Mi hermano se enamoró de mí (Jungkook fanfic ©)

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Horas después, en la cancha de fútbol, aproximadamente a las 11 am, en el receso de la práctica con el equipo de animación.
  
  
  
  
 
Por _______:

  
  
   
  

Estuve ultra cerca de llegar tarde al entrenamiento, aún no entiendo cómo lo hice pero logré estar a tiempo. ¿Debería tomarlo como un milagro? Aparentemente lo fue.

Desde la mañana el clima estuvo templado, pero por el color gris de las nubes y el fuerte viento que nos acompañaba, podríamos asegurar que se volvería frío en cualquier momento. No me gusta el calor, pero tampoco el frío.
  

—_______ —oí a Lisa acercarse hacia mí por detrás mientras estaba sentada en la grama de la cancha— ¿Dónde te habías metido?

—¿Meterme? —reí un poco— Acabo de regresar del baño.
  

El haber llegado justo a tiempo y no con anticipación como normalmente llegaba, hizo Lisa y yo ni siquiera pudiéramos hablar más que solo lo referente a las rutinas que presentaríamos en el campeonato. Fue extraño tratarnos con tanta seriedad, pero no era opción hacer vida social en medio entrenamiento; de hacerlo, seguro recibiríamos el regañó de la vida.
 

—Ay, pero me hubieras esperado para ir juntas. Acompáñame, también quiero ir. Vamos, ¿sí? ¿sí?

—Está bien —sonreí— pero primero pidamos permiso, no vaya a ser que luego nos regañen.

—Pero estamos en receso, no van a decirnos nada, además la maestra anda de malas.

—Pero...

—Anda, vamos... Levántate...

—Bien —me levanté— pero que sea rápido.
 

*Si no tienes una amiga que te lleve por el camino del mal, eres la que lleva a tu mejor amiga por ese camino... Ok, no...*
 

Lisa y yo, caminamos rápidamente hasta los servicios higiénicos y al ingresar, ella se lavó la cara para de inmediato echarse una crema  rara.

—Qué te estás poniendo en la cara.

—Qué, ¿Esto? —miró su frasquito—. Es protector solar —contestó sin dejar de untarse la crema.

—¿Usas protector solar en un día nublado?

—Antes no usaba, pero después de lo que dijo la maestra de ciencias he decidido usar incluso en días nublados, uno nunca sabe cuándo un rayo ultravioleta podría estar por ahí, debemos cuidar nuestra piel.

—Cierto, los rayos UV.

—¿Te imaginas andar con un montón de manchas en la cara? Es mejor prevenir que lamentar. ¿Quieres un poco?

—Claro —sonreí—. Lavaré mi cara entonces.

—Espera —comentó abruptamente— mejor no, no sé qué tipo de piel tienes, no vaya a hacerte daño y luego es un problema, no tengo dinero para pagarte el dermatólogo. El mío es para piel grasosa, ¿Sabes tu tipo de piel?

—También tengo la piel grasa —reí.

—¿Enserio?

Asentí un par de veces.

—Entonces sí puedo darte un poco. Toma —me dio otro frasquito— este es jabón especial para piel grasa, úsalo, tu piel quedará suavecita.

—Gracias Lisa, y tú también lo necesitarás, porque probablemente... —intenté hacer suspenso— probablemente seas la cara juvenil femenina de la marca de cosméticos de la que te hablé.