Dandelions |Larry Stylinson|

Capítulo 50.

Harry de verdad no podía apartar la mirada del edificio frente a él, en algún momento de su vida pasó por su cabeza el negativo pensamiento de que no iba a lograrlo, que no sería lo suficientemente fuerte y valiente para superar todos sus problemas.

Pensó que se rendiría.

Pero ahí estaba en su primer día de Universidad y Louis estaba sosteniendo su mano con fuerza.

Ambos estaban ahí y lo habían logrado.

Lógicamente habían decidido distintas carreras, sus gustos en profesiones eran diferentes.

El ojiazul había decidido estudiar Derecho y Harry estudiaría para ser Editor y Escritor a la vez.

-Estoy nervioso- murmura el castaño y el ojiverde respira hondo, estaba ansioso por involucrarse en ese mundo, lo soñó durante muchos años.

-Todo resultará perfecto, aparte nos tenemos el uno al otro- Louis sonríe al escuchar eso y es el primero en jalar a Harry hacia el interior de la Universidad, debían conocer el lugar, familiarizarse con los salones, conocer a sus compañeros y asistir a las charlas de sus carreras.

-Conseguiré una pulsera para ti-Louis le da una mirada confundida y Harry ríe al verlo así- fiesta de bienvenida, ¿quieres ir?

Ellos no habían asistido a una fiesta juntos y Louis había estado esperando el momento perfecto para pedírselo a Harry, al parecer el momento había llegado por sí solo.

-Sí, si quiero- Louis lee los carteles puestos en las mesas al interior de la Universidad y se detiene en una, tenía el nombre de su carrera, debía inscribirse- hasta aquí llego yo.

-Nos vemos en un par de horas, te enviaré mensajes- Harry se veía tan emocionado que Louis en un momento pensó que olvidaría despedirse de él, pero el ojiverde lo toma por sorpresa cuando toma el rostro del castaño entre sus manos y deja un cálido beso sobre sus labios- ¡suerte, te irá excelente!

Louis ríe y vuelve a poner su atención en la fila, es ahí cuando se da cuenta que tenía varias miradas encima, alza una de sus cejas de forma interrogante y eso fué suficiente para que todos voltearan sus rostros.

Podría ser de primer año, pero no se dejaría intimidar.

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En ese momento el castaño se arrepiente de no haber traído una mochila el primer día, sus manos estaban llenas de papeles y no sabía que hacer con ellos para no arrugarlos, eran documentos importantes, como la malla de su carrera en donde estaban todos las materias que cursaría, también una bienvenida escrita por la escuela, y varias cosas más que no tenía tiempo de explicar.

Desbloquea su celular y le manda un mensaje a Harry diciéndole que lo esperaría afuera donde impactaban los últimos rayos de sol.

El ojiverde no se demora nada en aparecer, tenía una gran sonrisa en sus labios y una carpeta entre sus manos.

-¿Quieres que te guarde eso?- Louis asiente y Harry toma los papeles de Louis, abre su carpeta y los guarda ahí-¿tienes frío?

-Un poco.

El ojiazul no había entendido la pregunta al principio, pero luego cuando ve a Harry intentar quitarse su chaqueta para dársela, lo entiende, pero lo encuentra innecesario, tenía puesto un suéter y debajo de la chaqueta de Harry sólo había una camiseta manga corta.

Louis realmente no la necesitaba.

-No te la quites amor, ya llegaremos a casa, no quiero que te desabrigues.

-¿Seguro?- el castaño asiente y el rizado toma una de sus manos, acaricia el dorso de esta con su dedo pulgar y pone la mirada la frente- ¿qué tal tu día de orientación?

-Estuvo bastante interesante, aunque las charlas me dieron sueño.

Harry ríe y asiente estando de acuerdo, las charlas habían tenido el mismo efecto en él.

-Conseguí las pulseras, con ella tenemos pase libre- Louis pone sus ojos sobre su novio y estira su mano pidiéndole en silencio que quería verlas.

Harry mete su mano libre en los bolsillos de su chaqueta y saca ambas pulseras, estas eran de papel y tenían un color verde fluorescente.

Muchos decían "¿pulseras de papel?" con sola esa descripción pensaban que podían romperse fácilmente, pero la verdad es que esas pulseras parecían no poder romperse con nada, fueron muchas la veces en donde Louis tuvo que cortarlas con tijeras para poder quitárselas de la muñeca.

-¿Cuándo es?

-Este viernes, en el gimnasio de la Universidad.

Durante ese día hicieron un recorrido por la Universidad y el gimnasio era enorme, detrás de este estaba la cancha de fútbol que también era gigante y tenía pasto sintético.

Al interior del gimnasio estaba la cancha de baloncesto, los vestidores e instrumentaría de un gimnasio, ya saben, pesas, máquinas de correr y todas esas cosas.

-¿En serio?

-Sí, al parecer caemos todos ahí-eso tendrían que comprobarlo para creerlo.

-¿Y ahora qué?

-Ahora iremos a nuestro hogar, prepararemos chocolate caliente y veremos una película acurrucados en el sillón.

A Louis le encanta la idea.

Ellos definitivamente se habían mudado juntos, alquilaron un departamento y lo pagaban a medias, les encantaba tener un espacio al cual llamarle hogar.

Ambos se fueron a Londres a estudiar, así Harry a veces iría a visitar a su madre a California y Louis iría a Doncaster.

Sus madres mensualmente les mandaban dinero para los gastos comunes, a pesar de que ambos chicos les habían insistido con que eso no era realmente necesario, pero bueno, sus madres no parecían entender el significado de la palabra "no."

-Chocolate caliente con palomitas, obvio-Harry hace una mueca ante la cantidad de azúcar que comerían, pero ¿a quién quería engañar? la idea le encantaba.

-¿Qué género veremos?

-¿Qué te parece la cabaña del terror?

Al ojiverde se le hacía conocido ese nombre, pero no sabía de donde, así que se mantiene en silencio durante un par de segundos y le agrada la situación que estaba viviendo junto a Louis.

Ambos se habían ido caminando porque el departamento les quedaba cerca, iban tomados de las manos mientras tenían una conversación tan amena, era algo tan simple pero al ojiverde le llenaba el corazón, era tan feliz.

De pronto su mente recuerda la película e inmediatamente abre sus labios para responder.

-Esa la de los cincos amigos que van...- Louis ríe y asiente, cubre la boca de Harry con una de sus manos para que se quedara en silencio.

-Sí, esa misma-el ojiazul iba a quitar su mano pero la quita antes de tiempo cuando siente como el ojiverde le había dado una lamida a su palma- ¡Harry!

El recién nombrado ríe y sus ojos se entrecierran, Louis se jura a sí mismo que guardaría ese momento en su memoria.

El amor de su vida se veía precioso siendo iluminado por los faroles de las calles, su risa le daba muchísima felicidad y no habría deseado estar en otro lugar cuando sentía que estaba en el sitio correcto.

Es ahí cuando entiende la frase que Harry le había dicho hace casi un año atrás.

"Eres la persona correcta, en el momento correcto."

Estaba tan jodidamente de acuerdo.