Adam.
No me he atrevido a ir a su casa o mirarla directamente a los ojos desde aquel día en mi casa, solo la observo desde los lejos por el balcón. Soy un estúpido, ¿Quién se queda mirando como un cobarde en lugar de ir a hablarle a una persona?. Extraño ir a su casa para hablar de conspiraciones o ponerme cosas raras en la cara, extraño lo fácil que se irritaba y todo lo que yo hacía para que lo hiciera porque me daba risa, extraño a mi amiga. Y ahora me da vergüenza verla por los estúpidos impulsos del alcohol.
Ser el primero en terminar el examen de física, antes era algo que disfrutaba pero ahora que me hace pensar más de lo debido es una cosa que fuese preferido no hacer. He estado navegando en pensamientos que me terminan deprimiendo, he estado pensando en las cosas que pude haber hecho la primera vez que tuve la oportunidad, he estado pensando mucho. Bruce, quién también he estado evadiendo rompe mis pensamientos cuando se sienta a mi lado. Siempre somos los primeros en terminar exámenes de cálculo, éramos un gran equipo, éramos. Estaba cabizbaja cuando voltee a verlo antes de irme de su lado, porque no pretendía quedarme ahí, pero cuando estaba a unos pasos me tomo el antebrazo izquierdo bruscamente.
—Por favor hermano, tenemos que hablar.–Tense la mandíbula y le miré a los ojos por primera vez en mucho tiempo.
—No me llames hermano.-Respondí en el mismo tono prudente que utilizo, y volví a mi silla con todo el desgano que se puede tener.–Bien, habla, dime lo que me quieras decir.
—Adam, yo... Lo siento, en serio lo siento, yo solo no sé qué pasó. Yo sabía todo lo que sentías hacia ella, yo lo sé y no debí, pero yo nunca te dije todos mis sentimientos por Guri y no era lo debido pero solo sucedió. Amigo por favor, entiéndeme, sé que me equivoqué y sé que debería ser feliz cuando estoy la chica que me encanta pero no puedo porque mi amigo no está conmigo y extraño mucho a mi mejor amigo. Vamos hermano, yo te apoye.– Termino justo cuando sonó la alarma que indicaba el último recreo. Nos quedamos viendo a los ojos, parecía no estar mintiendo pero yo no podía aceptarlo, porque si lo disculpaba significa que tendría que seguir lastimando.
—Gracias, pero ya no somos mejores amigos.–Contesté y salí del aula, yo no podía seguir ahí. Ahora no.
Camine hasta la cafetería tomando la precaución de no tener a quien no quiero en el camino, no había nadie así que continúe, ordene un café y luego fui al parque de infantes a disfrutar de mi porción de cafeína. Muchas personas prefieren sentarse en las mesas de cafetería, pero cuando te ven como un bicho raro, oyes comentarios o susurros de ti y risas hacia tu persona, simplemente quieres un lugar que te haga pensar para deprimirte. Estaba por la mitad del café cuando escucho unos pasos acercarse, lo cual es raro porque nadie visitaba este parque a excepción de los niños y era muy temprano para su recreo.
—No te lo preguntaré dos veces, ¿Por qué me evitas?–Apareció diciendo fuertemente por detrás de el tobogán, posicionándose a todo mi frente del columpio mirándome fijamente, pude ver su rabia quemar en sus ojos. Tarde unos segundos en responder haciéndola irritar aún más.—¿Fue ese estúpido beso? ¿Fue eso? Eso no significó nada, tú lo sabes.–Tuve que bajar la vista cuando lo mencionó.
Estuvimos así un tiempo, un poco más de 5 minutos, en completo silencio y total tensión, Estaba avergonzado porque pude haber arruinado la única amistad que me queda por un beso que ambos no sentimos nada, por un beso que fue totalmente vacío. Soy estúpido. Por lo general los chicos suelen ser más confiados y dar confianza a los chicas pero irónicamente, Emma solía darme más confianza de la que poseía por mi mismo. Me tome el valor para verla a sus ojos que podían prender fuego todo el parque, me levanté del columpio y la abracé aunque generalmente ella es quien me abraza cada que estoy apunto de derrumbarme con un colapso mental.
—Te extrañe–Solté junto con un suspiro e intensificando el abrazo—Solo que pensé que te di asco, porque...–Pause, porque tenía que empezar a dejar de llorar—Ya sabes.
—No me diste, ni me darás asco–Respondió soltándose de mi abrazo pero aún quedando muy cerca, regalándome una sonrisa de las que son reconfortantes—Fue un mal momento, y te apoye, no me darías asco por eso.
Emma finalmente se soltó de mi abrazo, se sentó en el columpio, la seguí como siempre hago y empezamos a columpiarnos. Estuvo hablándome de sus días mientras reíamos, nos reíamos mientras nos desahogamos. Es increíble la confianza rápida que le agarras a la persona indicada. Esa persona indicada sientes que cura, te hace olvidar lo malo y lo he estado negando todo este tiempo que se ha vuelto necesaria. Lo he estado negando por miedo a que termine igual que siempre, porque cada vez que volvemos necesario a alguien e nuestra vida la hacemos responsables de alguna manera de nuestros sentimientos.
—Hable con Bruce hoy, bueno, él hablo—Solté interrumpiendola, supe que fue descortés al momento pero quería decírselo. Su rostro cambió de expresión de golpe y se hizo unos silencios como los que yo hacía en la mayoría de sus preguntas, quizá se deba a que es primera vez que decido hablarle del tema por mi cuenta.
—¿Estás listo para hablar de eso?–Dijo lentamente a lo que solo respondí como usual estúpido bajando la cabeza.—Bueno, bien...¿Tú estás bien?
—Sí, pues como te dije él solo hablo, decía disculparse, que lo lamentaba mucho y más relleno entre sus palabras. Se veía sincero pero no creo estar listo.
—¿Sabes? Lo disculparas cuando empieces a escucharlo, y lo vas a escuchar cuando dejes de pensar en lo que pasó.
—Ya deje de pensar en eso—Ataque.
—No lo has hecho, no pienso defenderlo, pero no lo haces, ¿Relleno en sus palabras? Escuchas rellenos en palabras que te hacen recordar lo que no quieres. Es normal, pero no tienes que evadirlo. De hecho, agreguemos eso a la lista, trabajemos en tus manias de evadir. ¿Trato?.— Acepté estrechando su mano y afirmando a su pregunta, aunque no sabía muy bien de lo que se trataba.—Por otra parte, ¿Te invitaron a la fiesta de Navidad?
—¿Qué fiesta? ¿Hay una?.—Contesté exagerando mi sorpresa.
—Pues sí, me enteré hace poco y tampoco recibí invitación.–Dijo terminando en risas—Como ninguno de los dos estamos invitados, quería preguntarte si quisieras venir con tu familia a cenar con la mía...–Pauso.— Yo traté de convencer a mi mamá que no, pero insistió o sino me castigará, y yo lo siento si es muy incóm...
—Sería un placer cenar con ustedes en Navidad.–No la dejé terminar.—De hecho, me das una buena idea para darte tu regalo de Navidad, Em.
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Una típica historia de amor diferente.
Teen FictionEmma está dispuesta a dejar todo por Adam luego de verlo destrozado por una ruptura, se ofrece para ayudarlo con sus problemas personales, tratando de no mostrar indicios que la delaten. El plan parece ir según lo que pensado hasta que muchos sentim...