Una típica historia de amor diferente.

44 -"Todo abajo, todos abajo"

*Adam*

–Dijiste que cuidarías de ella... me lo prometiste.–sollozó Tyler.

–Lo sé.

Adam tenía que procesar todo, habían pasado muchas cosas en tan poco tiempo. Su cabeza aún trataba de asimilar lo que estaba ocurriendo, no pensaba con claridad.

Emma estaba lastimada, muy lastimada sin motivo aparente.

Esperando lo peor, su mente siempre viajaba a la peor parte.

Con todo el agobio encima, lo último que quería pensar era en la responsabilidad de Tyler.

Guri llegó a lados de ellos poco minutos después, había querido mantener una distancia, pero ya se me estaba haciendo demasiado la culpa para ella misma. Necesitaba un poco de compañía. Ambos la miraron.

–Guri, ¿Qué hiciste?—enfrentó Adam con mucha rabia en su tono de voz.

–¿De qué hablas?–preguntó a lo bajo.

En su interior, se culpaba. Ella había hecho muchas cosas malas, muchas de esas veces quería creer que no llegarían a tal magnitud de lastimar a alguien. En su interior quería pensar que no solo era su culpa.

Porque la estaba matando, la preocupación la estaba agotando más de lo que imaginaba.

–Guri, le hiciste algo–habló más fuerte Adam, haciéndola temblar.–Le diste algo, no sé, algo pasó.

–Le dije.

Adam pareció no entender a la primera, pero bastó con que Guri parpadeara dos veces para captar lo que le había dicho y solo pudo suspirar. Emma se enteró.

–No entiendo, ¿le dijiste que muriera?–Preguntó con mucho sarcasmo Tyler. Sin una pizca de gracia en sus palabras.

Adam se tensaba cada vez más.

–No...–Volvió a hablar Guri, luego de que hubiera un silencio sepulcral ante aquella pregunta del ajeno– Me he estado encontrando con Adam varias veces, nos hemos besado. Solo quería que ella lo supiera porque no me sentía bien por ella.

–¿A que te refieres?– Preguntó Adam.

–No me sentía bien que ella estuviera de mascara de alguien que no la ama, yo me estaba besando contigo–señaló al protagonista de todo esto–me estás empezando a gustar, y ella solo es una máscara de benefíciencia para ti. Ella es muy buena, no se merece lo que estábamos haciendo.

Entonces a Adam le empieza a faltar aire, a doler la cabeza, a marearse.

–Vaya cuidado que le das.–Soltó Tyler, irónico pero a su vez, con tristeza. Su voz se estaba rompiendo–Pero seamos realistas, esto no fue porque le hayas dicho algo, esto iba a explotar tarde o temprano. Solo que tú–señaló a Guri con la cabeza rápidamente– decidiste mejor temprano que tarde

"No dejes para mañana a quien puedes terminar de matar hoy" Pensó

Tyler no pudo decir más. Todo le dolía demasiado, esa traición le dolía como si se la hubieran hecho a él, no se podría imaginar como lo tomó Emma.
Nuevamente el silencio reinó en la recepción, bueno, reinó entre su espacio. El hospital aún seguía recibiendo emergencias, llenándose de llanto y lágrimas, anotando citas médicas; el hospital estaba siguiendo su curso, solo que para ellos, el mundo no siguió, estaba paralizado.

Hasta que un doctor llamó. A Tyler específicamente.

Habían pasado 3 horas para que el doctor encargado, llamara a Tyler.

Los otros dos, le siguieron por inercia. Quedándose a dos pasos atrás de Tyler cuando éste quedó al frente del doctor.

Esperando lo mejor repitiendo en sus cabezas el trío. Aunque cada uno sabía que mentían en su interior.

–¿Tienen el número de su madre? necesitamos un permiso de un adulto.

–Lo podría conseguir fácilmente–Hablaron por sus espaldas; Adam.

–¿Cómo está Emma?–Prácticamente gritó Guri al instante.

–Emma... Se recuperará, no es tan grave como llegamos a pensar, solo que sus órganos no soportaron las drogas que consumía. Se recuperará, lentamente pero lo hará. Necesito el permiso de su tutor legal para poder operarla y sacarle sangre de una pequeña hemorragia que ocurrió al caer. Sin eso, no prometo salvación.

Adam tardó menos de 5 minutos en tener el número de la madre de Emma y dárselo al doctor. No fue tan difícil como pensó. Porque cuando habló la primera vez, fue sin pensar, en su vida había hablado con la madre de Emma, ni siquiera sabía cómo se llamaba quizás, si Emma alguna vez lo mencionó, lo olvidó por completo. Pero no hubo problema con llamar al colegio, ya sabían la situación y fue menos engorroso de lo que imagino.

La madre de Emma llegó a los minutos, eufórica y gritando.

Los minutos siguientes se pasó en tratando de calmar a todos los involucrados, ya la madre estaba más tranquila. Se dedicó a pasar tres horas más, para que el doctor saliera nuevamente.

Las noticias fueron gratas, todo salió con mucho éxito. En una hora más podríamos verla.

Pasó aquella hora, muy lentamente.

El doctor insistía en hacer pasar uno a uno, primero a la madre como decían los reglamentos; no se cumplió, rogamos tanto que pasamos todos, incluso los chicos del instituto que se habían perdido después de ayudar a traer a Emma.

Emma abría los ojos muy lentamente.

Se removió un poco, y tardó en abrir los ojos completamente y despertar.

Juré que había visto al cielo.