Emma.
8:05pm
Botando todos los envoltorios de galletas que me he comido en una hora, bajando la palanca del inodoro, limpiando los rastros de baba y echando desinfectante para quitar el olor y pase desapercibido.
Lo menos que quiero es traerle preocupación a Adam y a su madre.
Adam necesita fijarse en él, no en mi. No tenía que porque preocuparlo conmigo.8:30pm
A Adam le llegan los mensajes por Whatsapp y por mensajería, pero no contesta ninguno. He bajado a ver si su mamá llegó y en efecto, si llegó. También le ha estado marcando por llamada. No contesta.8:50pm
He empezado a preocuparme. No sé por qué no contestas nada.9:10pm
Yo: ¿Aló? ¿Adam? ¿Dónde estás? Es muy tarde... ¿Por qué no le contestas a tu mamá ni a mí los mensajes?Adam: Emma tranquila—contestó—solo se me ha pasado el tiempo. Voy para allá.
Respire hondo.
Yo: ¿En cuanto tiempo estás aquí?
Adam: No lo sé, unos 30 minutos.
Yo: ok... Te amo, por favor cuídate.
Adam: te amo, no te preocupes.
Adam y yo hemos llegado un punto de cercanía, de magia, de amor, que cuando contestó y oí su voz realmente sentí que mi corazón se alivió un poco de todo lo que sentía. Me calmé lo suficiente para bañarme.
9:45pm
Estoy en la sala con un súper suéter azul de Adam, oliendo a flores y el cabello mojado, estoy asomada por la ventana con la cortina moviéndose levemente por mi espalda. Adam debe llegar en cualquier momento. Le escribí nuevas notas y se las pegué en el espejo del baño. Son frases que me fuera gustado leer cuando yo pasaba por todo eso.Cosas como: Eres amable, eres inteligente, eres importante; de la película Vidas cruzadas.
Cómo amo esa película.
10:30pm
Se supone que tuvo que haber llegado treinta minutos después de la llamada, se suponía que eso era a las 9:40. Faltan diez minutos para que se haga una hora de la hora que debía haber llegado y no hay rastro de él. Los pensamientos malos dominan en mi cabeza.11:05pm
Mis pensamientos me están haciendo llorar, se hacen cada vez más vivos. No quiero pensar en lo peor, pero, ¿Por qué no llega? ¿Por qué ya no contesta mis llamadas?Estoy tratando de no pensar en lo peor lo juro, pero los pensamientos malos me ganan y me dominan la mente. Sé que las posibles de que le roben, lo secuestren, lo maten o lo violen son mínimas. Pero aún la posibilidad está.
12:20pm
He subido al cuarto, la mamá de Adam se acostó con ojos de preocupación, me dijo que durmiera, que él estará bien. Pero si fuera así, no tuviera esa cara de preocupación.Estoy en la esquina de la cama de Adam, espantando pensamiento que me hacen llorar. La ansiedad me ha subido la última hora, no sé qué hacer. Quiero que llegue. No soporto la incertidumbre. El que no esté aquí a esta hora, toda esta intriga me recuerda a cómo estará mi madre, cómo está mi papá, si han peleado a gran magnitud.
Mis ojos se han vidriado de agua de nuevo, los he secado con la tela del suéter y tarareo la canción de la estrellita para calmarme.
¿Por qué no llega? ¿Qué le habrá pasado?
Recorro la habitación, varias veces como ya lo había hecho desde que subí. Trato de no llorar y que mis piernas se mantengan firmes. Veo mi mochila, sé que hay más galletas oreos.
No debo. No debería comer tantas calorías a tan de noche.
Pero necesito calmarme. Necesito distraerme.
Empiezo con uno, luego con dos, luego con tres paquetes. Luego de unos minutos ya llevo el empaque 16.
No sé ni para que compro tanto si sé que no debería.
