Carta mía, para vos.

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Te prometo que algún día va a suceder
todo lo que te estás imaginando
antes de irte dormir.




Hola preciosa, me alegro de volverte a ver. Llegamos juntas al final de esta historia, pero espera, tengo un par de cosas que decirte antes de que te vayas.

Dicen que el amor solo existe en los libros, que el romance es una ilusión adolescente y que la vida real no funciona bajo los clichés y frases hechas por escritores que prefieren bañarse con tinta color fantasía.

Dejame decirte una cosa, todos ellos, mienten.

Puedo asegurarte, que el amor que viste en mi historia, existe y es real; te lo aseguro bajo la mayor convicción que puedo llegar a tener, porque yo lo experimenté en carne propia, y si yo pude, vos también podes.

¿Te digo el secreto? No te conformes, y escuchame bien: por nada del mundo te conformes con un amor que no crees merecer.
Yo tuve que atravesar seis años sin pareja hasta encontrar a una mujer por la que fui capaz de dar la vida. Y si es necesario, pasaré nuevamente a la soledad, hasta que el momento adecuado vuelva a llegar. Y cuando lo encuentres, lucha por eso.

La regla no es vivir para siempre, la regla es: nacer, vivir y morir por la eternidad.
Y es ahí cuando te pones a pensar en toda esa gente que está a punto de morir, en toda esa gente que tiene ganas de vivir. No es casualidad, a eso vinimos, vinimos a vivir; la muerte no es más que la vida misma diciéndote: ¡VIVÍ! ¡Viví porque esto es solo una vez!
Si vas a vivir esta experiencia por esa vez, porque luego serán diferentes, entonces desealo, desealo con tantas ganas que la vida no tenga más remedio que dártelo. Si vas a vivir una vez, llenate el corazón del amor más grande que quepe ahí dentro, la respiración con disciplina, la mente con excelencia y la mirada enfocada en tu propósito. Querelo todo, absolutamente todo; los mejores autos, las mejores casas, el mejor trabajo, las más altas compañías y los mejores amores.

Levantate, salí a correr, a reír, llora como si se te cayera todo, pero después secate esas lagrimas volviendo a comerte el maldito mundo.
Y si te caes, preciosa, te limpias las rodillas, te subís arriba de esos tacones y volves a levantarte. Porque acá rendirse no es una opción; cree y nunca dejes que nada ni nadie te convenza que dejes de luchar por tus deseos y convicciones. Y sabe, que no te estás poniendo bonita, lo fuiste desde siempre, solo que recién te das cuenta.
Que tu niña lastimada del pasado no te joda el mujeron que sos ahora. Que la gente que decidió rendirse no te llene de sus miedos, porque esas limitaciones son suyas, no tuyas. Cuando te critiquen y señalen, dejalos, porque las personas son veloces para juzgar a los demás, pero lentas para corregirse a si mismas. Y los que no crean en el amor, allá ellos; porque si fueran conscientes del gran poder que tienen en creer, podrían tenerlo todo.

El que logra controlar su mente, controla su mundo. Y a donde va tu atención, va tu energía y en eso te convertís.

No existen los problemas. Si hay una situación pensa: ¿tiene solución? Si la respuesta es sí, ¿entonces por qué te preocupas? Y si la respuesta es no, ¿entonces por qué te preocupas?

Y sé el dolor que es tocar fondo, se lo desgarrador que puede ser cuando el alma se rompe dividiéndose en mil pedazos, sé también lo que es necesitar a esa persona y tener que luchar contra vos misma por no saber como seguir con la vida. Sin embargo, es tan fuerte tocar fondo que cuando lo haces se abren dos caminos: en uno te lamentas y dejas que el caos te aplaste; en el otro, podes aceptar que el caos es parte de la vida y que lo que te sucedió, era necesario para que despertaras. Tal vez no es lo que querías, pero sí lo que necesitabas para encaminarte hacía una mejor versión de vos misma.

Esperá con actitud, tené paciencia y mantené impecable tu esperanza, que de los momentos duros, te aseguro que nacen personas fuertes.

Hay personas que merecen segundas oportunidades, hay relaciones que merecen el esfuerzo de volver a re crearse, y noviazgos que se rompieron, volvieron y terminaron convirtiéndose en matrimonios exitosos. Porque mientras haya vida, amor, respeto y madurez, habrán esperanzas.

Y vas a volver a amar.
Vas a volver a amar incluso con su apellido tatuado en tu piel, incluso con sus palabras bailando en tu mente. Vas a volver a amar aunque te prometieron eternidad y se marcharon, vas a volver a amar aunque tu corazón lata al compás de su nombre.
No importa el tiempo ni el espacio, siquiera si esa persona dice ya no amarte; porque cuando el amor es real, persiste y se transforma. El cambio es lo único constante que hay en la vida y lo increíble del mismo, es que siempre regresa.
Tal vez al principio no lo reconozcas, pero creeme que vuelve, quizá con otros brazos, otros ojos u otra ropa, o quién te dice, que ese rasgado de ojos que ya conocías se mantenga y sea el mismo.

Solo vos sabes tu verdad, y mientras en tu corazón guardes la ilusión de creer, puedo asegurarte que lo hiciste muy bien. No cambies jamás la verdadera esencia de estar enamorada, incluso por encima de un corazón roto. Porque sos mucho más fuerte que rencor, odio y desprecio.

El destino y el tiempo ponen todo en su lugar, y aunque ahora mismo no entiendas ciertas cosas, ellos te darán la respuesta que estás buscando.
Si el universo te hace esperar, bebé, preparate para recibir más de lo que pediste.

Y recordá: cada vez que te sientas sola, podes volverme a encontrar en cada frase de esta historia, porque mi ser va a estar siempre ayudándote a que veas que sos mucho más grande de lo que crees, más valiente de lo que pensas y más hermosa de lo que te lo decís cuando lloras angustiada.

Te quiero, fue un placer compartir momentos con vos; y por sobre todo, agradezco tu tiempo invertido en mi 🖤.

Quizá nos volvamos a ver, y de mientras, viví. Porque al final, solo ganan los que se atreven.

Con amor.

XOXO.
Lou.

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