CAPITULO 19

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JENNIE.

—¿Entonces? ¿Fueron a cenar juntas?

—Si, joder Rosie, fue tan linda.

—Tu voz, Jen—carcajeó suave.

—¿Qué tiene mi voz?—pregunté colocándome la máscara de pestañas frente al tocador.

—Estás enamorada—rió del otro lado mientras se escuchaba el ruido de las teclas de un ordenador.

—Es que es Lisa. Mentiría si dijera que no lo estoy, que alguna vez he dejado de estarlo.

Es ella.
Joder, ella es quién grita "salta" cuando todo en mi vida es precipicio. Y no sé cómo lo hace, pero logra sacarme del pozo en cuestión de segundos.

—¿Y además qué hicieron?—me miré al espejo y acaricié suave mi cuello.

—Nada...—susurré tocándome uno de los tantos chupones morados que me había dejado.

"No soy Alicia, Jen; pero sé muy bien cómo llevarte al país de las maravillas".

Mordí mi labio tragando despacio y pestañeando lento. Giré el cuello encontrándome con dos marcas más.

Que bueno que fuera invierno porque sino tendría que pasarme el peine o maquillarme para cubrir la obra de arte que a Lisa le encanta hacer sobre mi piel, sin contar que sus colores favoritos sobre mi, nunca cambiaban; incluida las nalgadas.

"Cuenta Jen, cuenta las veces que te pienso estrellar la mano aquí. Yo te ayudo... uno".

Cerré los ojos recordando su palma.

—Así que nada, eh—la risa traviesa se escuchó del otro lado de la línea—mientes tan mal. Deben estar nuevamente como dos conejas.

—Te juro que... no...

Sonreí.

FLASHBACK.

—Carajo. ¡Por fin!—estiró las manos sobre la cama tendiéndose en ella.

—Que exagerada eres—negué viéndola acostada.

—¿¿Exagerada?? ¡Jennie, caminamos treinta y cinco cuadras!—resopló cerrando los ojos y levantando su flequillo por el soplido.

—¿Y tú entrenas?

—Igual me canso.

Su boca.
¿Cómo podía tener unos labios tan gruesos y comibles?

—Venga—caminé hacia la cama y me paré frente a sus piernas—Lisa.

—¿Mm-h? Estoy cansada.

—Dame atención.

—Te estoy hablando—respondió a ojos cerrados—te estoy dando atención—llevó sus manos a sus ojos tapándolos.

—No, no lo haces. Pareces una vieja quejosa—sonrió—Lisa-a—me tiré encima y ella se puso a la defensiva intentando levantarse rápido—hey.

—Jennie, salte de arriba.

—¿Por qué?—hice puchero uniendo mi centro con el suyo. Clavé posicionando los codos a sus costados para verla.

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