Capítulo 5 -"Otra vez"

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Emma.

—¡¿Qué ocurre?!

¿Qué ocurría? Ocurría que en la mañana el afecto transpasó la promesa conmigo misma, sucede que estuve apunto de delatar los sentimientos que me encargué de guardar para mi misma desde hace dos años con esa profunda mirada. Se está haciendo más fuerte todo esto, me estoy entregando, me estoy delatando, me estoy ilusionando, y necesito parar unos segundos.

—Iré a casa.

—Yo sé, yo te llevo Em.

—¡No! Puedo ir caminando.

Aceleró varios metros más y estacionó, luego llegó simulando correr a centímetros de mí.

—¿Qué ocurre? ¿Qué hice?

No respondí.

—Dime Emma, por favor.

—Tú... No hiciste nada Adam, solo fue un mal día y quería despejar mi mente.

—Dewpeja tú mente conmigo, te llevo a tu casa y andámos en circulos.—Fue tan lindo que no pude evitar sonreír. Demonios, ¿Por qué tiene que ser tan amable?—¿No soy yo entonces? Pensé que había hecho algo malo como siempre justo cuando me empieza a ir bien.

—Siempre has sido tú—Respondí con total sinceridad del corazón y sonreí.

Desde hace dos años, siempre has sido tú.

Corrí hasta al auto evitando sentir que los sentimientos me ganen, esquivando su mirada, ignorando su voz. Pero entonces me alcanzó tomandóme por la cintura, no como persona corriente que te alcanza por las muñecas o por cualquier otra estúpida parte del cuerpo, no, tiene que ser él y tomarme por la cintura provocandóme cosquillas y muchos nervios.

De camino a casa, viendo las casas y carreteras familiares a mi pueblo desde la ventana sentía que estaba lista para volver. ¿Por qué no soportaría esto? Ya lo soporte muchos años, claro que estoy lista. Tengo que volver con mi familia, no los puedo abandonar como mi hermana, tengo que estabilizar todo, tengo que ayudar a mi mamá, tengo que calmar a mi papá, tengo que volver...tengo que estar allí.

—Ya llegamos-Dijo al frente de mi paradero.

—Sí, llegamos...—Contesté—Gracias por todo, y gracias a tu mamá por la comodidad.

Estaba lista.

—No te preocupes.-Sonreí y señale a la puerta de su casa.-Ve, entra.

Salí del vehículo, caminé los pocos pasos que me faltaban hasta quedar en los escalones de mi casa, respire hondo y me dispuse a tocar la puerta.

Pero no pude, un fuerte sonido llegó a mi sonido impidiendo que llegara a tocar la puerta, me paralice, muchos recuerdos llegaron hacia mi mente, estaba reviviendo otra vez todo. No pude. No puedo.

Miedo y culpa invadieron mi cuerpo, paralizandome más y enfriandome por completa. La culpa de dejar a mis padres solos, de no estar allí para hacer el término medio, de no ayudar a mi mamá me paralizaron. Pero el miedo a volver, el miedo me enfrió en seco.

Lo siento, no puedo esta vez.

—¿Segura que quieres venir ahora?

Lo miré, dandóme a mi misma señales que aún funciono y no me estoy muriendo parada.

—A mi mamá no le molestará, lo sabes...

—Sí pero...-un gritó ahogó mis palabras haciendo que yo gritara por debajo-Solo unas noches más.—terminé de decir tragando fuerte, cayendo una ligera lágrima.

Una típica historia de amor diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora