EPILOGO II

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PARTE FINAL.

Dedicado a todo aquel que se ha preguntado a donde llevaba el otro camino.

A pedido de ustedes, con mi mayor amor.


Y sobre todo, al amor que estuvo en mi vida e inspiró la creación de estos dos libros;
Sin importar el final de nuestra historia,
a ella mi eterna gratitud.



Te amé tanto que transformé el dolor en poesía y en cada verso te guardé,
como un secreto susurrado al oído,
en cada palabra te busqué.

Hice lo mejor que sé hacer:
escribir sobre el amor,
escribir poesía,
escribir sobre vos.

Así en cada rima de esta historia se esconde tu esencia, y en cada estrofa de los capítulos vive mi devoción, porque en cada verso hallo tu presencia, y en mi poesía, eternizo nuestra conexión; aunque no pueda olvidar como me diste distancia, cuando lo que necesitaba era tu amor.

Nunca íbamos a funcionar, aunque mi alma lo implorada, éramos dos mundos condenados a la distancia. Sin embargo, eras el fuego que más deseaba, la llama de mis noches frías que ardía con agonía.

Te amé con una devoción rozando lo absurdo cuando las razones para alejarme crecían lentamente en lo más profundo.
Tu arrogancia y frialdad, impenetrable como un muro donde no hay humildad.
Y aunque a veces hay tanto por decir, ¿para qué? A vos no te nace y a mi ya me aburrió pedir.
Supongo que tenes suerte, yo no soy de las que extrañan y vos no sos de las que vuelven.

Desde acá y hasta el otro lado del tiempo,
en todos los posibles universos volvería a reconocer la versión tuya que amé, Gardie.

Con todo lo que soy, Lourdes.





"Blooming".
Pudimos haber evitado todo esto, pero acéptalo, nos gusta jugar.


JENNIE.

Un leve y paulatino ruido de reloj estaba marcando el tiempo de cada minuto de lo que quedaba de sesión hasta dar el pase completo de la hora.

Fuegos artificiales con sabor a la marea calma.
Euforia diluía en paz y armonía.
Pétalos de orquídeas, lirios y no me olvides.
Estaba en casa, a salvo.

No obstante, el corazón arremetía inquieto con salirse del pecho para no perder ni un minuto más lejos de quien me esperaba del otro lado.

—Jennie, la gente que es feliz no se enamora, simplemente ama—el chico se acomodó suavemente sus lentes mientras suspiró un tanto agraciado por mi reacción—En otras palabras, la felicidad interna, les permite amar sin depender del amor para sentirse completos.

—No lo entiendo, ¿a qué te refieres?

—Las personas que ya están conectadas con su vida y se sienten realizadas, no buscan el amor como una fuente de felicidad. En lugar de buscar en el amor algo que complete un vacío o una necesidad emocional, simplemente experimentan el amor de una manera más natural y auténtica.
Nos enamoramos porque inconscientemente buscamos que alguien valide nuestra propia existencia—mi rostro lo dijo todo—mira, para que una cosa exista, en simultáneo tiene que existir otra que pueda validar y dar existencia de eso. ¿Comprendes? "El sujeto se construye desde el campo del otro", por eso, el ser humano tiene la tendencia a querer recaer en el "amor", mejor llamémoslo enamoramiento, cuando aún esta vacío o con grietas que lo aprietan—aquello me dejó pensando varios segundos—el inconsciente busca cautelosa y detalladamente a la persona que va a hacer poner tus traumas en la mesa para hallar la manera de poder trabajarlos.

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