Extra. Dime Más

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— Mira aquí — señale con mi índice un grupo de equis en línea en la parte superior del pizarrón, con mi otra mano sostenía el plumón rojo para marcar puntos en específico — La defensiva de Harrisburg hizo ésta jugada este pasado domingo, es una cobertura por zona, les permitieron cinco yardas y luego retuvieron a los receptores haciendo que el quarterback contrario se tuviera que quedar con el balón más tiempo. Fue este hombre que hizo la captura — moví mi dedo hasta señalar una equis más distante  —, un safety del último nivel endemoniadamente rápido corrió de aquí hasta aquí — dibujé una flecha para enfatizar el espacio al que me refería.

— Justo corrió entre el guardia y el centro — dijo Forbes mientras distraídamente pasaba sus dedos entre mi cabello.

— Exactamente — giré mi rostro para mirarlo con las cejas arqueadas y los ojos brillantes, su mano cayó de mi cabello hasta mi barbilla  en una tierna caricia— Hizo una captura, forzó un balón suelto y apenas mide 6 pies y medio.

Él entrecerró sus ojos azules e hizo una mueca a medias, vi de cerca como su iris iba de un tono a otro.

— Fue una buena jugada — concedió a regañadientes.

— Fue asombroso — insistí.

Sus ojos se cerraron otro poco.

— ¿Este tipo del que hablas no fue votado como portada para la revista universitaria de la región?

— Lo fue, el año pasado. Es muy atractivo, también — añadí un suspiro melodramatico mientras me quitaba las gafas y las ponía en la mesa baja frente a nosotros junto con el pizarrón y el plumón— Y fue una  excelente portada.

Él hizo un ruido evasivo y sacó su brazo de mis hombros para cruzarlo sobre su pecho y acentarse profundamente en el sofá. Allí, el adorable mohín enfurruñado que curvaba sus labios hacia abajo en las esquinas. 

— Creo que a tu afirmación le sobran palabras.

Mis labios se curvaron mientras desviaba la  mirada hacia la chimenea más allá, donde el fuego crepitaba enviando sombras temblorosas por la pared de piedra arriba y la alfombra donde Zeus y Midas se acurrucaban.

— ¿Ah, si? Hay personas que coincidirían con que faltan un par de "muy, muy, muy atractivo"

— ¿Tres? ¿En serio? — él me miró con sus cejas arqueadas — Lo he visto, no es "muy, muy, muy" nada. Ni siquiera podrá resistir quince minutos de partido conmigo en la línea.

—  ¿Debo entender eso como una amenaza de que lo harás pasar un infierno, señor quaterback?

— Pues si, cuando haya terminado con él no habrá portada que lo saque de la miseria — puntualizó sus palabras con un inclinación cortante de su barbilla.

Me eche a reír ganándome un medio gruñido en mi dirección y una mirada irritada.

— ¿Sabes por qué él fue portada?

— ¿Por su loca y frívola base de fans? — contestó remilgadamente.

Me reí con más ganas mientras me giraba completamente en el sofá, uní mis manos bajo mi barbilla y lo miré asegurándome de tener esa mirada adoradora en mí.

— Lo fue porque cierto quarterback increíblemente talentoso, inmensamente inteligente y absolutamente sexy no estaba jugando. Una total pena si me lo preguntas.

Él mantuvo su mirada al frente pero lentamente su mueca se aflojó y sus labios temblaron, como si luchara con una sonrisa. 

— ¿Ah, si?

— ¿Estas pescando cumplidos? Porque también podría añadir absurdamente celoso, eventualmente gruñón y...

Él hizo otro ruido, mitad rugido y mitad risa mientras  alargaba sus brazos hacia mí, chille y salté fuera del sofá. Él me siguió con una amplia sonrisa que desmentía su fingido tono condescendiente mientras me seguía alrededor del sofá en lentos y sinuosos círculos.

— ¿Qué tan gruñón?

— Muy, muy, muy gruñón.

Arqueo una de sus oscuras cejas como si realmente contemplara el comentario, incluso fue más lejos como para morder su labio inferior.  Suspiré, soñadoramente.

— ¿Qué más?

— Tiene una forma tan inexplicable de hacerme perder la cabeza y darme...  Una terrible fiebre.

Se detuvo bruscamente, la segunda ceja se unió a la primera y puso sus manos en sus caderas.

— ¿Fiebre? — sacudió la cabeza y en un gesto que ya comenzaba a reconocer como una advertencia sacudió sus hombros y curvó los dedos de sus manos. Oso al ataque— No sé si lo sepas pero también ese increíble y seductor tipo también va a graduarse como doctor. Necesitaré realizar un reconocimiento para descartar otros síntomas.

Cruce los brazos y negué con la cabeza.

— ¿Y para eso necesitas quitarte la camisa?

— ¿Cómo sabias que iba a hacerlo? — él dejó sus manos abiertas a sus costados, ridículamente ofendido.

— Soy prodigiosamente observadora, querido  — incliné mi cabeza — Yo lo sé todo, incluyendo todos tus trucos.

— ¿Todo? — él dio un largo paso hacia la derecha.

— Todo — asentí con dos pasos a mi derecha.

Él continúo avanzando con menos ímpetu y más contemplación, cada tanto Zeus y Midas levantaban su cabeza para mirarnos fijamente. No sería yo quien señalara lo absurdo de la situación, ellos lo hacían bien con sus miradas.

— Entonces supongo que sabes que Daniel se va a casar.

Fui particularmente cuidadosamente en no dejar que la sorpresa me detuviera pero aún así no pude retener el escéptico:

— ¿Qué?

— Eso, Daniel se va a casar en tres semanas — aseguró, luego sonrió burlón — Adelante, sé que te mueres por preguntar, pequeña fisgona.

Me giré para caminar hacia atrás y mirarlo directamente, escogí la pregunta más obvia aunque lo más obvio era porque yo no me había enterado. Alguien había sido muy meticuloso en ocultarmelo, un alguien con muchos problemas.

— ¿Con quién?

— No lo sé — encogió un hombro descuidadamente — Ni siquiera él lo sabe.

— Eso es absurdo, ¿Por qué él ...? — me interrumpió cuando en un solo movimiento saltó sobre el respaldo del sofá y cayó frente a mí con la gracia de un gato — Maldición.

Él sonrió ampliamente.

— Distracción y ataque sorpresa. Esto no lo conocías, ¿eh? — sus manos rodearon mis caderas y me levantó contra él, automáticamente rodeé su cuello con mis brazos.

— ¿Entonces lo de Daniel no es cierto?

— Oh, es absolutamente cierto — inclinó su cabeza para besar el costado derecho de mi cuello mientras sus manos bajaban para meterse dentro de mi blusa. Me estremecí ante el primer contacto de su dedos ásperos contra mi piel — Está en búsqueda de la chica en este momento, la llama el touchdown de su vida. Muy poco original, no crees.

— ¿Entonces se va a casar con alguien que no conoce?

Él asintió brevemente antes de subir para besar mis labios, fue insistente y feroz como si el pequeño recorrido hubiera sido de kilómetros y ese beso el premio al llegar a la meta. Hundí mis dedos en su cabello y respondí con las mismas ganas.

— Yo prefiero llamarte el amor de mi vida — dijo en uno de los breve momentos en que nos separamos para ir a la habitación.

— Y tu el mío.



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¿Con quien se va a casar Daniel?

La segunda entrega ya está disponible en mi perfil: Touchdown en tu corazón. ❤️😘

- Muchos besos y amor

El Quarterback Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora