CAPITULO 14

8K 506 1.1K
                                    


LISA.

—¡Lisa!

—¿Por qué viene Irene hacia aquí así?—Ruby la quedó mirando y siguió tomando su helado mientras jugueteó sus piernas en el aire—¿por qué tiene rostro de odiarte?

—Porque me odia.

—¿Por qué te odia?—hundió su boca en la crema rosada.

-aManoban—terminó de formular mi nombre completo cuando se paró frente a mi.

Tragué irritada.
Ustedes lo ven, ¿no? Yo estoy tranquila sin ocasionar nada y los problemas vienen solos a mi.

—Bae—levanté la vista delante de ella por la diferencia de nivel al estar sentada.

—Levántate antes que te levante yo—l quedé mirando.

Se la notaba cabreada hasta el cuello.
Bueno, sé que ella jamás ha dejado de estarlo conmigo.

Pero conocía la actitud de Bae.
Altanera, prepotente y jodidamente sexy.

Sin más, no llegaba ni llorando al nivel de Jennie.
Nadie llegaba al nivel de sensualidad que ejercía la niña Chanel encima.

—No puedo. Estoy con Ruby.

—Hola Irene—la saludó feliz.

—¿Cómo estás cariño?—sonrió apoyando las manos en sus rodillas—estás preciosa—le sonrió muy amable a la hermana menor de su mejor amiga.

—Muy bien. ¿La quieres matar a Lisa?—miré a Ruby.

Que ternura.
Iba a defender a su hermana mayor.
Y tu que vives quejándote, Lisa.

—Un poco.

—Pues te la dejo—la pequeña se levantó y le sonrió—intenta no acabarla porque me tiene que devolver a casa—soltó sin más marchándose directo al sector de juegos.

Se fue...
SE MARCHÓ.
Gracias Ruby, que bueno es tenerte de hermana y poder contar contigo.

Odio a los niños.
Por favor, recuérdenmelo siempre.

—¿Qué quieres?—pregunté con pocas ganas de hablar.

—Hablar.

—A mi no me gusta hablar.

—Lo sé. Por eso terminas lastimando a todos siempre.

Listo. Ya no quería conversar más.

No tenía ganas de desperdiciar mi tiempo y menos escuchando discursos morales y políticamente correctos, que todo el mundo jamás, sin saber porqué motivo, no se cansaba de decir hacia mi.

Como si sus vidas fueran lo bastantes perfectas para tener que entrometerse en la mia.

O quizá el resto era aún peor que yo y les facilitaba la conciencia señalarme a mi para así no señalarse ellos mismos.

—Si Bae.

—¿Si qué?—soltó de mala gana cruzándose de brazos frente a mi.

—Que tienes razón. Soy lo peor—la miré fija.

—No me tomes de estúpida, Lisa.

—No, pero si eso es lo que quieres qué diga. ¿O me equivoco?—ahora si me paré y la pasé por un par de centímetros encima—te mueres por que lo haga.

—Eres una completa idiota.

—Lo sé.

—¿Ni siquiera fingirás lamento?

FULL IN BLOOM  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora