Una idea desviación que parte del Capítulo 17 del anime Candy Candy

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Resumen del Capítulo 17

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Resumen del Capítulo 17

"En el desierto lejano"

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No tenía mucho tiempo que habían cruzado el último pueblo, cuando a las afueras de éste, Jimmy, el bebé de los Walter, enfermó severamente.

El señor García se había negado rotundamente a regresar; empero, accedió a detenerse para que los Walter atendieran médicamente a su pequeño.

En cambio, Candy, —aprovechando la distracción del mexicano, el cual se había bajado de la carreta y revisaba los caballos—, valientemente, asió las riendas y arrió con fuerza a los animales para emprender carrera e ir en busca del médico, sin importarle dejar atrás a un gruñón y a la vez chillón hombre que se quedó acompañado de su botella de whisky.

Con urgencia, a uno de los habitantes de aquel pueblo se le solicitó por el doctor; y en cuanto recibieron señalamiento, a toda prisa fueron hacia el consultorio.

Después de recibir el regaño acostumbrado del galeno, éste revisó al pequeño, advirtiéndoseles a los padres que Jimmy no podía continuar el camino a México, a lo que la familia debía separarse; y ese hecho, llenó a Candy de frustración y corrió para llorar y descargar su impotencia.

— La familia siempre debe estar unidad — hubo dicho ante la cruel realidad.

Cuando la rubia llegó a la carreta, el quisquilloso olfato de un hombre lo había guiado hasta las bellas Dulce Candy, y que siendo también un conocedor de rosas, ofreció de inmediato dinero por la flor; sin embargo, la pecosa, celosa de su prenda, la tomó y se negó a hacerlo.

Mas, al volver a escuchar la amorosa despedida de los Walter y pensar precisamente en "el dinero", el cálido corazón de la chica se compadeció y cambió de parecer.

Entonces, después de disculparse mentalmente con Anthony, Candy vendió su preciada rosa para poder así comprar boletos de tren y ayudar a pagar la deuda de los Walter con el señor García.

Parados sobre la plataforma, con emoción, Peter anunciaba el pronto arribo de la locomotora, mientras que el padre de familia apreciaba:

— Has hecho tanto por nosotros.

Candy, por su parte, indagaba:

— Ahora que tiene algún dinero ya no necesita ir a trabajar tan lejos, ¿verdad?

La señora de Walter quiso saber:

— ¿Y qué pasará con el señor García?

— Lo que me dieron por las rosas, pagará su deuda — Candy respondió; — además, al ver la carreta se tranquilizará. No se preocupe por eso.

En eso, se anunció la salida. La chiquilla subió al tren, y desde el peldaño les alentaba:

— ¡Suban rápido!

Como las dos hijas pequeñas y Peter ya estaban arriba, el chiquillo también les urgía:

— ¡Apúrense!

... y el matrimonio obedeció. El conductor repiqueteó las campanas, y en cuestión de minutos, emprendieron su marcha.

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UNA CHICA QUE VALE ORO

by

Lady Graham

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Introducción

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Parada sobre el estribo, y conforme el tren se alejaba, Candy miraba con nostalgia hacia el horizonte, porque decía adiós a muchos, pero a la vez, su interior sentía alegría porque ella, así como Annie, también quería un papá y una mamá, ¡una familia, rica, pobre o como fuera! lo importante era que ella se sintiera abrigada, protegida, comprendida y amada dentro de un verdadero hogar; y por lo cariñosa que era la mujer aquella con sus hijos, y además las muestras de defensa y afecto de Walter para con ella contra García, Candy supo que estaba en el lugar correcto; por consiguiente, tomó la decisión de no regresar a Chicago despidiéndose así de:

— Señorita Pony, Hermana María, gracias por todo el tiempo que cuidaron de mí. Ahora estoy en camino hacia una nueva vida donde sé que encontraré mi verdadera felicidad; y aunque duele despedirme, mis queridas madres, espero me comprendan por qué lo hago, pero lo prefiero así antes de ir a un país completamente extraño. Anthony, perdóname y recuérdame siempre; Archie y Stear, gracias por ser mis amigos; Señor Albert, cuídese dondequiera que esté; y espero algún día volver a encontrarme con todos ustedes.

Peter, quien ya estaba a lado de sus padres, al no verla aparecer, fue a su encuentro; y cuando Candy lo escuchó, limpió rápidamente sus lágrimas, le sonrió y fue a reunirse, a lo que a partir de ese momento sería: ¡SU FAMILIA!

UNA CHICA QUE VALE ORODonde viven las historias. Descúbrelo ahora