CAPITULO 32

7.1K 339 579
                                    


"Ley universal".
Dos personas que huyen de un mismo sentimiento, huyen en la misma dirección.

JENNIE.

—Lisa...—gemí calentándome encima de ella.

Era tan extraño gemirle el nombre, después de tanto... pero la situación comenzaba a subir la temperatura en varias partes de mi cuerpo, control no era exactamente lo que estaba teniendo.

—¿Qué haces...?—me sostuvo encima acariciándome levemente la parte baja de la espalda.

—¿No es obvio...?

—¿Sabes qué creo que es obvio?—contuve el jadeo que estaba por soltar cuando pellizco suave mi culo—que estamos bastantes grandecitas para no decirnos las cosas en el puto rostro. ¿No crees?—su ceja se alzó retándome.

Era extraño ver que con todo lo que tenía delante suyo para bajar la vista y divertirse, prefiriera seguir mirándome a los ojos.

—Continúa moviéndote así y ya verás como acabaras.

—Dime, ¿cómo continuaré, Lisa?—sin detenerme, me fregué deslizando todo lo que le pertenecía.

—No juegues... te terminarás quemando...

—Entonces ven, y arde conmigo.

—Jennie, no hagas algo de lo que después te arrepientas en un par de horas—era irónico, su boca decía una cosa pero su cuerpo otra.

La fachada de fría y dura no le salía conmigo, porque bien puestas estaban sus manos frotándome y masajeándome todo el cuelo. Perfectamente acomodada estaba disfrutando como me refregaba contra ella, y más aún disfrutaba cada puto beso y lamida que estaba regalándole.

—Me podrás gustar mucho cariño, pero yo no demuestro el hambre. 

—Llévame a la cama, que te hare comerte esas palabras.

—¿A la cama?—no respondí—Te he hecho una pregunta.

—Joder, si—embriagada, y con algo de desespero en sangre, lo pedí.

Y como para no estarlo, todo en ella me alborotaba completa, para bien o para mal, siempre terminaba lográndolo.

—Jen...—jadeó alzándome desnuda y mojada—créeme que no será solamente agua lo que te chorreará entre las piernas.

—¡M-hm!—el ruido de su mano no tardó en reventar contra mi.

Jamás comprendí la obsesión que tiene con nalguearme, pero me fascina.

—Eres jodidamente hermosa—gruñó hundida entre mi pecho.

Me pegué a ella, sujetándome excitada y temiendo a caer por lo empapadas que estábamos. Un paso en falso y al suelo.

Oí como se llevó puesto un par de muebles, pero no fue demasiado para impedirle terminar lo que ni siquiera acababa de comenzar.

—¿Me dirás qué quieres qué te haga?—curioseó lanzándome a la cama. Lo estaba deleitando, igualmente yo no me quedaba atrás.

Sonreí internamente recordando cuando volé.

—¿Qué sucede, Manoban?—me acomodé acercándome a la cabecera—¿hace un tiempo que no apareces y ya no sabes como meterte...entre medio de... aquí...?—la boca de Lisa descendió mil metros cuando vio como me abrí de piernas, par en par frente a su precioso rostro, rozando con el índice toda mi piel rosada que tanto amaba chupetear y sostener entre sus dientes, absolutamente y de la manera más placentera para ella.

FULL IN BLOOM  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora