Harry no se demora en volver al hogar de Louis, en su mochila traía ropa junto a sus útiles de aseo y también había traído un par de cuadernos para ponerse al día con las materias en las cuales estaba atrasado.
—Mi padre no estaba, le dejé una nota— comenta cuando ve que Louis iba a preguntarle algo.
El ojiazul ríe y niega con su cabeza, no iba a preguntarle sobre eso.
—Te iba a preguntar si podía ver tus cuadernos, puedo ayudarte a pasar los apuntes.
El ojiverde asiente y se quita la mochila, hace una mueca y se sienta en el borde de la cama de Louis.
El castaño se acerca y toma el primer cuaderno que le entrega Harry.
—Mis apuntes están incompletos porque realmente no presto mucha atención en clases, sólo me concentro en no quedarme dormido en medio de una.
Louis deja de hojear el cuaderno y alza su mirada hacia el ojiverde, lame sus labios y decide no preguntar.
—No te preocupes, lo solucionaremos.
Harry confía en él, no confiaba en nadie, pero sí en Louis, incluso era tan terco que ni siquiera hablaba de su situación en la escuela, prefería guardárselo para sí porque al fin y al cabo eran sus problemas y siempre los había resuelto por su propia cuenta.
Siempre había estado solo.
Harry ve como Louis abre su estuche y toma un lapiz grafito, no sabía en qué momento había transformado el suelo en un espacio de estudio, pero no puede evitar enternecerse al verlo tan concentrado.
Si las cosas fueran diferentes se atrevería a hacer y decir tantas cosas, pero sólo podía darse el placer de imaginárselo.
No perdería a la única persona que valía en su vida.
No estaba dispuesto a que otra persona se alejara de él, no soportaría que alguién más lo abandonara.
Louis apoya su cuaderno en las piernas de Harry y este pestañea un par de veces para poner su atención sobre él.
—Ven, no haré todo el trabajo solo, te quiero, pero mi mano se cansa— Harry ríe con suavidad y sin dudarlo se acomoda a su lado, toma uno de sus cuadernos junto a los de Louis y comienza a leer.
Amaba la letra del castaño y se entretenía con los dibujos que hacia en el borde de las hojas.
A veces habían árboles, casitas deformes, corazones, tréboles de cuatro hojas y por supuesto, dientes de león.
Harry se entretiene con esos dibujos y con su lápiz dibuja un corazón al lado del de Louis, sonríe al ver que le había quedado bastante horrible, pero la intención era lo que valía.
Mira hacia a su costado otra vez y siente como sus labios se estiran en una pequeña sonrisa, ese chico que estaba frente a el era su lugar feliz, su lugar seguro.
Ese chico era la persona que más amaba, y probablemente nunca lo diría en voz alta.
Porque sí, estaba enamorado de el único chico que consideraba su amigo, pero no lo metería en su oscuro mundo.
No podría hacer eso.
Louis termina de transcribir una parte de la materia de álgebra y no puede evitar dibujar un pequeño diente de león en la esquina del cuaderno de Harry.
—¿Qué dibujaste?— el castaño se queda quieto en su lugar ante la cercanía y traga en seco.
No quería voltearse porque sabría que se toparía de frente con el rostro de Harry.
—Un diente de león— Louis siente la risa del ojiverde tan cerca de su oído que no puede evitar estremecerse.
—¿Por qué?
—Para que me recuerdes— el castaño aún mantenía su mirada en el cuaderno y decide voltear la hoja para seguir anotando números.
—Siempre te recordaré, no importa lo que pase— Louis muerde su labio inferior con fuerza y hace oídos sordos, esas palabras habían acelerado su sensible corazón y ya no podía controlarlo.
Tenía unas inmensas ganas de gritar por lo emocionado que se sentía.
Harry vuelve a poner su atención en su cuaderno y comienza a escribir, se sentía tan relajado cuando estaba con Louis, era como si todos sus problemas desaparecieran.
Y en verdad eran muchos.
El rizado sacude su cabeza cuando siente como sus ojos comienzan a pesarle, estaba tan cansado, si pudiera dormir un par... No.
No podía dormir cuando estaba haciendo apuntes.
Ahoga un bostezo y apoya su cabeza en su antebrazo mientras aún seguía escribiendo, involuntariamente sus ojos se cierran, el realmente no quería quedarse dormido, pero se sentía en calma y protegido.
Louis muerde su lapiz y decide voltear a ver a Harry para ver que tal iba con los apuntes, la sorpresa que se lleva al verlo dormido en un lugar tan incómodo.
Tenía apoyada su cabeza en su antebrazo y eso era lo único que le funcionaba como almohada, al ojiazul se le parte el corazón al verlo dormir ahí, ¿tan cansado estaba?
Prefería mil veces que se quedara dormido sobre su cama en vez del suelo, se siente culpable ya que él fué el que le insistió en que le ayudara con las tareas, él se había sentado en el suelo y Harry lo había seguido.
Un puchero se forma en sus labios, no quería despertarlo... Pero tampoco lo dejaría dormir en un lugar tan incómodo.
Quizás podía levantarlo el mismo, esperaba no caerse de boca al intentar hacerlo.
Asiente decidido y se levanta de su lugar, rodea el cuerpo de Harry y se agacha para poder sujetarlo.
Pasa uno de sus brazos por las piernas del ojiverde y su otro brazo por su espalda, se sorprende cuando nota que realmente no pesa lo que creía que iba a pesar.
No le complica subirlo a su cama y taparlo con una gruesa frazada.
Se hubiera quedado un par de minutos más observándolo, pero unoa golpes en la puerta lo desorientan.
Camina hasta a esta y la abre con lentitud para no causar ruido indebido, su madre estaba detrás de esta con una brillante sonrisa.
—El almuerzo está listo cariño, Harry y tú ya pueden bajar— el ojiazul tensa sus labios y mira por sobre su hombro al ojiverde.
—Harry se quedó dormido, lo acabo de acomodar sobre mi cama— comenta con suavidad y su madre asoma su cabeza para poder verlo dormir— se quedó dormido mientras escribíamos apuntes.
La mirada de Amelia cae en los cuadernos sobre el suelo y arquea una ceja.
—¿En el suelo?
—En el suelo— confirma el ojiazul, Louis ve como la mirada de su madre cambia.
—Lo dejáramos dormir veinte minutos, luego que baje a comer para que pueda seguir durmiendo, necesita descansar— Louis asiente y suelta un suspiro, su madre era tan comprensiva.
—Gracias mamá, ¿pero no tienes que irte a trabajar en dentro de cuarenta minutos?
—Sí, comeré ahora para prepararme, si quieres puedes comer junto a Harry, yo ya me habré ido.
Louis asiente y se acerca para rodear a su madre con sus brazos.
—Gracias.
—No agradezcas, prácticamente Harry es como otro hijo para mí.
Y sí, Louis sabía eso y le gustaba que fuera así, porque sabía que Harry adoraba a su madre y el sentimiento era mutuo.
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Dandelions |Larry Stylinson|
FanfictionLouis y Harry eran amigos desde pequeños, los balcones de sus habitaciones estaban uno frente al otro y fueron muchísimos días y noches en donde las risas cómplices se volvieron infinitas. Ya en su adolescencia, Louis no se conformaba con sólo tene...