22- "Verdades sin alcohol"

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Adam.

¿Qué pasó detrás de esa llamada? Eran unas de las tantas preguntas que ocupaban mi mente cuando la veía descansar en mi cuello rodeandóla de mi brazo. Se veía tan linda con sus ojos cerrados y sus labios algo separados que daba de todo despertarla y dejar de verla.

Pero al parecer puedes despertar a personas con la mirada, porque minutos más tarde abrió sus ojos poco a poco, muy suavemente, bostezando simultaneamente.

—Buenos días Em.—La recibí con una sonrisa.

—Buenos días.-contesta con una sonrisa el doble de dulce que la mía—¿Qué hora es?

Busco rápido delicadamente en mis bolsillos para no molestarla mucho.

—7:40 de la mañana.—Su cara soñolienta cambió rápidamente a desesperación.

—¡La escuela, hoy comienza la escuela!-exlamó removiendóse de mi.—¡Adam, vamos tarde!

—No es tan importante... Pasemos primero por mi casa para arreglarnos.

—¡Adam! No tenemos tiempo—responde tirandome de la muñeca.

Bajamos la gran momtaña corriendo, llevandónos muchas cosas por delante hasta llegar al auto donde finalmente Emma me soltó de su no tan delicado agarre adentrandonos al vehículo que afuerzas encendí para llevarlo a movimiento a carretera, donde mi compañera no paro de mover repetitivamente su pierna izquierda.

Llegamos a la puerta de nuestro instituto, aún podías ver personas caminando a pesar de que la primera hora pasaba de haber comenzado ya hace varios minutos, Emma sale con velocidad de el auto con intención de llegar segundos menos tardes e intenté seguirla. Pero no pude, quede con un pie solamente fuera del auto cuando volvió ese sentimiento.

Regresó sentir que el aire me falta, regresó el que todo vaya muy rápido, el ritmo acelerado de mi corazón, el pánico repentino, todos los malos recuerdos repitiendose en mi cerebro llamando poco a poco las lágrimas. Regresó esos malditos minutos que se siente como una eternidad. Volvió ese maldito sentimiento que solía santir meses anteriores y me había olvidado que aún existía.

—¿No vienes?.—Retumba la voz de Emma lejos de mi—¿Adam?.—Llegó a la puerta de el vehículo.

—Las notas. No he leído las notas.

—¿De qué hablas? ¿Adam?

—Tus notas, no las leí hasta mañana. No puedo hacer esto. Todos empezaran a burlarse. Todo empezará a caerse de nuevo.—Dije imperventilando.

Los pensamientos empezaban a nublarse, las lágrimas amenzaban en mis ojos, las nauseas aumentaban junto con el pánico y el recuerdo repetitivo de todo. Olvidé durante las vacaciones todo esto.

El llanto comenzó a descender mirando las paredes con carteles informativos a través del vídrio del Fiesta cuando Emma empieza a ofuscar mi vista con mini cuadros de colores. Sequé algo mis ojos dejando algo de agua entre pestañas. Eran notas, estaba escribiendo nuevas notas.

No eres malos comentarios.  Vales la pena.   No eres risas, eres sonrisas.   No eres fracaso.   No eres un color, eres la gama de colores.   Eres bueno. Eres hermoso.  

—Ellos no piensan así. Para ellos soy anormal.

—Crees eso de los demás porque es lo que piensas tú.—Respondió—Todo estará bien, como en vacaciones.

—¿Todo estará bien?

—Sí.

Su mirada profundizaba con la mía, calmándome un poco a poco hasta conseguir nivelar algo mi resporación y el agua de mis ojos y rostro desapareciera. 

Una típica historia de amor diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora