Después de haberse despedido de Coral y que ésta respondiera a su hermano dándole la explicación a la visita de Terruce, éste salió de aquel edificio; y aprovechando el carruaje que se desocupaba sobre la avenida, el castaño lo usó y solicitó ser llevado al Hotel Plaza donde no tenía ni un par de días que se había hospedado.
Acto seguido de tomar sus pertenencias y liquidar la cuenta, Terry se dirigió hacia la casa de su madre que estaba ubicada sobre la misma Avenida Broadway, sólo que en la parte norte.
Allá, ya llevaba un par de horas aguardando por su progenitora; y en lo que ella aparecía, seguidamente de deshacerse de su saco, él, con los ojos cerrados, yacía acostado cómodamente en el sofá que decoraba el porche; y ahí, inhalaba un cigarrillo; pero la mucama que hizo acto de presencia llevando consigo una charola y encima de ésta una bebida solicitada por él, logró que aquél abriera los ojos, enderezara medio torso para depositar la ceniza de su tabaco y agradeciera por el servicio.
Al estar nuevamente solo, se reincorporó por completo, bebió de su copa, dejó el cristal vacío, y luego caminó en busca de unas breves escalinatas que se divisaban y que conducían a un bello jardín.
Ahí, Terruce, conforme lo recorría, admiraba la diversidad de flores que lo decoraban, y se atrevió a cortar justo una rosa blanca que fue la que más le gustó.
Entre sus dedos, y conforme el castaño la miraba, la jugaba haciéndola girar; luego, la olió llenando ahora sus pulmones del agradable olor.
En eso, los pasos sobre la duela de madera y unas voces atrás, lo hicieron girar, y a distancia observar la bella presencia de su madre, la cual sonriente, lo saludaba con un simple movimiento de mano.
A lo que él interpretó como llamado, Terruce condujo su persona hacia donde estaba aquella; y que al estar cerca, después de darle un beso en la frente, le regaló la flor.
Eleanor sonrió orgullosa ante la galantería de su retoño, y dentro de ella apreció el hecho de que su hijo no le guardara rencor; no obstante, su corazón latió temeroso al sólo pensar en un enfrentamiento con el duque si éste se enteraba de que Terruce estaba justo ahí con ella, y del que, ésta se había prometido, aprovecharía al máximo de su presencia, hasta que su hijo regresara adonde su padre y demás obligaciones.
— ¿Pasa algo? — el guapo joven la sacó de sus pensamientos.
— No, nada — la actriz sonrió bellamente; y gracias a que Terruce estaba escalones abajo, ella lo tomó del rostro para volver a decir: — No sabes lo feliz que estoy el que estés aquí —, y le besó la mejilla derecha. Consiguientemente, saltó a la izquierda.
— Yo también lo estoy de verte —, el castaño subió por completo los peldaños para abrazarla.
Eleanor, al sentirse acurrucada entre los brazos de su hijo, cerró los ojos y aspiró el varonil aroma de él. Enseguida de que su coronilla recibiera un beso, ella solicitaba:
— Ven —, lo sujetó de la mano, — vamos a sentarnos y cuéntame de ti.
— ¿De mí? — replicó el castaño retomando el descenso hacia el jardín.
— Sí, de ti. Quiero saberlo todo.
— No hay mucho qué contar — contestó Terruce en lo que observaba hacia donde lo llevaba su madre.
Cuando ella se detuvo, el castaño frunció el ceño ante la invitación a subirse en algo lindamente tallado en madera y que por supuesto él se resistió a obedecer además de alegar:
— Madre, ya estoy demasiado grande como para treparme en ese columpio.
— Por favor —, ella lo miró meramente suplicante al confesarle: — ¡Toda la vida soñé con hacer esto!
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UNA CHICA QUE VALE ORO
Fiksi PenggemarAcusada de ladrona, Candy deberá cumplir su pena yendo a México sin haber podido despedirse de sus amigos, los cuales harán lo imposible porque regrese; sin embargo, ella tomará una decisión que la llevará a la felicidad. * * * * * * * * * Historia...