Adam.
Aquí estaba, observándola fijamente. Observar es distinto a mirar cuando te interesa lo que atrapa tú mirada.
Sus ojos se vuelven más claros que los ojos café oscuro normales, los de ella son un poco más amarillo cuando les atraviesa la luz. Aún con la tristeza que contuvo en esas lágrimas hace unos minutos, sus ojos estaban brillando como estrella. Así parecía ser ella, a pesar de lo oscuro del dolor, ella seguía resplandeciendo como estrella. Fascinante. Me acerque más a su cara, quería darme la oportunidad de detallar a la persona que a pesar de que su vida se esté cayendo a pedazos se armó a medias para armar otra vida. En sus mejillas habían pequeñas marcas de acné, en su nariz tenía una mancha más clara que su tono en forma de C, tiene dos lunares por arriba de la ceja izquierda que están tan juntos que parecían uno. Ella no tenía la belleza convencional, no era como las modelos de Instagram; era mejor, era más linda de lo que yo pude ver. Eran tan linda físicamente como lo era por dentro. Quería acercarme más cuando un sonido familiar nos interrumpió de golpe, separandonos rápidamente y llevándome de nuevo a tierra. Alcancé mi teléfono el cual sonaba; era Tyler, pensé en responder pero terminé colgando la llamada. No era correcto hablarle después de haber estado tan cerca de la chica que le gusta, y quizás haber pensado en besarla.
-¿Ocurre algo?- Pregunta mi amiga haciendo que me dé la vuelta para volver a vernos las caras.
-No pasa nada, solo era mi madre.- Excusé.-Ya es algo tarde ¿No crees?
Afirmó con la cabeza junto con una sonrisa la cual devolví, me dispuse a salir por el lado donde habían dejado las toallas, dándole completamente la vuelta a Emma para darle toda la privacidad que necesitaba, me cubrí los ojos para pasarle una toalla que me pidió y luego salí de esa habitación. Necesitaba pensar sin tanto calor.
A los minutos salió del lugar, se dirigió a la chica de recepción para pagar o no sé en realidad que fue hacer. Y luego se dirigió hacia mí.
-¿Nos vamos?-Preguntó. Respondí como nos entendíamos, con una sonrisa.
En el camino hacía un poco de frío, que digo poco, muchísimo frío, y no lo mejoraba el hecho de que aún estuviéramos algo mojados. Aunque me daba la impresión de que Emma no sentía la misma temperatura que yo porque ella podía caminar sin temblar ni ocultar sus brazos entre su camisa mojada mientras por mi parte, mi cuerpo hacia un Harlem Shake por si solo. Caí en cuenta que me pause a mirarla por un largo tiempo cuando ella giró contándome algo que no escuché en lo absoluto. El frío me estaba matando.
-¿Sucede algo?-Preguntó delvoviendo si camino para llegar a centímetros de mí.
-¿No tienes frío?-Respondí con una pregunta a lo que ella niega.-¿Cómo dices que no te congelas? ¿Cómo no tiemblas? Tú igual estás mojada de pies a cabeza.
Ella rie.
-¿Será porque llevo suéter?.-Después lo noté-Pero no te preocupes, de todas maneras no siento mucho el frío-Continuó ella, quitandose el suéter de sus hombros y extendiéndolo en mi dirección- Tómalo sin compromiso, lo necesitas más que yo-Culminó recorriendo mi silueta con su mirada.
Adam, ¿Qué piensas hacer?, Aceptar el suéter de amiga menor que tú y estar calentito ó, bien podrías congelarte y no ser un estúpido.
Acepté con mucha vergüenza el maldito suéter, porque realmente no me apetece morir por hipotermia. Aunque no moriré de hipotermia, empiezo a creer que sí de la pena ya que las personas a nuestro alrededor empezaban a mirarnos, corregiré, me miraban, no con buenas vibras. Si de por sí, odio que me miren, imagínense que me miren con malas vibras.
-Tú sigue adelante, esas miradas no te cubrirán del frío como ese suéter-Escupió más seca de lo usual rodando los ojos.
Luego de caminar varios minutos luchando con las miradas asesinas, llegamos a la puerta de la casa de Emma, donde podías escuchar algunos gritos desde afuera que al parecer la irritaron de inmediato. O eso expresaba su casa.
-¿Qué suce...-Me interrumpió.
-Mis padres están en casa.-Dijo, sosteniendo la manilla-Ya te puedes ir, gracias por acompañarme.
Con eso último me cerró la puerta en la cara,dejándome ahí solo con un suéter de mujer. Quise darme la vuelta para retirarme cuando en cuestiones de segundos, pero cuando empecé la voz de Emma mi cuerpo se plantó en el lugar.
De pronto, la chica fuerte con sentimientos firmes se le empezaba a quebrar la voz, el pañuelo de lágrimas estaba empapado, la soga que te sostiene se soltó, el muro en el que te apoyas se estaba derrumbando. No podía escuchar muy bien lo que decían las personas adentro de la casa por el lugar en el que estaba que era a pasos de la puerta; sin embargo, fácilmente podías ver el contraste que hizo el silencio que se formó después de oír: Gracias a ustedes, tengo que sufrir con mi vida, Maldita sea ¿No les parece suficiente? ¿No pueden parar?
Esa voz fue muy diferente a todas sus voces que conocía, su voz estaba completamente quebrada haciéndome quebrar también interiormente. En lapsos de segundos, la puerta de abrió nuevamente. Con una persona totalmente diferente a la que entró. Con otra Emma. Se había derrumbado, ella se quebró.
-Yo...Vine a tomar aire-Suelta después de que chocaramos las miradas por alrededor de 10 segundos-¿Qué sucede que sigues aquí?-Dijo, aunque apenas la pude oír. Aunque cualquiera queda sin voz luego de esos gritos.
-Yo...-Soy un chismoso que me interesan los chismes ajenos-Ya me iba. Buenas noches.-Di media vuelta, dudando que esto sería lo correcto.
-¿Puedo dormir en tu casa está noche?-Me paró el paso esta pregunta por la que me devolví más cerca a ella.-Por favor.
Su voz, sus ojos, su cuerpo me rogaba darles un espacio de este lugar. Ella me estaba gritando en voz baja y rota que quería salir de este lugar.
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Una típica historia de amor diferente.
Teen FictionEmma está dispuesta a dejar todo por Adam luego de verlo destrozado por una ruptura, se ofrece para ayudarlo con sus problemas personales, tratando de no mostrar indicios que la delaten. El plan parece ir según lo que pensado hasta que muchos sentim...