Emma.
Había salido por la puerta de la cocina al patio trasero de la casa, me quedé atrás de los dos chicos aparentemente amigos luego de que se alejaran de mi para reunirse a hablar en una esquina del lugar verde.
La espera y la intriga me corcomían por dentro, escuchar el siseo de sus susurros y sentir sus miradas me mareaba el estomago.
-Bueno, no es tán malo-Habló el miope, provocando un tsunami internamente-Tyler, tu turno.
-Qué valiente.-contestó a rastras-Somos primos.
Así sin más lo dijo con mucha seriedad, como si fuera verídico.
Después de contener mis ganas de reir en vano,seguí: -Toda su tarima y dramatización ¿Para esa mala broma?
Ambos se miraron simultaneamente alzando ambas cejas y haciendo diferentes muecas con sus labios como respuesta.
-¿Primos?-Pregunté y me respondieron la misma palabra afirmativamente-¿Eso es todo?
-Te dije que no era nada malo-Respondió Adam subiendo sus hombros.
-Sí, pero sigue siendo extraño-Contesté- ¿Por qué tanto misterio?
Tyler comenzaría a hablar cuando lo interrumpe la melodía de mi télefono que hace que me retire de los parientes a una distancia prudente para contestarlo.
Al contestarlo, voces sonaban furiosas y preocupadas. Mis padres detrás del télefono ponian sus voces una sobre otra sin dejar escuchar bien y no llegaba a nada la llamada hasta que la desesperación de mi madre creció. Luego de un gran grito, colgué.
-¿Todo bien?-interrogó Tyler acercándose con su primo.
-Sí-contesté quitandome todos los pensamientos de la llamada-Todo bien, perfectamente bien.
La mirada de ambos se centraron en mi y probablemente mi intento fallido de sonrisa, por suerte, la madre de Adam nos llamó para platicarnos, o más bien avisarnos, que volvería a salir.
En el lapso que la señora Gómez estuvo fuera de casa, Tyler y Adam me hablaban de unas cosas que no podían entrarme en la mente ya que que el grito de mi madre aún continuaba retumbando en mi.
El día paso, la madre de Adam regresó de sus deligencias, nos encontrabamos los tres adolescentes en el comedor esperando la cena que la señora Gómez se ofreció a prepararnos.
Estando ya los cuatros en la mesa con lo que se veía una deliciosa pasta bolognesa, empiezan un tema nuevo de conversación al cual no me involucre mucho.
-¿Segura que todo está bien?-se acerca nuevamente Tyler muy discretamente-No has parado de hablar en monosilaba y apenas has tocado tu comida.
Eso último pareció escucharlo la madre de Adam, quién inmediatamente habló.
-Cariño, ¿No te gusta la comida? No soy la mejor cocinera pero hice lo que pude. Si gustas puedo prepararte otra cosa para que te vayas a gusto de este hogar.-Esa última frase sí me hizo aterrizar.
Tenía que regresar a mi casa, sólo había pedido una noche y tenía que regresar. No era que no me gustaba mi hogar o mi familia, pero, no quería volver a pasar por algo que me costó mucho superar. Y a pesar de que toda la noche no pude dormir entre el debate de pensamientos que se dividian en mi familia y estar en la cama del chico que quiero ocultar que me gusta-lo último fácil podría verse en otro contexto. Pero mi realidad fue que él durmió en el suelo- a pesar de todo, venir aquí, ser recibida tan cálido como lo hizo la señora Gómez, simplemente venir aquí, se hizo la distracción ideal.
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Una típica historia de amor diferente.
Teen FictionEmma está dispuesta a dejar todo por Adam luego de verlo destrozado por una ruptura, se ofrece para ayudarlo con sus problemas personales, tratando de no mostrar indicios que la delaten. El plan parece ir según lo que pensado hasta que muchos sentim...