💘🏐-Las flechas de cupido

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"Los choques de la vida pueden llegar a ser bastante curiosos"





El partido acababa de iniciar, era una competencia entre las preparatorias de la ciudad y sus equipos de voleibol. El equipo ganador recibiría un pequeño pago que se dividiría entre los miembros, eso para motivar a los estudiantes en su participación.

Viktor Volkov siempre había sido amante de aquel deporte y de vez en cuando lo jugaba con amigos en partidas amistosas con el único propósito de divertirse. Y aunque nunca fueron competencias reales hasta ese momento, Viktor siempre destacó por su destreza al momento de golpear la pelota, su agilidad para moverse y su talento para encajar en cualquier posición y jugar de una manera impecable.

Por lo que al ver el anuncio pegado en la entrada de la preparatoria que indicaba que armarían un equipo de voleibol para un tipo de concurso no dudó en apuntarse a la lista de los integrantes y asistir a todas las prácticas del mes de anticipación.

Su equipo había demostrado su valía llegando a la final de la competencia la cual se estaba llevando a cabo en ese momento. El entrenador los había animado antes de que el partido diese inicio para levantar el espíritu del equipo y que así confiasen en que ganarían.

Era momento de demostrar que todo el esfuerzo había dado frutos.

———

—¡Gustabo! ¡date prisaaa que ya vamos tarde!

—¡Que ya voy! Joder, que ya no puedo ni guardar mis cosas en paz porque estás gritándome en el oído—Se quejó el rubio mientras terminaba de dejar los libros en su casillero.

—Culpa tuya, que me puedo morir de viejo y tú vas a seguir metiendo libros.

—Ya, ya, deja de quejarte y vámonos antes de que acabes con mi paciencia y te tire por las escaleras.

—Primero te tiro yo antes de que me muevas siquiera un pelo—Murmuró empezando a caminar con prisa hacia la cancha de voleibol.

—¿Qué dijiste?

—¡Que te apures, joder!

—¡Ya deja de gritarme!

La discusión siguió hasta que llegaron a la cancha casi corriendo. Horacio se había visto muy interesado en asistir a todos los partidos de la competencia en los que participaba el equipo de la escuela y su hermano sabía perfectamente por qué era o más bien por quién...

—¡Mira! Haya hay un lugar desocupado—Habló animadamente el castaño tomando del brazo a su hermano para ir hacia aquel banco.

—¿No está muy cerca de la cancha?

—Nah... mientras más cerca mejor.

—Ya verás como al final nos dan un balonazo...—Rezongó mientras ambos tomaban asiento y prestaban atención al partido que acababa de dar inicio.

En tan solo segundos Horacio pudo divisar a aquel muchacho alto de cabellos grises que se había adueñado de su mente y de su corazón en los últimos meses. Todo por un accidente en el comedor de la escuela.

Horacio y Gustabo se encontraban caminando con sus platos de comida hacia la mesa en la que acostumbraban comer cuando un descuidado ruso de dos metros apareció de la nada corriendo sin percatarse de que estaba apunto de arrollarlos por estar mirando hacia atrás, y Horacio tampoco fue demasiado afortunado al estar por completo en el camino de aquel chico que irremediablemente chocó contra él haciendo que ambos cayeran al suelo. Viktor se aseguró rápidamente de no haberlo dañado y se disculpó, pero no logró fijarse demasiado como le hubiera gustado en el muchacho que acababa de atropellar porque el grito de su amigo Greco lo hizo levantarse con rapidez antes de volver a salir corriendo. Horacio no tuvo la oportunidad de decir apenas nada por quedarse observando al causante de su caída, pues en cuanto lo vio se quedó embelesado sintiendo como si una flecha hubiera dado justo en su corazón y se hubiera disuelto en miles de chispitas que recorrieron su cuerpo causándole un agradable escalofrío.

Y ahora ahí se encontraba, mirando un partido de un deporte que realmente no lo importaba solo para ver jugar a aquel chico que casi le rompe algo y que muy apenas sabía de su existencia.

Volkov se encontraba totalmente centrado en buscar el balón, golpearlo, pasarlo y enviarlo hacia el otro lado de la red sin dejar que este tocara el suelo en ningún momento.

Estaba empezando a sudar por el esfuerzo físico y el esfuerzo de su cabeza para crear estrategias en busca de obtener puntos para su equipo.

Hubo un momento en el que el balón se fue demasiado atrás pero uno de sus compañeros logró golpearlo enviándolo hacia al frente, con el único inconveniente de que la dirección iba demasiado hacia la derecha, directo a los estudiantes que miraban el partido.

Viktor reaccionó con rapidez corriendo a donde el balón y lanzándose de rodillas hacia el suelo para poder golpearlo y así desviar su trayectoria, sin contar que por el impulso de su cuerpo terminaría deslizándose por el piso hasta chocar con la banca donde estaban sentados un par de chicos. Como acto de reflejo para no golpear a uno de ellos puso sus manos al frente antes de llegar dejando que estas pegaran contra la pared, una a cada lado de aquel moreno muchacho de ojos bonitos.

Quedaron a tan solo centímetros. Una distancia bastante pequeña entre sus rostros que puso nerviosos a ambos.

Cuando Viktor se fijó en quién era en el que estaba prácticamente entre sus brazos casi le da algo cuando descubre que era con quien tropezó hace un tiempo atrás y que no pudo sacar de su cabeza por un buen rato.

Por un momento olvidaron donde se encontraban, simplemente observándose uno al otro con el bullicio del gentío de fondo, mientras que ellos se sentían en estado de pánico y como dentro de una burbuja mágica que les causó un hormigueo en el cuerpo al conectarse sus miradas.

Como si hubiesen sido flechados por cupido en ese mismo instante y no pudiesen separar la vista del contrario. Viktor por primera vez y Horacio por segunda vez con la misma persona y de una manera bastante parecida.

Definitivamente el destino y cupido eran bastante juguetones.






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Feliz San Valentínnnnnnnn💖

"Volkacio AUs - One shots"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora