Capítulo 31.

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Definitivamente la despedida había dolido más de lo esperado.

Harry estudiaría su último semestre en California y luego de eso sería libre de elegir que era lo que haría con su vida, él decidiría su propio destino.

Pero siendo sincero... Dieciocho semanas era muchísimo tiempo, tenían que mantenerse en contacto, eso era lo que había acordado con Harry.

Louis había estado bien cuando estaban en el aeropuerto, en serio, tenía una pequeña sonrisa en sus labios y se mantenía abrazado al ojiverde, pero de pronto este había tomado su mano y puesto algo sobre ella.

Era pequeño, pero lo suficientemente significativo para quebrarlo.

Un dije de plata en forma de diente de león, al principio no lo había entendido, pero Harry murmura un:

“—Cada vez que vea uno de estos te recordaré, por favor ten en mente que no me iré para siempre Lou, volveré cuando menos lo esperes.”

Eso fué suficiente para que su mascara se cayera, es que de verdad lo extrañaría tanto.

Luego de eso, anuncian su vuelo y Harry lo besa por última vez antes de abordarlo, Amelie tiene que sacar a Louis del lugar porque se negaba a caminar.

—Hablarán a diario, no busques lo negativo que te hará peor— el ojiazul sólo se mantuvo en silencio mientras miraba a través de la ventana del vehículo de su madre.

El lunes debía volver a clases, ¿cómo lo haría sin la compañía de cierto ojiverde? Harry estaba presente en cada segundo en la vida de Louis y de un día para otro ya no lo estaba.

Su celular vibra sobre su regazo y mira la notificación del número de Niall, sonríe de medio lado al ver el mensaje.

“ME ACABAN DE REGALAR UN AUTO, TE PASARÉ A BUSCAR EN EL”

Louis ríe ante eso, se imaginaba al ojiceleste gritando por usar las mayúsculas, era una coincidencia muy grande que le hablara justo cuando su cabeza estaba siendo carcomida por pensamientos negativos.

Sin dudarlo, le responde rápidamente.

“Harry te habló, ¿cierto?”

La respuesta se demora un poco en llegar.

“Sí, y la verdad no tengo un auto, pero te pasaré a buscar igual”

Louis vuelve a reír, bloquea su celular y recarga su cabeza contra el asiento de cuero, Niall sería una buena compañía durante esos días o mejor dicho, semanas.

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Niall había aparecido fuera de su casa como le había indicado, para Louis había sido extraño que esta vez lo pasaran a buscar a él.

La antigua casa de Harry se veía tan solitaria y mierda, de verdad se le estaba haciendo complicado acostumbrarse.

—¿Ya pediste permiso?— la voz de Niall lo trae de vuelta a la realidad y el castaño se voltea a verlo con una de sus cejas arqueadas, ¿de qué estaba hablando?

—¿Ah?

—La fiesta.

Verdad, ese fin de semana se haría una fiesta en la casa de uno de sus compañeros de clases, estaban todos invitados, literalmente se habían acercado a cada estudiante para darle una invitación, el ojiazul no estaba muy seguro de ir, no tenía muchas ganas y tal como decía Amelie "si no tienes ganas o estás dudoso, mejor no salgas."

—No lo sé aún, tengo que pensarlo— confiesa de forma baja y su celular vibra en su bolsillo.

Su corazón salta al ver que era una llamada entrante de Harry, más bien una vídeo llamada.

Contesta al instante y ve como el ojiverde estaba cepillando sus dientes con su pijama puesto, Louis recuerda la diferencia de horarios y sonríe al notar que Harry no perdía esa manía de llamarlo antes de irse a dormir.

El ojiverde enjuaga sus dientes con un vaso de agua y luego pone su mirada sobre la pantalla de su celular, inmediatamente toma el aparato entre sus manos y lo acerca a su rostro.

—Hola Lou— murmura y el ojiazul suelta un suspiro.

—Hey Hazz, ¿qué tal todo?— el ojiverde sale del baño y apaga la luz, camina por un pasillo hasta llegar a su habitación.

—Bien, hoy fué un día bastante agotador— el ojiazul asiente al escucharlo y mira de reojo por donde iba, no quería tropezarse.

—Pero ya estás por irte a dormir— el ojiverde asiente y una sonrisa se pone en sus labios.

—¿Qué tal está el clima allá? Se ve que hace frío— Louis ríe y asiente ante eso— ¿estás con Niall?

Louis ni siquiera responde, simplemente apunta con su cámara al ojiceleste que iba entretenido en su celular, el castaño le pega un suave manotazo en el hombro y eso es suficiente para que la atención del ojiceleste se pusiera en la vídeo llamada.

—Hola Harry, ¿qué tal todo por allá?—el ojiverde se encoge de hombros y hace un gesto con sus manos indicándole que le daba igual— ya que estás aquí, convence a Louis para que asista a la fiesta conmigo, no quiero ir solo.

Louis frunce su ceño y aleja su teléfono de Niall, le vuelve a pegar un manotazo y se escucha perfectamente la risa de Harry de fondo.

—¿Hay una fiesta? ¿Por qué no quieres ir?— Louis rueda sus ojos y luego un adorable puchero se forma en sus labios.

—No tengo muchas ganas.

—Está bien amor, pero no te encierres en tu mundo, disfruta de tu último año de clases— Louis iba replicar, pero ve los ojos somnolientos de Harry y se mantiene en silencio.

—Duerme— murmura y el ojiverde arruga su nariz con disgusto, un bostezo se escapa de sus labios y como un efecto dominó, Louis también bosteza y Niall le sigue.

—Lo siento— susurra y se acomoda en su cama.

—Ya, te dejo, acabamos de llegar a la escuela— el ojiazul pone su mirada en el establecimiento y la campana del lugar le indica que ya debía entrar a clases.

—Está bien, te amo— susurra Harry antes de que sus ojitos se cerraran.

Louis sonríe al verlo de esa forma y saca un screenshot antes de terminar la llamada, tenía una boba sonrisa en sus labios que no se borraría por nada durante el día.

Habló demasiado pronto, ese día habían tenido deporte y el ojiazul al jugar volleyball con Niall se lastimó el dedo pulgar de la mano derecha.

Cuando Louis había saltado para pasarla al otro lado de la malla su amigo también había hecho lo mismo y la pelota impactó con fuerza contra su dedo, Louis lo sintió y vió como este se movía hacia atrás.

Lo habían llevado al hospital por accidente escolar y salió con una férula en su mano, jodido día que había tenido, Niall en modo de disculpa se comprometió a comprarle todo lo que se le antojara de la máquina expendedora y Harry lo había llamado al instante cuando se lo había contado.

Amelie lo cuidaba y mimaba mientras Louis veía películas y no era necesario que escribiera en la escuela, los profesores lo dejaban asistir como oyente.

Bueno, al parecer no había sido tan malo lastimarse.

Dandelions |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora