚝𝚘𝚌𝚌𝚊𝚛𝚎 𝚒𝚕 𝚌𝚘𝚗𝚜𝚒𝚐𝚕𝚒𝚎𝚛𝚎

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『 No toques al consigliere 』

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『 No toques al consigliere 』

Llegamos a casa después de experimentar una montaña rusa de emociones y acciones. Chayoung se ve muy desanimada para ayudarme a preparar la cena, por lo que mejor compro kimchi y fideos, junto con soju.

Acomodo nuestros respectivos platos, cubiertos y vasos; la llamo desde la cocina y la veo acercarse, exhausta.

—Gracias por la comida —dice, al tiempo de sentarse. Empieza a servirnos una buena ración a cada quien; sumerge su cuchara en el tazón y la veo cerrar los ojos cuando mastica—. Moría por comer.

Sonrío de verla disfrutar una sencilla acción y, es que estos simples momentos que comparto con ella, me son suficientes para sentirme bien.

—¿Puedo preguntarte algo? —asiento indiferente. Acomoda su cuchara dentro del tazón—. ¿Qué pasó realmente entre tú y Vincenzo? Porque vamos, no me creo lo del vino. Y si eso fuera, ambos estarían comportándose cercanos.

—Mmm... es una historia un poco larga.

—Bueno, aún nos queda mucha noche. ¿No crees? —ladea su cabeza. Me regala una sonrisa comprensiva—. Si te rompieron el corazón, tenemos mucho soju y tienes una hermana con quien contar.

Apenas empiezo a hablar, mi voz va perdiendo volumen. Procuro no soltarme a llorar o no se entenderá nada de lo que estoy contando. Sin embargo, cuando llego a esa parte específica —la que sigue causándome tristeza—, ahí me quiebro.
No dice nada, solo escucha pacientemente. Ha aprendido en qué momento hacerlo, se limita a pararse y tomar asiento junto a mí para abrazarme.

Sigue siendo aquella hermana que solía estar conmigo hasta el amanecer durante mis malos días.

El ánimo de los cuatro, va mejorando de a poco o es que el café del señor Nam, provee algo de alivio y resignación, tras un día caótico

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El ánimo de los cuatro, va mejorando de a poco o es que el café del señor Nam, provee algo de alivio y resignación, tras un día caótico.

Hoy, Vincenzo nos muestra una memoria que contienen grabaciones de distintos puntos viales de la ciudad.

—Es este.

—Conectémoslo a la computadora —dice el señor Nam. Mi hermana y yo asentimos.

Iniciamos viendo la grabación en un puente que conecta a la carretera y como primer hallazgo, un auto va siguiendo la camioneta donde ellos viajan. En el siguiente, entran al túnel Yangdong y salen de éste con un minuto de retraso en la última grabación —solo se necesitan cinco para hacerlo. También, la camioneta presenta una abolladura en la defensa delantera.

In love with the devil〘Vincenzo〙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora