Capítulo 32.

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Para Harry no le fué tan complicado adaptarse, pensó que se demoraría más en tomar el ritmo de su nueva escuela, pero para su sorpresa no fué así.

Llevaba una semana y media en el lugar y ya tenía dos amigos, eso era un récord, bueno... Era incluso extraño, porque al único que había llamado realmente amigo alguna vez había sido Louis.

Pero Zayn y Liam le habían agradado al instante, aunque se conocieron en una situación un poco extraña.

El ojiverde había ido a la biblioteca en busca de un libro de historia, no era novedad que esa era la materia que más le costaba y entre tantos pasillos llenos de libros, estaba ese par.

Zayn tenía un cigarrillo detrás de su oreja mientras Liam ordenaba varios libros que tenía sobre un carrito.

—El castigo es de ambos, tienes que ayudarme— el ojimiel arquea una de sus cejas ante eso y quita el cigarrillo de su oreja para luego llevárselo a los labios—oh no, no fumarás aquí.

Harry mira el carrito que tenía uno de esos chicos y ve que el libro que buscaba estaba ahí, hace una pequeña mueca y se acerca hasta ellos, ambos chicos se mantienen en silencio al ver a una tercera persona.

El ojiverde toma el libro entre sus manos y verifica el título.

—Eh... ¿qué haces?—Harry levanta su mirada y arquea una de sus cejas.

—Estoy eligiendo un libro, eso se supone que se hace en una biblioteca— el ojimiel ríe por lo bajo y Liam carraspea.

—Pero lo debo acomodar.

—Igual lo tomaré.

—Me agrada— ambos ponen sus ojos sobre el ojimiel.

—Te agrada porque me está rompiendo las pelotas.

—Oye, no te he hecho nada, solo tomé un libro.

—Pero lo estás sacando del carro.

—¿Qué tiene que lo saque del carro?—el otro chico se entromete y el olor a cigarrillo se hace presente, lo había encendido.

El otro chico toma el cigarrillo con la intención de lanzarlo al suelo, pero este cae sobre el carro lleno de libros y debido a eso los tres chicos entraron en pánico, habían formado un alboroto mientras lanzaban los libros al suelo para que no se quemaran, en menos de diez minutos los tres estaban en detención con un castigo de una semana, debían quedarse después de clases a limpiar las aulas y Harry sentía que no podía tener peor mala suerte.

Luego comenzó a llevarse bien con ese par, eran bastantes diferentes, pero le caían bien, de cierta forma le transmitían confianza.

—¿Quieres uno?— el ojiverde pone sus ojos sobre la cajetilla abierta que le ofrecía Zayn y niega con su cabeza— bueno, más me duran.

Liam se sienta al lado de Harry con un sándwich entre sus manos, había ido a comprar algo para comer, en cambio el ojiverde se encontraba bebiendo una bebida con un brownie.

—¿Entonces dices que luego te irás otra vez?—Harry asiente ante la pregunta, ese era su plan, irse cuando terminara la escuela.

—Que mal, me caes muy bien, ¿a dónde irás?

—Doncaster—Liam se inclina un poco hacia adelante para mirar a Zayn, este se encoge de hombros, no tenía idea donde quedaba eso.

—¿Qué tiene de importante ese lugar?

—Está mi hogar— el ojiverde en ese momento no se refirió al hecho de que había crecido en ese lugar, si no a la persona que estaba allá. Louis era su hogar.

—Bueno, se entiende—vuelve a comentar Liam y mira a su alrededor, tenía que decir algo y lo tenía en la punta de la lengua, pero se le había olvidado.

Zayn miraba su celular mientras comía un dulce, Harry había notado eso en el ojimiel, fumaba y luego comía algo dulce, probablemente para que no sintiera la nicotina en su aliento.

—Fiesta, este sábado Liam—le recuerda y el recién nombrado golpea su pierna, eso era lo que había olvidado.

—Deberías venir, así te ambientas más a este lugar— Harry frunce ligeramente su ceño e iba a negar con su cabeza— vamos, no acepto un no como respuesta.

—No bebo—murmura en voz baja—me desagradan un poco las fiestas.

—¿Y quién dijo que íbamos a beber? sólo iremos a dar una vuelta, de todas formas yo también odio el alcohol.

Zayn se mantiene en silencio, porque eso era verdad y se alegraba de que fuera así, él también comenzaría a dejar su peor vicio que era el cigarrillo, lo estaba haciendo de a poco, antes la cajetilla le duraba un día, ahora le dura una semana.

Eso era un gran logro.

—Lo pensaré, cualquier cosa les aviso— comenta y desbloquea su celular, esperando algún mensaje por parte de Louis.

Simplemente se queda ahí viendo algún indicio, no quería interrumpirlo, quizás estaba haciendo algo importante y como si lo hubiera invocado, una llamada entra a su celular, sonríe al leer el nombre y contesta rápido.

—Hey Lou— saluda con una boba sonrisa, a Zayn le entra la curiosidad y se asoma en la vídeo llamada, Louis el cual estaba al otro lado de la pantalla se descoloca al ver el rostro de un chico desconocido, pero no puede evitar reír al ver como Harry lo empujaba hacia a un lado.

—¿Quién es?— pregunta con suavidad y la voz calmada de Louis relaja al ojiverde, seguramente el castaño ya se iba a dormir.

—Él es Zayn y este de aquí es Liam— muestra a cada respectivo chico y asiente con lentitud, eran los amigos que Harry había hecho y eso le hacia sentir tan bien, se alegraba de que el ojiverde no estuviera solo durante esos meses allá.

Liam mira a Zayn y este le hace un gesto con su cabeza, ese chico ojiazul era el famoso Louis.

Habían escuchado a Harry hablar de él, pero jamás habían tenido el honor de conocerlo, bueno aun no lo conocían en persona, pero saben a se referían.

—¿Ya comiste?— el ojiverde asiente ante la pregunta y ve a Louis bostezar, eso le causaba mucha ternura.

Le agradaba que tuvieran una llamada antes de irse a dormir, a pesar de tener una diferencia de ocho horas, se las arreglaban para comunicarse y eso valía oro, quizás no hablaban de forma constante, pero siempre que tenían ese tipo de llamadas se ponían al día con asuntos importantes.

Estaban dando todo de sí para que lo que tenían funcionara, ninguno se dejaría escapar con facilidad, se amaban y no se soltarían.




Dandelions |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora