El Quarterback Y Yo

19. Finalmente Ataraxia

Día 6: Pretemporada.

— Mira, allí llegan los tortolitos — Gega se inclinó cerca de mi hombro y sin la mas mínima sutileza señaló con su mano hacia las puertas del complejo de prácticas — ¿No te parecen adorables? Ese aire de complicidad y apego apenas contenido, él busca cualquier oportunidad para tocarla y ella se ríe tontamente con cada una de sus palabras. Mira, mira allí. Viven juntos, ¿Sabes? Él apenas llegó esta semana pero es obvio que se conocen desde antes, él también tiene un aire asiático y una arrogancia insufrible. Son perfectos el uno para el otro, con esa falsa nobleza y solemnidad.

— Powell ha iniciado una apuesta por quien será el siguiente en su lista de anotaciones, muy a mi pesar ella es una Gallagher. Vive para el juego — me empujó con su hombro y se rió, el sonido chrriante me tenía apretando los dientes — De niña siempre iba tras nosotros y acosaba a cualquiera que tuviera hombreras o un balón, por consecuente papá amenazaba a todos a su alrededor con romperles un hueso si le tocaban un solo pelo. Pero ella siempre encontraba la manera, esta aquí después de todo ¿no? Huyó a Europa con solo quince años y sobrevivió a una lobectomía  — me miró brevemente con sus cejas rubio castaño arqueadas — Te tiene a ti babeando por ella, tiene a Gladstone y a todos los novatos haciendo fila. Lo mejor que puedes hacer es olvidarla, ¿Sabes?

Apesar de que en ese momento lo que más quería, lo que más necesitaba, era poner mis manos alrededor de su cuello y matarlo solo pude lanzarle una mirada oscura. Pero él siguió, en el lapso de tres segundos había perfeccionado una nueva y muy eficiente técnica de tortura.

Imbécil.

Amarra a un hombre a un trineo de bloqueo y háblale de cuán feliz es la chica que quiere con otro.

Lo odio.

— Él no puedo haber dicho mas que tres frases desde que llegó, ya todos lo odian y solo empezamos la temporada, vendrán largas semanas de entrenamiento en que lo arrollaran al más mínimo aliento. Quiero decir, poco me importa el idiota, pero su fachada de impasibilidad solo está empeorando la situación. Es mucho mejor que tu en cuanto a eso también — sus palabras lograron que finalmente clave mi mirada en el susodicho. Inclinando su cabeza de cabello oscuro muy corto esta escuchando algo que está diciendo Lara mientras señala su libreta, él incluso llega a pasarle un brazo por encima de los hombros en un abrazo breve pero apretado que arranca una risa de ella. Podría cerrar los ojos, podría girar la cabeza pero no lo hice, me mantuve mirándolos. Mantuve la tortura — Tengo una teoría: él no es de aquí, no sabe lo que nosotros sabemos y no vendría a menos que tuviera un plan. Él y su otra amiga, están aquí para llevarse a Lara.

Mi corazón se detuvo porque él tenía razón, nadie vendría a Shadow Valley voluntariamente y este tipo se nota que podría jugar en cualquier lado. Si estaba aquí es porque le importaba Lara y, novios o no, trataba de convencer a la cabezadura de irse.

Una punzada muy diferente al coraje anterior se alojó en mi pecho.

Maldición. Ella debía irse y no me debía doler a mí.