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『Dos almas 』
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Queda en mi total imaginación, que pudo haber seguido de no ser sorprendidos por una llamada que recibió Vincenzo sobre acudir a un sitio para asistir a una reunión de urgencia. Y al llegar al día siguiente a casa con Chayoung, me llenó de preguntas acerca de cómo fue mi estancia, insinuando cosas que no ocurrieron.
Aunque, hubiera querido que así fuera.
Hoy, es la fecha más importante para mi hermana y mi mejor amigo, Luca. Tras haberse comprometido hace poco más de un año, este día... es su boda a orillas del mar mediterráneo. Ubicado en un extremo de Malta, está la casa que Vincenzo tiene aquí y ellos, la eligieron como el sitio para festejar su unión.
Desde que ambas llegamos para prepararnos y revisar que todo esté en orden, no hemos tenido la oportunidad de admirar o revisar los detalles y secretos que esta magnífica casa esconde. Julia, quien trabaja junto con Beatrice, ayuda a Chayoung a arreglarse para antes de las tres, que es el momento cuando se hará el enlace nupcial. Y la otra mujer, me indica con cuáles cosas ayudar para que el jardín principal, esté listo.
—¿Falta otra cosa por traer? —pregunto, observando detalladamente, mi alrededor.
—Aquellos jarrones de vidrio pero, están muy pesados. Esperemos a que Manolo o Giuseppe, los muevan.
—Está bien. Déjame hacerlo.
Regreso a adentro, levanto un jarrón desde su base y apenas cuando intento dar un paso hacia delante, siento como se va resbalando de entre mis dedos poco a poco.
—Te ayudo. No sería bueno suspender la boda porque la dama de honor esté herida de gravedad.
Noto a Vincenzo estar del otro lado para ayudarme a transportar el jarrón, hasta la pequeña tarima dónde estarán mi hermana y Luca.
—Gracias. Hubiera sido muy triste que este bonito arreglo de flores, terminara en el suelo hecho pedazos —aliso la falda de mi vestido, inconscientemente.
—Lo sé —responde, tajante. Me da un vistazo rápido, sin ser irrespetuoso—. Como siempre, te ves resplandeciente.
—Tú también te ves... —me debato si sería correcto decirle que se ve increíblemente atractivo, bajo los términos de nuestro acuerdo. Por lo que mejor opto decir—: encantador.
Siento nuestra energía entrelazarse y fluir alrededor de nosotros, encerrándonos en la famosa burbuja que nos permite deleitarnos, mientras expresamos nuestros deseos y pensamientos, a través de las miradas.
