Día 21: Pretemporada.
Fue algo profético de ver, ella apareció temprano a la mañana siguiente. Tan malditamente temprano que estuve apunto de romperme una mano en la máquina de pesas por la impresión.
— Joder, Forbes — Cam, justo a mi lado, miró con alarma lo que casi había hecho — Necesitamos esa mano para ganar contra Maynard.
— Lo sé — me obligué a apartar la mirada de donde Lara había entrado y se mantenía junto a Michael para su terapia. No, no son celos lo que me hizo apretar la mandíbula y maldecir violentamente fue porque me había distraído y casi hecho una idiotez — Lo sé.
Cam no regresó a su máquina como debió haber hecho, sino que se puso particularmente filosófico.
— No me escucharas quejarme por ser rudos contra esos engreídos de Maynard pero tambien necesitarás algo más en lo que desahogarte, ya no eres un defensivo — movió su barbilla hacia donde los recién llegados — Incluso él tiene a alguien que lo mime por su lesión.
Michael. Mi odio y rencor por él crecía por momentos, porque aunque no eran novios todo el mundo lo creía así.
Lara se movió para acercarse a Guadamosi que se encontraba enfrente del trineo de bloqueo, le tendió una hoja y le señaló varios puntos que hizo al enorme hombre sonreír como un niño la mañana de navidad. ¿Qué demonios?
— Puedes tener una reputación anti-peleas pero en el campo querrás regresar el golpe.
Oh, no sólo el campo. En cada momento quiero regresar el golpe.
— Millicent está planeando una fiesta para el jueves en el bar, algo que suelte un poco de la tensión que estamos acumulando. Marshall lo permitirá — se giró a mirarme completamente — Y tú debes venir.
— Eso me temía — gruñí. Yo no estaba para fiestas, ni en ese momento ni en ninguno dentro de los próximos mil años pero allí Camden tenía un punto — Iré solo para dejar en claro de Powell. No quiero sacar a nadie más del equipo.
Cam asintió pero mantuvo su boca cerrada porque finalmente Lara se decidió a acercarse, envuelta en una bufanda rosa intenso y con sus grandes ojos castaños parpadeando tras sus gafas tenía un aspecto sereno.
No voy a mentir y decir que no me alegraba verla allí porque estaba malditamente feliz de tenerla frente a mí. Entera, animada y siendo ella misma.
Al menos uno de los dos pudo salir ileso.
Frunció el ceño y arrugó su pequeña nariz.
— No tienes un ojo morado — luego sus ojos se movieron de mi rostro hacia más arriba, su boca rosada se abrió — Y recortaste tu cabello.
Cuando se hizo evidente que no iba a responder Cam lo hizo.
— No debes parecer tan decepcionada. No es Sansón.
ESTÁS LEYENDO
El Quarterback Y Yo
Teenfikce¿Escuchas eso? Son los últimos segundos en el reloj, el ruido ensordecedor de la multitud y la última oportunidad para un touchdown. Apasionado. Fuerte. Ágil. Taciturno. Inestable. Temeroso. Culpable. Robusto. Dispuesto a recorrer el infierno para...