Alguien, además de tener el hígado volteado de tanta melosidad y atribuciones permitidas, preguntaba:
— ¿Entonces ésta es la...? — el castaño hizo pausa.
Y aprovechando que Anthony la había soltado para girarse y acercarse a cortar una rosa, Terruce la miró; y haciéndole un gesto y sardónico, diría:
— ¿La "famosa Dulce Candy"?
Ella, entre labios le pedía suplicante:
— Déjame explicarte.
Anthony de inmediato le contestaba:
— Así es, amigo.
El considerado como tal se giró sobre su eje; y ofreciéndosela a ella, a él le preguntaba:
— ¿Dime si no son idénticas?
Ante la comparación, Terruce levantó la cabeza al cielo; y rudamente contestaría:
— Si tú lo dices
Por la fea acción, el paladín jardinero observaba:
— ¡Hablas como un amargado, Terry, porque no te has enamorado, amigo, pero si...! un momento —, recordó apuntándole; — ¿no en tu última carta me hablaste de una chica?
La pareja que se miraba de frente se tensó; y Anthony haciendo memoria retomaba el hablar:
— ¿Cuál es su nombre? ¡Ah sí, la mencionaste como Coral!... ¿qué pasó con ella? ¿Siempre sí la hiciste tu novia?
— Más que eso.
Con la respuesta honesta, el rubio preguntaría azorado:
— ¡¿Le propusiste matrimonio?!
Por el gesto dado, expresaba un sonriente rubio:
— ¡Eso sí es sorprendente! ¿Y por qué no la trajiste contigo? Me hubiese dado mucho gusto conocerla.
— Eso tenía en mente, pero...
El castaño se interrumpió, metió las manos en los bolsillos de su pantalón, agachó la cabeza y miró al suelo.
Obviamente, con su silencio, le despertó la curiosidad a Anthony quien quiso saber:
— ¿Qué pasó?
Terruce, antes de levantar la cabeza, puso una fingida sonrisa en el rostro, y así, lo miró para confesarle:
— A último momento hubo un cambio de... "planes"
... sonando lo último meramente sardónico para no decir ¿nombres?
— Bueno, sólo espero que no sea porque la relación terminó—. Y gracias a que el mismo Anthony pedía: – ¿Les parece si nos vamos? —, no hubo necesidad de dar contestación.
Sin embargo, el rubio al iniciar su camino, pasó en medio de castaño y rubia, lo que la pareja aprovechó para mirarse secretamente, sintiendo Terruce el impulso de acercarse a Candy, abrazarla y decirle ¡qué nada le importaba, sino únicamente ella!
Pero, al final de cuentas, el joven aristócrata se arrepintió y optó por seguir a Anthony.
En cambio, la rubia se desilusionó; y con disimulo rezagó sus pasos para seguirlos a cierta distancia.
Así lo hicieron hasta que llegaron a la entrada de la casa, donde Archie rápidamente le recordó a Terruce sobre su cita; y es que ahora era turno del paladín elegante de tener toda la atención de Candy y presumirle especialmente a ella su gran talento como espadachín.
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UNA CHICA QUE VALE ORO
FanfictionAcusada de ladrona, Candy deberá cumplir su pena yendo a México sin haber podido despedirse de sus amigos, los cuales harán lo imposible porque regrese; sin embargo, ella tomará una decisión que la llevará a la felicidad. * * * * * * * * * Historia...