Emma.
Dos semanas después.
Guri y Adam se han acercado más rápido de lo que pensé.
Adam se ve muy feliz, nunca deja de sonreír. Y yo no he dejado de llorar. He estado muy triste porque aunque es obvio que él es feliz, yo no.Yo no, porque yo me imaginaba algo de esperanza sabiendo que él no me conoce, sabiendo que él está enamorado de Guri. Yo me mentía a mi misma. Yo me imaginé e ilusione. Yo me lastimé mis propios sentimientos.
Ya estas dos semanas han cambiado algunas cosas. Ya no salgo siempre al balcón, porque él ya no está siempre allí. Guri en la hora de laboratorio no asiste, probablemente esté siempre con Adam, porque ya los he visto 2 veces. Ya el tiempo se redujo a díez minutos por día, porque no sé cómo, desde que está más con Guri ya no se le ve tanto. Y no solo lo he notado yo, porque he escuchado comentarios de chicos de su grado muy similares.
El timbre indico que ya podíamos ir a nuestros recreos, y sin ganas salí, porque honestamente todo era más divertido cuando veía a Adam por alguna razón, quizá me emocionaba el simple hecho de verlo en el mismo lugar y desde que dejó de hacerlo, no encontraba sentido siquiera ir al colegio. Pero hoy, por milagros, sí salió al balcón.
La felicidad y dolor van de la mano. Van muy unidas. Comprendí eso cuando el cosquilleo de emociones que sucedió en mi cuerpo cuando lo vi salir del salón dibujandome una sonrisa fue el mismo cosquilleo que provocó un pequeño mareo cuando de no sé dónde (Porque no asistió a las primeras horas de clases) Guri le giró dando un beso largo en sus labios y luego bajando hasta su cuello. Y si me preguntan, es mucho afecto para una zona educativa.
Aún quedaban muchos minutos, pero solo quería ir al salón sentarme en mi silla, y alterar con mis pensamientos que no paso lo que paso, siempre lo hago. Es una manera muy satisfactoria de lastimarte. Pero te ayuda a olvidar. Sin necesidad de droga o alcohol, solo hundirte en tu mundo paralelamente.
Las horas pasaron, no salí en los recesos restantes, no quería seguir con la mentira que soportaba ver lo que no quiero. Llegó el momento de la salir y no espere como siempre a que el saliera primero para durar más tiempo viéndolo, no, salí corriendo a la estación de bus.
De verdad quería convencerme de cosas que yo sé que jamás aceptaría.
Tomé el bus, me coloqué mis audífonos y me perdí entre la melodía y la ventana. Sentí que alguien se sentó a mi lado unos minutos después pero la verdad no voltee hasta que me tocó el brazo muy suavemente e hizo que me quitara los audífonos casi inmediato.
—Hey, deberías relajarte.- Dice un chico mirando mi mano apretada con fuerza. Sinceramente, no me percate de haberla mantenido así, tampoco no me extrañaba, cuando no me siento de buen humor tiendo a apretar mis manos o me empieza a picar todo el cuerpo.
—Supongo que sí.- le respondí junto con una pequeña sonrisa amable, y él me devolvió una sonrisa similar.
—¿Quieres un snickers?.- Dijo sacando el chocolate de su bolso con una sonrisa amable muy similar a la anterior. Pero estoy vez no me pareció amigable, no es normal que un chico desconocido de un bus te ofrezca comida.
—No.- negué en seco y voltee nuevamente a la ventana.
El chico explotó en risas, pude sentir como no todas, pero si muchas personas voltearon a nuestro sitio. Quería que el bus me tragara. No me agrada la idea que mucha gente se percate de mi, y mucho menos por un chico desconocido.
—¿Crees que te voy a drogar?.- Dijo con algo de fuerza, no mucha y aún riendo e hizo que me volteara otra vez.— Hey, me llamo Tyler, niña pánico.- termino de decir y me extendió su mano.
—Muy bien, primero, no tienes permiso de ponerme un apodo. Dos, es mejor prevenir que ir a rehabilitación después. Tres, ¿Niña pánico? ¿Eso fue lo mejor?
Él solo sonrió. ¿Qué le ocurre a este tipo?
—¿Sabías que es descortés dejar a las personas con la mano en el aire?.- Me acercó un poco más la mano con una sonrisa. Y ya no lo veía amigable. Sino más bien molesto. Al notar que no le daría su mano, la quito.— Bueno, ¿No piensas decirme cómo te llamas?
—¿Estoy en mi obligación?
—Bien, tienes cara de Vivian, te llamarás Vivian.
Y antes de que respondiese, había llegado a mi parada. Lo cual en estos momentos fue lo mejor, me alejaba de ese chico. Me pare, le pedí amistosamente que me diera permiso y salí de allí.
Un "Hasta la próxima, Vivian" se escuchó hasta la puerta donde me bajaba del bus. Que bien que ya estaba saliendo.
Definitivamente pedí, que no hubiese una próxima.
![](https://img.wattpad.com/cover/161692270-288-k742101.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Una típica historia de amor diferente.
Teen FictionEmma está dispuesta a dejar todo por Adam luego de verlo destrozado por una ruptura, se ofrece para ayudarlo con sus problemas personales, tratando de no mostrar indicios que la delaten. El plan parece ir según lo que pensado hasta que muchos sentim...