La culpa de tantas calorías me da más ansiedad de la que ya tenía, pienso que no. Ahora no. Podría llegar en cualquier momento y verme de esa forma. Lloro, recuerdo cuánto he comido y que no ha llegado también. Lloro más.
¿Por qué lo sigo haciendo?
Sé que está mal, pero no puedo tener tantas calorías en mi sistema tan de noche. Engorda el doble. Me dirigí al baño, me veo en el espejo. Las notas no me permiten verme mucho, pero sí lo suficiente para ver mi cara horrible. Lavo mis manos sin apartar la vista del espejo y luego introduzco uno de ellos en mi boca lo más profundo. Nunca funciona en el primer intento, pero ya al segundo empiezas a sentir la comida quemar devolviéndose. Me sostuve en el inodoro mientras vomitaba, mientras vomitaba y lloraba. El llanto dura mucho más de lo que vomitas.
Continuaba llorando, con muchos recuerdos en mente. Recuerdos como: Mi mamá y lo sola que la deje, el no poder calmar a mi papá, el hecho de que Adam no estuviera aquí, mis notas escolares son una mierda, el que yo hiciera esto, el yo fuera muy horrible.
Cuando el llanto se volvió mudo, escuché como se abrió la puerta y unos ligeros pasos. Era él. No daba tiempo de limpiar todo, así que rezaba que no entrara, rezaba que llegar tan cansado que llegara durmiendo y mientras duermes poder limpiar. Limpie mi boca como pude y el piso.
Salí al cuarto, a esperarlo. Quería ver qué estuviera bien. Sí era él, abrió la puerta, ví su silueta y la gran sonrisa que calgaba, rápidamente llegué a su lado con un abrazo.
—Hola—dice sonriendo.
—Hola Adam...¿Estás bien?...¿Por qué llegaste tan tarde? Dijiste que solo eran 30 minutos.
Se quedó callado.
—Hueles a Can Can de París Hilton.—le digo acercándome a la sudadera blanca que llevaba puesta.
—Mmmm sí, una amiga de Tayler quedó jugando con nosotros, creo que es ella.—Respondió mirando a la habitación y no a mí.
—Bueno.— suspiro— Pensé que te había pasado algo, no podía dejar de pensar en cosas malas.
—Te dije que no te preocupes...
—Pero vienes llegando a las doce con treinta y cinco cuando me dijiste a las nueve que llegarías en aproximadamente treinta minutos. ¿Cómo no preocuparme?
—Bueno... Está bien...—Suspira— Gracias por preocuparte—Sonrie— Te amo tanto... Por eso, debemos hablar de algo.
—Hablemos de lo que tú quieras. ¿Cómo estuvo todo? ¿Ganaste los videos juegos? ¿Reiste y la pasaste bien? Por lo que tu sonrisa expresa, te divertiste mucho.
Agacha la cabeza y suspira de nuevo.
—Dejame ir al baño y hablamos ¿Sí?
—Ok.
Espera.
No.
El baño no.
Corrí al percatarme para detenerlo, pero era tarde. Ya había visto todo.
—Emma...
—No te preocupes...
—Emma... Por favor dime qué no...
Sus ojos impactando con los míos estaban destrozados. Veía la cara de decepción que sabía que cualquiera iba a poner. Inevitable me eché a llorar descontrolada tapándome los ojos.
—Yo, yo no resistí—Pude decir a medias.
—Emma...
—No te preocupes, yo estoy tratando de resolverlo. No tienes que pensar en eso.
Adam va a mi lado y me cubre con sus brazos fríos. Aún estoy llorando, pero estoy tratando de pararlo porque él no debería estar preocupándose por mi, debería estar enfocado en él.
ESTÁS LEYENDO
Una típica historia de amor diferente.
Teen FictionEmma está dispuesta a dejar todo por Adam luego de verlo destrozado por una ruptura, se ofrece para ayudarlo con sus problemas personales, tratando de no mostrar indicios que la delaten. El plan parece ir según lo que pensado hasta que muchos sentim...