CAPITULO 2

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JENNIE.

—Jen, contrólate, necesito que respires.

—¡¿Por qué tuvo que aparecer así?! ¡Dios! Es tan, es tan, tan... ¡AHG!

—Jennie, ya sabes cómo es Lisa, la conoces, pero tú tienes que, Jen espera; ¡Nono, el florero no!— Rosé apretó los ojos y los cubrió con ambas manos cuando lo reventé contra el suelo de mi departamento.

—¡Maldita seas Manoban!—quejé tomándome del cabello para peinarlo hacia atrás con irritación.

—¡Jennie,cálmate! No lograrás nada exaltándote tanto. Desde que llegamos hace diez minutos que no paras de maldecir. Respira y contrólate—pidió apoyando las manos en su frente mientras fruncía la boca.

—¿¿Controlarme?? ¿¿Acaso tú la has visto, Rosé?! ¡Lisa es una jodida estúpida! ¿Quién demonios se cree qué es para hablarme así a mi? ¿Vestido de prostituta? ¿En serio? ¡Qué se queja si así le gustan a ella!—zapateé con bronca.

¿Qué venía aquí a indicar cómo tenía que ser el largo de mi falda cuando ella era la asquerosa numero uno en hurgar debajo de cualquier tela que quedase apenas cubriendo los muslos?

Por favor Manoban.
Vete bien al carajo.
Gracias.

—Y cuando yo me pongo algo un poco más corto de lo que usualmente llevo, ¡¿así me dice?!—me molesté cruzándome de brazos—¡Es una idiota! ¡Joder!

—Cariño, creo que Kuma se ha dormi... ¿qué pasó aquí?—Irene entró viendo el suelo lleno de vidrios.

—Jennie ha pedido la cabeza.

—¡La he perdido desde que Lisa apareció en mi vida!—puse el grito en el cielo—No puedo estar cuerda cuando la tengo en frente con su jodido rostro tan detestable y tan... ¡Dios! ¿¿Por qué fue??

—Jisoo le dijo de ir—me respondió Rosie. Irene tomó la pala para ponerse a juntar lo que había roto en el suelo.

—No me mientas Rosé, le has puesto su nombre en el asiento—la miré molesta— claro, ¡al complejo de idol se le ha subido el maldito ego que tiene creyendo que todavía sigo pensando en ella! Cómo si, ¡como si yo la necesitara! Dios mío.

Podía mentirle al resto pero no a mi misma.
Mi almohada se había cansado de tanto que la mojé por las noches pensando en Lisa. Y esperaba no tener que volver a hacerlo.

Pensando en cómo hubiera sido todo, pensando en cómo sería ahora mi vida a su lado y no junto al idiota que me volvieron a asignar como "novio".
Pensando en ella, si estaría bien, si se sentiría sola como yo, si todavía me quería o si al menos me echaba un poco de menos.

No se lo decía a nadie, pero por dentro vaya que aún dolía.

Respira Jennie.
No te estreses, mantente cool, brillante e inteligente.
Suspiré calmándome.

—Jennie, creí que te haría bien verla, ya sabes. Tenerla allí. Por eso le guarde un asiento pero no creí que Jisoo regresaría y que la llevaría. De igual manera creemos que ambas se deben una charla, las cosas se revuelven hablando, no ignorándose.

—Ahí lo tienes, Rosé—habló Bae juntando los trozos rotos—se resuelven hablando—ví como Rosie asintió creyendo que le daría la razón—hablándose si es que se quiere resolver. Y Jennie no quiere resolver un carajo y me parece perfecto—concluyó dirigiéndose hacia el cesto de basura.

—¿Qué? ¡Irene!—Bae negó—¿Y cuál es el plan, Jen? ¿Lastimarse hasta qué alguna de las dos se caiga primero?

—A mi no me parece un mal plan—opinó mi otra amiga—¿qué Rosé? ¡Míralas! ¿En serio crees qué estás dos pueden volver a ser lo que eran antes?

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