Capítulo 2- ¿Qué sucede?

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Emma.

Ya hace un mes se oficializó la relación "Aduri", también ya hace un mes que ya no frecuento a mirar a Adam, tanto porque tengo que aceptar el hecho de que ya él es feliz y me quiero lo suficiente para no lastimarme pensando algo que no va ocurrir, tanto como él no asiste al colegio con regularidad. Al igual que Guri. O bueno, asisten, pero no se nota que existen.

Voy a seguir, él consiguió su chica. Yo conseguiré mi chico aunque no sea él. Ya no espero en el balcón como los primeros días que aunque no venía, me lo imaginaba ahí sentado riendo. No, ahora me siento con mis amigas en la cafetería a hablar como una persona corriente y no como una obsesiva sin causa.

Mi grupo de amigas es muy pequeño, somos 4. Es un grupo bastante sólido, no son mis mejores amigas, pero si son grandes personas. Y así me gusta.

-Juguemos verdad o verdad, aún nos queda algo de tiempo.- Propone Emily y todas aceptamos ¿Qué hay que perder?

-Yo empiezo.- Exclama Cece, luego dirige su vista hacia mí y me señala. Ohnoesonoesbueno.jpg- Emma, ¿Quién te gusta? Digo, siempre que hablamos de chicos, te aisla, ¿Tienes a alguien encerrado en ese corazoncito?

Y justo cuando quieres olvidar, llega alguien recordando todo.

-No, la verdad es que no me gusta nadie.- No sé porque respondí brusco, pero esperaba que no se dieran cuenta.

-¿Te gustan las chicas?.- pregunta Chloe.-Bueno, quizá sí se dieron cuenta.

-Eso ya es otra pregunta.-Traté de distraer la atención.

-No hay problemas si lo eres.-Menciona Darthe.

Me dí cuenta tarde que ya el juego había acabado en un conversación sobre mi orientación sexual.

Ya se dio tiempo de entrar al aula y para mi sorpresa estaba Guri, muy feliz, demasiado feliz. Me percate de eso como también de que mucha gente la miraba, pero no me di mal mundo. La clase estuvo muy corriente, todo lo típico de matemáticas, un par de conceptos y ejercicios que por mis clases particulares no se me complican tanto.

-Hey, Emma.-Me llama el profesor y me le acerco- Ya que terminaste, ¿Podrías entregar esto por mí a la oficina 42?

-Oh, por supuesto.- Acto seguido recojo los libros junto con los documentos disponiendome a salir.

-Hey, Emma.-Me detiene de nuevo y me giro.- Haz mejorado muchísimo este mes, te felicito.

Sonreí de vuelta porque no sabía que otra cosa responder y ahora si empiezo a irme a la oficina 42.

La verdad es que, cuando no me distraigo, el colegio se vuelve muy fácil para mí, lo malo es que se me hace muy fácil distraerme.

Más aún con cosas que sé no me hacen bien.

En el lugar más solitario del instituto, en la sala del director qde nadie quiere y todos evitan habitar pero todas las aulas 40 tienen que atravesar, en un rincón sentado, encontré a Adam cabizbajo, rojo y puedo jurar que antes de acercarme más oí sollozos. Por más que mi mente me decía que siguiera hacia la oficina, no pude y me acerque lo suficiente hasta que se percató de mi presencia y Y ocultó más su cara.

No podía creer que yo piense hacer esto. No podía creer que mi sensibilidad actuará contra mi promesa y mi forma de ser, porque yo realmente iba a hablarle. Solamente yo. Después de años, le hablaría.

-Hey.- Traté de llamar su atención con una voz medianamente suave. No recibí respuesta al escuchar como trataba de parar algunos sollozos.

No sé que actuó por mí en ese momento, si mis sentimientos hacia él o el sentimiento humano que se tiene al ver que no puedes dejar a una persona sola en esas condiciones.

Quizá fueron ambas.

Me senté a su lado, respetando distancia entre él y yo, y le quite un poco de su cabello que le ocultaba la cara.

-Hey, me llamo Emma.- le dije con la sonrisa más amable que pude retratar en mi cara. Él hizo el mayor esfuerzo de sonreír. -¿Qué sucedió? ¿Por qué estás así?

No sé que siento ahora mismo. Si tristeza por verlo así, si nervios porque estoy hablándole de cerca, o quizá me siento enfadada con quién le hizo ésto. No sé qué sentir, siento todo. Es como una sopa de sentimientos.

-No creo que seas la indicada para hablarte del tema.- Dijo tratando de hundir su cabeza más, pero no lo deje. Coloque mi mano suavemente en su barbilla y evité que se ocultara más.

Ni yo creería todo lo que estoy haciendo.

Coloqué mis pulgar cerca de su ojo y mejilla quitándole algunos restos de lágrimas que había estando conteniendo.

-Bueno, pero estoy aquí.- Le dije tratando de hacer la sonrisa más cálida que pude. Porque siempre estaba ahí, solo que él no lo sabía y nunca se lo hice saber.

Adam no necesitaba que me metiera en su vida, ni yo tenía que aprovecharme de lo que sea que estuviera pasando. Él necesitaba una compañera en ese momento.

Saque el celular del bolsillo de mi pantalón escolar, y mientras buscaba unas imágenes me acomode más hacia él.

-Hey, mira este meme.- le enseñé la pantalla del celular y se acercó un poco más, leyó y se rió !Le saque una sonrisa¡

-Me llamo Adam, un gusto Emma.- Me dice tratando de sonreír.

-Un gusto.- igual le respondí con una pequeña sonrisa, terminando de quitar el cabello que aún lo ocultaba un poco. Su cabello era tan suave como algodón.

Un poco de silencio se formó en el ambiente, luego lo rompió con una pregunta que me tomó por sorpresa:

-Así de primera impresión, ¿Cómo te parezco?

Una típica historia de amor diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora