—Despierta— el ojiverde se remueve en su lugar, no quería abrir los ojos, había dormido tan bien— vamos, el té se va a enfriar.
Suelta un gruñido por lo bajo y finalmente abre sus ojos, Louis estaba sentado frente a él con una bandeja entre sus manos, su cabello estaba revuelto y lo veía con sus grandes ojos azules.
Simplemente hermoso.
—No era necesario que hicieras el desayuno.
—Mamá me despertó para que lo hiciera, quería que desde hoy comenzáramos a usar lo que había comprado— murmura y Harry ríe con suavidad, carraspea y mira la bandeja.
—¿Qué preparaste?— Louis sonríe orgulloso y toma una de las tazas para entregársela a Harry.
—Huevo revuelto con tostadas, hay mantequilla también, mermelada y un poco de fruta picada, también traje dos yogurths por si acaso— el ojiverde lleva la taza a sus labios y a penas le da un trago siente lo caliente que estaba.
Ahoga un grito y se da el tiempo de dejar la taza en la mesa de noche que estaba a su lado.
—Mierda— cierra sus ojos y muerde su lengua un poco para ver su sensibilidad.
—No alcancé a decirte que el té estaba recién hecho, pido perdón.
Harry niega con su cabeza y luego no puede evitar reír, con el pasar de los segundo el ojiazul se le une.
—¿Qué te gustaría hacer hoy?— el rizado se lleva una tostada con mantequilla a la boca y su mirada se fija en el ojiazul.
Este tenía su mirada sobre su taza de té, soplaba con suavidad esperando a que el contenido se entibiara aunque sea un poco.
—Quedarme contigo aquí, me gusta estar en este lugar y que seamos solo tú y yo— Louis toma un trago de su taza y cierra sus ojos ante el calor.
—¿Seguro? Podemos ir al parque si quieres o algo así— el ojiazul niega con su cabeza, prefería mil veces quedarse en el departamento.
—Veamos alguna película, a ambos nos encanta ver películas y comer, es el panorama perfecto— Harry termina asintiendo, de todas formas cualquier cosa al lado de Louis sonaba genial, mientras lo tuviera cerca diría que sí a todo.
—Está bien, entonces nos quedaremos— Louis sonríe victorioso y vuelve a tomar un pequeño trago, amaba tomar té, lo relajaba un montón—pero tú eliges la película.
Louis abre sus ojos ante eso, pone su mirada sobre el ojiverde y comienza a nergar con su cabeza.
—Tú eres el que tiene buenos gustos— Harry entrecierra sus ojos y una sonrisa se forma en sus labios rellenos.
—Claro que tengo buenos gustos, me gustas tú— el ojiazul se atraganta con el trozo de pan que había mordido, cuando por fin se había dignado a comer algo el ojiverde sale con esto.
—¡H-harry!— se queja en voz alta y sigue tosiendo, golpea su pecho un par de veces y vuelve a tomar un poco de té.
Se podían escuchar perfectamente las carcajadas del ojiverde y si cualquier persona entrara en ese momento a la habitación se sentiría reconfortada.
Los primeros rayos del sol entraban por la ventana e iluminaban la alfombra de la habitación, ambos chicos estaban sentados uno frente al otro mientras reían y comían.
Era un momento tan hogareño, que cualquiera que estuviera ahí se sentiría en casa.
—Eres un idiota— Louis logra decir después de su repentino ataque de tos, Harry arquea una de sus cejas y se inclina un poco hacia a el.
—Pero amas a este idiota— Louis le mantiene la mirada y asiente, está de acuerdo, amaba a Harry y jamás lo volvería a negar o ocultar otra vez.
—Claro que te amo— y se siente tan bien decirlo en voz alta sin ser juzgado.
—Yo también te amo— un puchero se forma en los labios del ojiazul, el amor que sentía por Harry era tan grande que no le cabía en el pecho y aún se sentía tan irreal que sus sentimientos fueran correspondidos.
Así que simplemente aparta la mirada e intenta concentrarse en otra cosa para dejar la conversación hasta ahí, se ponía demasiado sentimental cuando se trataba sobre el ojiverder, pero la cálida mano de Harry se pone debajo de su mentón y lo obliga a mirarlo.
—Gracias por todo, Louis— susurra con suavidad y se inclina aún más para dejar un beso sobre la frente del castaño, el ojiazul cierra sus ojos ante tal gesto.
Louis siempre sería el lugar seguro de Harry, pero Harry siempre sería el punto débil de Louis.
Y eso no necesariamente sería algo malo, Harry era tan importante para él que si lo dañaban estaría ahí para curar sus heridas, lo cuidaría y jamás se alejaría, lo defendería y daría todo de sí para verlo feliz.
De cierta forma era extraño, porque se enamoró tan jóven y cayó tan fuerte por él.
No lo dudó, sólo se lanzó al avismo con los ojos vendados sabiendo que quizás sus sentimientos no serían correspondidos y ahora le agradecía de forma silenciosa al destino.
Nada ocurría por casualidad y a pesar de que el ojiazul había intentado olvidar a Harry, siempre volvía, sus sentimientos se fortalecían, la llama se encendía y calentaba su corazón, estaba tan, pero tan agradecido.
Así que deja la taza de lado y sin importarle mucho si volteaba algo, se abraza al cuerpo de Harry, lo amaba, lo amaba muchísimo y estaba muy feliz por él.
El ojiverde sin saberlo había ayudado un montón de veces a Louis.
Ambos se ayudaban de forma silenciosa, Harry tenía su rayito de esperanza y Louis tenía a la mejor persona del mundo a su lado.
Se merecían el uno al otro y todos lo sabían.
Estaban seguros que si llegaran miles de obstáculos en ese momento, estarían bien, porque se tenían uno al otro.
Serían Harry y Louis contra el mundo y no necesitarían nada más.
—Gracias a ti— susurra de forma baja el castaño y Harry lo abraza con fuerza, cierra sus ojos y apoya su cabeza en el hombro del castaño.
Habían empezado el día llenos de sentimentalismo.
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Dandelions |Larry Stylinson|
FanfictionLouis y Harry eran amigos desde pequeños, los balcones de sus habitaciones estaban uno frente al otro y fueron muchísimos días y noches en donde las risas cómplices se volvieron infinitas. Ya en su adolescencia, Louis no se conformaba con sólo tene...