💜🌑-Paranormal

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"A veces las malas experiencias pueden traer excelentes oportunidades"

Había despertado alrededor de hace 10 minutos y seguía sin saber qué hacer, eran pasadas las 3 de la mañana y desde que unos ruidos extraños provenientes de fuera de su habitación le hicieron abrir los ojos no había podido volver a conciliar el sueño.

Al principio pensó que pudieron haber sido perla, webonauta o pablito, sin embargo recordó que desde hace unos meses había apartado una habitación solo para sus mascotas, por lo que se tuvo que levantar de la cama a corroborar que estuvieran bien, lo cual así era, ellos estaban durmiendo tranquilamente en sus respectivas camitas. Luego de ver eso, por su cabeza paso que hubiera entrado alguien a su casa y se dirigió con cautela a su cocina, al no encontrar nada reviso toda la casa, pero tampoco encontró nada ni a nadie.

Evitando ponerse nervioso regreso a su habitación creyendo qué tal vez las cosas debieron estar mal acomodadas y fue el viento o solo cuestión de tiempo para que se cayeran.

Se recostó en su cama cerrando sus ojos con la esperanza de volver a dormir pero un nuevo sonido le hizo abrir los ojos al instante y pararse de la cama rápidamente, tomó su arma que siempre guardaba en el primer cajón de uno de los muebles a su lado por si algo llegase a ocurrir. Comprobó que tuviera balas y volvió a salir sin hacer ruido, quien sea que estuviera ahí lo atraparía y probablemente se llevaría un tiro de regalo.

En la sala de estar encontró uno de los cuadros que colgaban de la pared en el piso, eso le hizo pensar qué tal vez lo que se haya metido a la casa fuera un animal, porqué ¿que clase de criminal se pondría a tirar cosas sin tomar nada?, aún así no bajo la guardia y apuntando siguió caminando y revisando cada rincón de la casa, de pronto escucho una puerta cerrarse al mismo tiempo que un vaso caía en la cocina, de prisa volteo a ver a donde provenían los sonidos, pero de nuevo nada, bien, se estaba empezando a asustar pero todo tenía que tener una explicación lógica.

—¡Quien sea que esté por ahí le ordenó que salga inmediatamente con las manos en alto si no quiere llevarse un disparo de regalo!—Gritó intentando asustar a quien estuviera en su casa para que saliera frente a él.

Lo siguiente fue el sonido de una ventana abrirse y una silla caer en seco contra el piso, un escalofrío recorrió todo su cuerpo comenzando a sudar frío.

—Que mierda—Ahora si que estaba asustado, podía combatir con cuanto criminal se le pusiera en frente sin siquiera temblar, sin embargo las cosas paranormales sí que le daban miedo, más estando prácticamente solo.

Retrocedió algunos pasos en dirección a su habitación al mismo tiempo que un fuerte viento entraba por la ventana abierta y hacia caer varios objetos. Eso bastó para que corriera escaleras arriba totalmente aterrado, entrando rápido y tomando su teléfono, cartera y llaves para seguidamente ir al cuarto donde estaban sus mascotas que habían sido recientemente despertadas por los ruidos. Busco las correas de cada uno y los ató a sus collares haciendo que estos caminaran tras él mientras salían de la habitación.

Abrió la puerta de la casa sacando a los tres, escuchando como algo más caía y sin querer saber más cerró la puerta con llave y subió a su auto junto a sus mascotas. Encendió el motor y salió derrapando del recinto de su casa, sacó su celular sin dejar de conducir y marcó el número del comisario de la LSPD y recientemente su pareja.

Uno, dos, tres tonos y pudo escuchar la adormilada voz del ruso.

—¿Que sucede H?—Su voz un poco más grave de lo normal logró tranquilizar una parte del agente.

—Perdón por despertarte, pero necesito donde quedarme—Habló rápido sin dar detalles de la situación.

—Ya sabes que puedes venir a mi departamento, pero dime qué pasa, no entiendo.

