LISA....
Solo un... minuto más.
Los ojos se me estaban cerrando.
Esto era una puta mierda.—Hoy llego a reprobar y me pego un tiro en la cabeza—me rasqué el cabello cansada. La vista se me apagaba y mi humor tampoco ayudaba.
Llevaba más de siete horas sentada en una jodida silla girable. ¿Y todo para qué? Para aprobar la basura de examen que tenía que rendir en un par de horas.
"Lisa, anda. No es tan difícil".
Si claro, porque para ti nada es difícil, idiota.
También, ¿quién me manda a escuchar a Jisoo? Y más sabiendo que aquella estaba menos cuerda que yo.Pero este infierno terminaría pronto.
Dos exámenes más y yo... carajo, y ya lo completaba liberándome de mi estrés mental con un papel que me aplaudiría siendo llamado "título universitario".Básicamente un trozo de hoja que dice que ya estás capacitado para trabajar de aquello que sea que hayas estando haciendo por un promedio de seis a ocho años; no se emocionen, tampoco es la gran cosa. Se recibe cualquier imbécil que sea constante y pase demasiadas horas sentado. No hay mucha magia. Pero es una puta mierda, porque te desgasta emocionalmente.
-Louis, podrías hacer algo sabes, en vez de estar ahí aplastado mirándome-_lo miré con la capucha puesta y las piernas inclinadas sobre la silla—anda, soy tu madre, mírame por lo menos.
Miré a mi pobre hijo, yo era la que no había parado de hacer cosas pero él era el que estaba cansado.
Un clásico.
—Que va, ¿no hay un Miau hoy para mamá?—pero parece ser que no, que no lo habría—véte a la mierda, Louis. A ver si puedes llenarte el pote de comida tu solo.
Exhalé rendida y un tanto adolorida por pasar tantas horas aplastada. Miré el reloj del ordenador, marcaba las cuatro y cuarenta y cinco de la mañana.
¿Desde cuándo tan exacta, Lisa?
—Bueno, supongo que ya es suficiente. Si no cierro un ojo aunque sea una sucia hora voy a morir rendida sobre el teclado—y ese iba a ser el plan.
Digo "iba" porque algo sucedió impidiéndome hacerlo. Más bien, alguien, una llamada.
—Carajo—bostecé acercándome al móvil para ver el nombre que me figuraba en pantalla.
Número desconocido.
No pensé en atenderlo. Que siguiera sonando hasta que se cansara; no tenía intensiones de decir "hola" para qué a los dos segundos me cortasen la línea.
Me levanté estirándome y cuando creí que había cesado, bueno, fuera quien fuera que me estuviera llamando volvió a hacerlo.
Y aquí vamos de nuevo.
—Hola—dije de mala manera caminando hacia la cama y esperando a que me cortase.
—¡¿Lisa?!—fruncí el ceño al oír mi nombre en forma de pregunta de una voz nunca antes escuchada—¿¿Lisa Manoban??—soltó una chica con miedo y demasiado alterada.
—Ajá.
—¡Dios mío! ¡Necesito que vengas urgente al hospital! ¡Por favor!—¿eh? ¿Y a esta qué le pasaba? Frené de golpe al lado de la cama—internaron de urgencias a Jungkook, yo...—parecía que quería seguir contándome pero el llanto se lo impidió—Dios mío, necesito que vengas, no sé a quién más acudir—¿acababan de internar a Jeon? ¿Qué había pasado?—estoy muy preocu—
—Pásame la dirección. En seguida voy—iba a seguir hablando pero le corté. No sé quién era pero se la notaba muy alarmada. Y no tenía intenciones de perder el tiempo escuchando cómo tardaría en pronunciar entre lágrimas una estúpida palabra completa.
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FULL IN BLOOM
RomancePARTE 2 | BLOOMING El pasado regresa más fuerte que antes con sed de venganza. La historia se vuelve a repetir como si fueran unas cuerdas de reloj averiadas intentando por fin ser solucionadas. Junto a dos protagonistas que se terminarán hundiendo...