Capítulo 48.

1.4K 158 44
                                    

Meses después:

Un día antes de la graduación.

—Es que no puedo creer que ya mañana sea el día de la graduación, ¿en qué momento el tiempo pasó tan rápido?— Harry ríe al otro lado de la pantalla y se termina por encoger de hombros.

El tiempo había pasado igual de rápido como cuando Louis soplaba un diente de león para pedir un deseo, solo le tomaba un par de segundos y todos esos meses se sintieron como un abrir y cerrar de ojos.

—Lamento no poder estar para tu graduación, sabes que estoy en exámenes finales— Louis asiente, sabía lo ocupado que el ojiverde había estado esos días y no quería que se sintiera culpable por el hecho de no asistir a la ceremonia.

—Ya hablamos sobre eso, no pasa nada con que no puedas venir, deja de preocuparte— Harry de verdad estaba maravillado con la vista que tenía, podía ver perfectamente como el ojiazul planchaba su camisa para mañana.

Ya habían pasado por el proceso de elegir el color de la corbata y ambos decidieron por el color celeste, quedaba perfecto.

—Estoy seguro que a esa camisa ya no le quedan más arrugas, la vas a quemar si sigues así.

El ojiazul levanta su dedo de al medio hacia su celular y la risa de Harry resuena por toda la habitación, casi se sintió como si él estuviera allí.

Casi.

—Estoy muy ansioso por mañana, cierro un ciclo y entraré a otro nuevo— finalmente desenchufa la plancha y con cuidado pone su camisa en un, colgador, se da el tiempo de dejarlo en su closet con sumo cuidado.

—Respira un poco, ¿ya postulaste para las Universidades?—Louis finalmente se acerca a su celular y lo toma, lo acerca a su rostro y se deja caer en la cama.

—Aún no, prefiero esperarte— al ojiverde le parece precioso ese gesto, pero era innecesario.

—Bien, pero de todas formas pediremos el deseo, ¿tienes tus materiales listos?

Louis sonríe y toma el diente de león que había cortado esa mañana, lo alza y lo pone frente a su cámara para mostrárselo a Harry.

—Sí, ¿tienes el tuyo?

El ojiverde le muestra el suyo y se levanta de su cama, camina hacia el ventanal y abre este.

Louis hace exactamente lo mismo.

—Ya sabemos que pedir— murmura el rizado y cierra sus ojos por un momento para desear con el corazón, tenía todas sua esperanzas puestas ahí.

Abre sus ojos y sopla.

Pone sus ojos sobre Louis y ve que este estaba soplando, a penas termina de hacerlo pone sus ojos sobre Harry.

—Pedí dos deseos.

—¿En serio? Pero si sólo se puede pedir uno— Louis alza una de sus cejas y niega con su cabeza, apoya uno de sus codos sobre el balcón y respira hondo el aire puro.

A pesar de que estaba a miles de kilómetros podía apreciar la belleza de Louis.

El viento ligero movía sus suaves cabellos y sus ojos parecían brillar aun más por la luz del día, tenía sus mejillas rojas por el calefactor dentro de su hogar y sus labios estaban húmedos ya que los había estado mordiendo debido a sus nerviosismos por el día de mañana.

Louis no lo iba a decir en voz alta, pero había deseado ver a Harry lo antes posible.

Lo estrañaba un montón.

Ese había sido uno de los deseos, el otro era el que había pedido junto a Harry, desearon quedar en la misma Universidad.

Todo quedaba a manos del destino y del Universo.

—Nosotros somos los únicos que nos ponemos límites— termina por responder, y después de analizarlo el ojiverde no podía estar más de acuerdo.

—Tienes razón, nosotros mismos nos ponemos límites.

Louis iba a decir algo más, pero se pudo escuchar perfectamente el grito de su madre llamándolo.

Ella había llegado hace poco y parecía tener un problema con su conjunto para mañana y Nicholas no la estaba ayudando para nada.

Su única salvación era su hijo.

—Tengo que ir.

Harry asiente y lame sus labios.

—Hablamos más tarde, ya sabes, tenemos que ver una película.

El castaño le guiña un ojo y le dice un rápido “te amo” antes de colgar.

Harry mira su celular por un momento y vuelve a entrar a su habitación, su mirada se pone sobre su cómoda y ve su boleta de calificaciones.

Había terminado la escuela ese mismo día, pero su graduación sería dentro de una semana, no le había dicho nada de eso a Louis.

La única persona de Doncaster que sabía era Amelie.

Y es como si el Universo hubiera escuchado el deseo de Louis, porque el castaño vería a Harry mañana mismo, en su graduación.

Sería una preciosa sorpresa.

Estaba todo planeado, Elena iría con él y sus maletas ya estaban listas.

Harry mira el traje que utilizaría para la graduación de Louis y no puede evitar sonreír, un sentimiento de nostalgia lo recorre por completo.

Simplemente se ve a sí mismo hace un año atrás.

Cuando vivía con su padre, cuando trabajaba sin descanso y no dormía absolutamente nada por las pesadillas, recuerda las tardes en donde intentaba curar las heridas de su espalda sin éxito porque no alcanzaba, recuerda como sonreía frente a Louis durante el día, pero lloraba por las noches cuando nadie lo veía.

Su vida había dado un giro muy drástico, pero estaba tan agradecido con ese cambio.

Estaba tan agradecido con Louis específicamente, no se había rendido con él, no lo había dejado solo, lo había apoyado día tras día sin pedir algo a cambio.

Curó sus heridas con paciencia, secaba su cabello húmedo cuando no podía mover sus brazos cansados, siempre estuvo ahí.

Desde el comienzo de sus días y Harry se aseguraría que estaría también hasta el final de estos.

Porque lo amaba y estaba seguro que Louis era la persona correcta, no lo dudaba, jamás lo haría.

Su corazón sabía que jamás tendría una conexión ni cerca de parecida a la que tenía con Louis.

Habían millones de personas en el mundo y tuvo la suerte de coincidir con el chico indicado, con el alma indicada.

Era su momento de ser feliz.

Era el momento de ambos.

Dandelions |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora