"Volkacio AUs - One shots"

🤎🍫-Amor De Mi Vida

"De un solo comentario podría nacer uno de los días más memorables de tu vida"

—¡Volkov!

—Ya te dije que no Horacio.

—Pero es que no vas a saber si no te gusta si no lo has probado—Se cruzo de brazos formando un puchero en sus labios.

—Por eso no lo quiero probar, porqué se que no me va a gustar—Detuvo su caminar volteando a ver a su esposo.

—Eso no tiene sentido—Sentenció acercándose a él.

—Para mi si.

—Ese no es un argumento válido.

—Si lo es, además tampoco es tan importante.

—¡¿Como que no es tan importante?!—Gritó en pelirrojo logrando que el comisario pegara un brinquito en su lugar.

—Vamos a ver Horacio, es solo chocolate, no es para tanto—Respondió rodando los ojos.

—Que no es para tanto dice. Te lo pongo así Volkov, el chocolate es la cosa más deliciosa del universo, no hay una sola alma a la que no le guste y si llegase a existir estaría cometiendo un gran crimen, y si la memoria no me falla—le apuntó con el dedo— tú eres comisarió, no puedes cometer delitos, eso es corrupción.

—Como es que estás comparando un delito al echo de que nunca haya probado el chocolate, es ridículo.

—Vuelve a decir que es ridículo y voy a hacer que el chocolate entre a tu cuerpo y no precisamente por la boca—Le amenazo con el ceño fruncido.

El ruso bufó dándose por vencido.

—¿Si pruebo el maldito chocolate me dejarás tranquilo?

—Sipi—La actitud del de cresta había cambiado en tan solo segundos.

—Perfecto, vamos a la tienda.

Fueron al living de la casa que compartían tomando las llaves del auto negro del ruso para luego en el mismo emprender camino a la tienda.

Se suponía que irían solo a por una barra de chocolate pero terminaron comprando muchos dulces más, una bolsa entera para ser exactos. Ya con las compras regresaron a su hogar y dejaron estas mismas en la mesa de la cocina.

—Ahora amor mío, tú vas a probar la verdadera manifestación de la delicia—Dijo el moreno sacando algunos de los dulces de la bolsa hasta dar con los chocolates y abrir uno de estos, mientras que el peligris solo reía por la forma en que se expresaba de un simple chocolate—toma.

Le extendió el chocolate siendo tomado instantáneamente por el otro.

Volkov llevó la pequeña barra a su boca y dándole un mordisco a esta bajo la atenta mirada de su pareja. Lo saboreo por unos segundos en su boca antes de tragarlo.

—¿Y? ¿Que te pareció?

—Mm... en verdad no está tan mal como pensaba.

—Admítelo, te encanto—Le miro con una ceja alzada mostrando una sonrisa de superioridad.

Suspiró rendido mirando a su pareja para volver a hablar.

—Está bien, es delicioso ¿si? No se porqué no lo había probado antes. Ahora, si me permites, me llevo esto—Se sincero para luego estirarse sobre la mesa tomando la bolsa con dulces y más chocolates y corrió hacia la habitación que compartían.

—¡Oye, eso es trampa, Volkov vuelve aquí!—Le grito yendo detrás suya pero antes de poder alcanzarlo le había cerrado la puerta en la cara—¡Ábreme y devuelve mis dulces!

—¡No! Tú me arrastraste a esto ahora atente a las consecuencias—Le acusó del otro lado mientras sacaba algunos de los dulces y los escondía en sus cajones, por si Horacio lograba entrar al menos tendría provisiones para comer después.

—¡Pero son míos! ¡Consíguete los tuyos!

—¡Recuerda que en el altar dijiste que todo lo tuyo también sería mío!

—Pero ¡No seas perro Viktor!

—¡¿Como me llamaste?!

—¡Perro! ¡Eres un perro y un guarro!

—Te voy a multar por insultos a un funcionario público.

—¡Multame está perro!—Respondió dando una patada a la puerta.

—¡Cuando quieras bebé!—Grito aguantando la risa.

—...¡Entonces ábreme!

El ruso se lo pensó un momento y sin nada que perder entre abrió la puerta sacando sólo su cabeza.

—Primero dame un beso—Le dijo divertido.

El moreno tomó de las mejillas el rostro de su esposo depositando un delicado beso en sus labios.

—Listo, puedes pasar—Le sonrió para abrir la puerta dejándole entrar.

Quien diría que esa tarde que pasaron juntos compartiendo dulces entre besos y caricias, haría que el chocolate se volviera uno de los alimentos preferidos de Volkov.

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