—Te explicó cuando llegue ¿vale?

—Está bien, te espero—Colgó la llamada y pisó el acelerador deseando llegar cuanto antes.

Cuando por fin se encontraba frente al edificio aparcó su auto en un lugar cercano y bajo a perla, pablito y a webonauta, cerró las puertas asegurándolas y se dirigió al living, el encargado que ya lo conocía de todas las veces que se ha pasado por ahí lo dejo pasar sin problemas. Entró al ascensor y marcó el piso de su novio.

Salió en cuanto las puertas se abrieron encontrándose al peligris en la puerta de su departamento esperándolo, se acercó a él y sin esperar permiso lo abrazó con fuerza, siendo correspondido al instante, al sentir los brazos de su pareja rodearle en un cálido abrazo fue cuando se pudo sentir completamente seguro. Se apartó cuando se sintió lo suficientemente tranquilo y entraron cerrando la puerta tras ellos. Le quitó las correas a los animalitos y las dejo sobre un mueble viendo como ellos se acostaban en el suelo queriendo volver a dormir.

Su cuerpo fue jalado hasta el sillón que se encontraba ahí, ambos se sentaron y Volkov lo subió a su regazo volviendo a abrazarlo, provocando que el peli azul recostara la cabeza en su hombro.

—Ahora si, ¿Que sucedió?—Preguntó repartiendo caricias por toda su espalda, lo había escuchado alterado a través de la llamada y quería que eso cambiara.

—Voy a vender mi casa—Contestó en un suspiro dejándose llevar por las caricias que recibía.

—Pero ¿por qué? ¿qué pasó?

—Está poseída.

—¿Cómo qué poseída?—Preguntó incrédulo.

—Hay fantasmas y cosas, no quiero volver, la voy a vender y mandaré al cura a que le haga un exorcismo y le eche agua bendita—Terminó de hablar ocultando su rostro en el pálido cuello de su pareja.

—Horacio, debió ser el aire, los fantasmas no existen...

—Si existen—Recalcó frunciendo el ceño—No fue el aire. Si quieres ir a revisar las cámaras de seguridad mañana, pues vas, pero tú solo.

—Vale... igualmente, sabes que puedes quedarte aquí el tiempo que quieras.

—Mhm—Asintió simplemente abrazándose al cuerpo del peligris con fuerza.

—Vayamos a la habitación, hay que descansar y ya mañana vemos que hacer ¿si?—Ofreció sin detener su caricias en ningún momento, buscando que se le pasase el mal rato.

—Vale—Se separó para ponerse de pie y dejar al contrario hacer lo mismo. Se encaminaron a la habitación del ruso para recostarse entre la suavidad de las sábanas.

Horacio recostó su cabeza sobre el pecho de Volkov y pasó su brazo sobre su abdomen abrazándolo. El peligris se encargó de arroparlos y al terminar envolvió el cuerpo contrario nuevamente, las piernas de ambos enredadas entre sí, juntando sus cuerpos y dándose calor y seguridad mutuamente.

—Buenas noches Horacio, descansa—Habló bajito y se agacho para depositar un suave beso sobre los cabellos azulados recibiendo un murmullo gustoso de su novio.

—Buenas noches...

El silencio de la noche los envolvió y poco a poco ambos cayeron dormidos, Horacio se sentía protegido y si llegaba a pasar algo raro nuevamente, por lo menos ahora tendría a la persona que amaba con él.

La noche transcurrió sin complicaciones y al día siguiente después de una charla, Horacio salió en búsqueda del padre de la iglesia y tal como había dicho, le pagó para que bendijese su casa, aunque después de eso no le quedaron ganas de volver y simplemente la vendió, mejor prevenir que lamentar. Volkov no se quejó, le gustaba tener a su pareja paseándose libremente por su casa, formando un hogar entre ambos y sus mascotas.






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"Volkacio AUs - One shots"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora