11.-"Pequeñas cosas, grandes problemas"

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Emma.

Si me dieran la oportunidad de eliminar algo de mi vida, definitivamente serían las cucarachas y las matemáticas, porque sinceramente ambas le traen muchos problemas a la vida. Mientras todos estaban celebrando sus notas por el examen mega fácil yo estaba en camino a la cafetería rompiendo mi fracaso y mi pase a clases de verano. Como todos sabemos el estrés y la tristeza se superan más rápido con cinco paquetes de oreos.

Antes de sentarme a tragar mis penas con galletas verifiqué si Adam estaba cerca, ya que según lo acordado no podemos dirigirnos la palabra o la mirada mínima dentro del instituto. Aunque detestaba tener que esperar la tarde para poder hablarle, tenía que entender que se le hacía incomodo y vergonzoso. No es reconfortante pero sí entendible. Una que certifique que no había muros en la costa y empece a comer mis felices galletas, recibí un mensaje de Tyler, quien estos últimos días ha dejado de ser raro en lo absoluto.

Mensaje recibido.

¿Cómo te fue en el examen del cual no respirabas este fin de semana?

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No me fue como esperaba, pero no tan mal.

Mensaje enviado.

Mentí, porque lo menos que necesitaba era unos discursos de Tyler que terminaban resaltando lo bueno que era en matemáticas y lo pésima que era yo para realizar una simple suma. El teléfono no me volvió a sonar y sobreentendí que regresó a sus clases. Sin darme cuenta ya estaba por el tercer paquete de galletas y como no lo creía suficiente, decidí comprar más.

Me levante y fui directo a la fila de pago porque ya tenía en mente lo que pediría. Pero en la espera escucho como todos nombran los mismos nombres: Adam, Guri y Bruce.

¿De que me perdí?

Basto con que mirara un poco a la derecha en la entrada de la cafetería y ver al mejor amigo y al parecer la ex-novia de Adam, juntos, tomados de la mano, besándose. Las ideas en mi cabeza viajaron a millón y empezaron a mezclarse, no lograba entender todo el asunto. ¿Yo vivía en una piedra que no me enteraba de nada? Me congelé junto con la imagen, y reaccioné cuando ví a Adam pasar, detenerse y voltear con un gesto muy poco perceptible de desagrado. En ese momento mande al diablo el acuerdo de no hablarle junto con mis galletas y fui a seguirlo porque después de dos meses entendía todo su dolor. Cuando logre verlo a pocos metros, dude en acercarme pero quería saber como se sentía, aunque ya me lo imaginaba.

—Hey, espera.- Dije elevando un poco el tono de voz lo suficiente para que me escuchara, pero no tanto para llamar la atención.- ¿Quieres hablar de eso? Ya me entere.-Dije lento, aún con la duda en mi palabra.

Esperaba una mejor reacción para una persona que no hace mucho me dio a entender que le agradaba, este Adam más bien parecía que me tuviera un odio traído del infierno porque solo se limito a detenerse, mirarme de reojo, mofarme y seguir su camino. Me encantaba, pero su versión antipatica no era la más agradable. Para esto no valió la pena sacrificar mis galletas.

Me di la vuelta cuando lo vi desaparecer entre los estudiantes y quedó tácito que no se regresaría a por lo menor disculparse conmigo por su reacción. Regresé al piso de mi clase ya que no me daba tiempo de ir por más galletas, en el camino encuentro otra vez a la pareja feliz que yo no sabía de su existencia, trate de ignorarlos pero más de lo que hice estos meses no podía hacerlo. Llegue a mi salón y Elena, la chica a la que puedes recurrir para actualizarte en todo estaba justo a mi lado de asiento, que oportuno ¿No?

—Elena, hola, espero que estés bien, realmente no te quitaré mucho tiempo, pero ¿Podrías darme un resumen de lo que pasó entre Adam, Guri y Bruce?

Me miró de arriba a abajo, con un gesto muy gracioso y tétrico a la vez, tomó aire y se desinfló con todo.

—Pues se dice que Adam encontró a Guri y Bruce liados un día que los invito a ambos a una noche de películas en su casa, Guri le dijo que realmente nunca lo quiso como él la quería a ella pero que fue una gran persona en ayudarle a encontrar a su alma gemela y que seguirían siendo amigos, Adam por su parte no acepto y se rumorea que quiso quitársela la vida pero de lo que es verídico que entró en una gran depresión.-Pauso.-Pero cariño, no sé cómo no te enteraste de todo esto, si nadie deja de hablarlo desde hace dos meses. Te recomiendo salir más.

Me congelé, no podía con tanta información en tan pocos minutos de mi vida, ¿Por qué no me enteré de nada de esto? ¿Por qué Adam nunca me lo dijo? Desde hace dos meses hemos hablado, me ha contado muchas cosas y yo a él ¿Por qué nunca me lo contó? No sentí las otras dos clases pasar porque estaba tan sacada de mi, una que otra vez miraba a Guri, no sé porque. Bueno sí sé porque, ella hacía feliz a Adam, me refiero a que era la felicidad de una persona ¿Por qué hizo eso?

Salí del instituto directo al paradero de bus aún con mi cabeza hecha un nudo de luces navideñas de tanta información.

—Hey, Vivían-Gritaron apenas subí.

—¿No te agrada el nombre Emma o dime?

—Nada que ver, es muy bonito pero Vivían te queda a ti.-Dijo Tayler, haciendo que mis pensamientos se hicieran de un lado por unos minutos.

—¿Quieres una oreo?.–Cambie de tema.

—Claro, yo no pienso que me van a drogar como otras locas.

—Ja-ja-ja. Agarra antes de que me arrepienta.-Luego de reírse como morsa, tomó la galleta. No sé dónde salió el impulso de preguntar pero lo hice.-¿Qué pensarías tú si una persona no te dijo que tenía pensado quitarse la vida?

Se quedó un momento en silencio, porque eso siempre hago yo con mis preguntas, hacer silencio.

—Ya te enteraste lo de Adam ¿Cierto?

—Sí... Y sé que es algo tarde per...-Me tomé un tiempo para pensar si lo que había oído era correcto- ¿Conoces a Adam?

Vaya que necesito salir de la roca en la que vivo. 

—Por cierto, esta es mi parada, nos vemos Vivían.-Se despidió rápido y se bajó dejándome en la duda. Estaba de más decir que era mentira porque mi paradero es antes que el de él.

Bajé del bus cuando me tocaba, llegué a mi casa y sorprendentemente mi mamá estaba en casa, y más raro aún, estaba cocinando.

—Hola mamá... ¿Te sient...–Se impacto contra mi con un abrazo fuerte al cual correspondi, pero detestaba que me interrumpieran.—¿Te sientes bien?.-Termine de decir.

—Claro cariño, como nunca.–Contesto sonriente.

—Y...¿Por qué cocinas?.–Lentamente dije.

—Ay cariño, hay que atender a las visitas.–Dijo aún más sonriendome, o señalándome algo.

Gire lentamente para encontrar a Adam en la mesa de mi cocina, comiendo muffins con mi mamá en casa. Con mi mamá en casa.

Por favor si esta es una pesadilla, espero despertar ya.


Una típica historia de amor diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora