Día 2: Pretemporada.
La mitad emperabamos que no regresara al día siguiente y la otra mitad temíamos que lo hiciera. El calentamiento en exteriores había sido un fracaso, de los cincuenta y cinco en el roster sólo habíamos llegado diez y terminado el circuito tres, si ese era el indicativo de la disciplina y condición física del equipo estábamos en la mierda. Luego de eso había un espacio para los que tuvieran clases en la mañana, la siguiente actividad era ejercicios mixtos individuales en el gimnasio y luego la reunión del grupo en el auditorio. Por último la práctica en campo techado.
Y ella no había aparecido en todo el día.
Mientras entraba en el campo por la puerta que daba al gimnasio mantuve mis ojos en el vestíbulo de bebidas pero ella no se encontraba allí, éxhale profundamente permitiendome soltar la tensión del día. Casi inconscientemente me encontré con la mirada de Gega, podíamos odiarnos y maldecirnos eternamente hasta nuestra tumba pero en esto estábamos juntos. Comprendíamos la magnitud de esta locura.
— Buenos días, señores.
— Joder — me sobresalte.
Antes de que se cerraran las puertas ella se materializó allí, con otro abrigo voluminoso en color pastel y una leve sonrisa. Maldición. Maldita sea. Putrefacción.
Pasó frente a nosotros como si no se diera cuenta del revuelo que causaba para llegar al vestíbulo, pero la pequeña descarada lo sabía y lo disfrutaba. Me puse el casco y comencé a trotar por la banda hacia el centro del campo, tentativamente Daniel me siguió.
No iba a decir que antes de encontrarla de nuevo había sido fácil vivir porque había sido terriblemente miserable, sin saber como estaba pero por puro orgullo no acercándome para averiguarlo. Y ahora que la veo, era insoportable.
Porque estaba preciosa.
Con gafas de montura gruesa sobre su pequeña nariz, el cabello recogido en una coleta con mechones cayendo alrededor de su rostro, su piel muy pálida y su pequeño cuerpo contrastado por los grandes abrigos podría ser cualquier otra estudiante asistente. Pero entonces abría la boca o clavaba su mirada castaña impaciente en tu rostro y cambiaba tu mundo irremediablemente.
Porque era Lara Gallagher, ángel manipulador.
— Voy a decir lo obvio pero que nadie ha dicho — comenzó a decir Daniel mientras esperábamos pacientemente mientras el resto del grupo se alineaba. Guadamosi también se había acercado — Ella hizo el horario y tiene razón.
— Completamente de acuerdo con lo primero, en lo segundo malditamente no — respondí.
— Pero la tiene — intervinó Guadamosi, mientras se recolocaba su jersey de prácticas color gris — Es un horario estricto justo como los que hacía Geo para las primera semanas, es lo que necesitan los novatos para ponerse en forma
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El Quarterback Y Yo
Teen Fiction¿Escuchas eso? Son los últimos segundos en el reloj, el ruido ensordecedor de la multitud y la última oportunidad para un touchdown. Apasionado. Fuerte. Ágil. Taciturno. Inestable. Temeroso. Culpable. Robusto. Dispuesto a recorrer el infierno para...